Hoy medios públicos y privados sufren una gran crisis
ante la decisión, correcta, del gobierno de la 4 T de retirar las enormes cantidades
de dinero con las en otros sexenios los compraban.
Armando Enríquez
Vázquez.
Hace unos días apareció una firmada por Martín Moreno en la
que anunciaba la venta de Grupo Imagen a El Heraldo de México. Ya hace unos
meses el grupo de Olegario Vázquez Aldir vendió a El Heraldo dos estaciones de
radio en clara muestra de la grave crisis que sufre el medio con sede en
Copilco y que desde hace más de diez años va dando tumbos por la ignorancia y incapacidad
para aprender sobre el negocio de los hombres que están a cargo en el Grupo
Ángeles de los medios de comunicación.
Más tardó la nota de Martín Moreno en ser publicada, que ambos
grupos emitieran comunicados desmintiendo las negociaciones de compra-venta, lo
que no desmintió Grupo Imagen es la aguda crisis financiera que sufre la empresa,
debida a la poca audiencia y comercialización de sus medios, a lo largo de los
últimos años lo único que ha hecho el grupo de medios es recortar personal, sin
atacar a la verdadera causa del problema, la incompetencia de quienes manejan las
diferentes marcas de Imagen.
Tristemente el caso de Imagen no es aislado en un sistema de
medios acostumbrado a vivir del sistema político que les pagaba para que no les
pegaran y hasta los ensalzaran como ya sabemos, medios que además engañaban a
sus anunciantes inventado números de audiencias y de tiraje en el caso de los
diarios, son varios los medios que sufren ante esta nueva realidad. Televisa
acaba de vender la famosa W, empresa de la que nació el otrora importante
imperio de comunicaciones en México y en muchas partes del mundo, y todos sus
negocios radiofónicos a la familia Alemán y su grupo de deportes en televisión
a Univisión.
En México durante las últimas décadas los medios de
comunicación masivos privados han pervertido el sentido y la esencia de su existir:
Un medio producía contenidos para generar audiencias y esas audiencias a su vez
provocaban la compra de los espacios de comercialización de las cadenas, que
las convertía en negocios viables. Las dádivas de los diferentes gobiernos o la
pesimamente llamada inversión publicitaria en medios por parte del
gobierno convirtió a empresarios y directivos de medios en serviles
generadores de información a modo para el gobierno y no en generadores de
contenidos. Ahí hay una gran diferencia en lo que paso en los años del
monopolio de Televisa. Emilio Azcárraga Jean, Soldado del PRI, como el
mismo se autodefinió y un verdadero cabrón, entendía el negocio también y logró
el posicionamiento de su empresa a nivel internacional por la cantidad de
contenidos, buenos o malos eso se puede discutir aparte, que Televisa produjo
en aquellos años sin miedo a fracasar o no. A pesar de haber sido un monopolio
salió a conquistar mercados extranjeros y existen producciones que a muchos nos
avergüenzan pero que se posicionaron de una manera más que importante fuera de México
y como aquí marcaron a generaciones, sobre todo en Sudamérica. Incluso al
iniciar TVAzteca revolucionó la telenovela de la mano de Epigmenio Ibarra y así
se pudo enfrentar a Televisa y ganarle los ratings de los horarios estelares,
después apostó con una de las primeras series nacionales Drenaje Profundo y
más tarde con sus realities deportivos competitivos. En ese respecto
Grupo Imagen nació muerto desde los tiempos de Cadena3, con su bonita envoltura
y sus patéticos contenidos iguales a los de todos los demás, que hicieron que el
canal fuera un efímero medio y del cual la gente de Grupo Imagen no aprendió
nada porque su Cadena Nacional no ha ofrecido nada inteligente, diferente, ni
atractivo que realmente los logre posicionar.
La receta inventada y repetida en últimas fechas por
Televisa, TVAzteca e Imagen en caso de radio y televisión fue apostar a una política
de copia y pega para producir a la manera de una línea de producción noticieros,
noticieros y más noticieros y en su defecto programas de “corte informativo” o Talk
Shows, con costo de “tres pesos” que mantenía a los dueños de las empresas
ganando dinero, cada vez menos, eso sí, y pagando salarios irrisorios,
despidiendo a muchos de sus trabajadores para mantener márgenes de ganancias
aceptables para ellos. Eso aunado a la falta de una ley de televisión que
obligue a los medios a producir contenidos diferentes a noticieros o en su
defecto a comprarlos a casas productoras independientes, algo que ha logrado
mantener a flote a las cadenas de televisión abierta en otros países, incluso
de cierta forma a la televisión pública nacional.
Apostar a informadores inventados, en el mejor de los casos,
porque la mayoría no son más que lectores de noticias, y a dos o tres
verdaderos periodistas como las nuevas estrellas que mantengan los medios, con
los que la gente se pueda identificar, además con una agenda informativa
amarillista, roja y deprimente ha resultado totalmente dañina para la mayoría
de los medios. Sí la avaricia de los actuales dueños de medios sólo los hace querer
tener enormes ganancias vendiendo hilo negro, en la mayoría de los casos han
fracasado. Televisa que se encuentra en clara caída libre, sin el negocio de
deportes, que era el más lucrativo esta caída se agudizar. Sólo por un orgullo difícil
de entender mantienen un negocio que no les reditúa nada como lo es ForoTV, en
lugar de buscar y apostar por nuevos contenidos atractivos.
Lo que desde tiempos de Emilio Azcárraga Jean no se hace es invertir
en contenidos diferentes, algo en lo que Televisa fue rey en toda América
Latina en algún momento y que el heredero y nieto del fundador de la empresa
jamás ha sabido entender. Es muy probable que los medios más mezquinos de la
última década Imagen y Radio Centro desaparezcan antes de terminar el sexenio
desgraciadamente y afortunadamente por otro lado, no porque la dictablanda que
pretende imponer López Obrador los censure, si no por la propia autocensura
dictada por un grupo de directivos faltos de visión e inteligencia para generar
contenidos atractivos.
Hoy resulta patético que uno de los puntos fuertes de una
empresa Televisa, en su marca de televisión de paga sea el que puede ofrecer
las plataformas más importantes de Internet que no son la propia y fracasada Blim,
algo que el Tigre jamás hubiera permitido.
Existen decenas de escritores, actores y actrices en espera de
que las cadenas de televisión o las estaciones de radio les abran un espacio para
cambiar los formatos anquilosados de los medios de comunicación y los
directivos de los mismos deberían estar buscándolos si quieren en los próximos coexistir
con Internet.
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