Construir un nuevo país de manera radical desde un punto
de vista antagónico al de los últimos sexenios puede ser un despropósito, más cuando
quien dirige es un ególatra.
Armando Enríquez
Vázquez
Un gobierno de izquierda busca la equidad para todos los miembros
de la sociedad, la equidad de oportunidades, las mejoras sociales necesarias
para el bien común, el crecimiento de la nación con el objetivo de mantener los
objetivos anteriores y la protección de los más vulnerables de la sociedad. A diferencia de un gobierno de derechas, la
izquierda se preocupa por sus gobernados y antepone los intereses del pueblo a
la avaricia, la mezquindad y la explotación de los particulares, los derechos
humanos a las ganancias de las grandes empresas. Muchos gobiernos de extrema izquierda
prefirieron autonombrarse comunistas, aunque no tuvieran nada que ver con las
comunidades y si mucho con las peores dictaduras de derecha, no debemos olvidar
que movimientos como el Nacionalsocialismo alemán o el Fascismo italiano,
nacieron y se anunciaban como partidos que se identificaban con las ideas de
izquierda. Las atrocidades que en su nombre se cometieron son del dominio común,
como las cometidas por los regímenes claramente comunistas, como los de Fidel
Castro, Josep Stalin, Nicolás Ceaucescu, Janos Kadar fueron y en el caso de
Cuba continúan con la destrucción de la individualidad con el falso pretexto de
un bien común que al final de cuentas ninguno de estos países experimentó, tristemente
lo que sí ha sido un logro es la creación de gobiernos oligárquicos que han
resultado en una mayor explotación de los seres humanos que en los regímenes de
derecha y una clase política, soberbia, déspota y con mayores recursos económicos
que muchos de los empresarios e industriales del mundo capitalista.
En todos estos gobiernos estatistas y dictatoriales se creó
un grupo de ratas humanas cuya única razón de existir era espiar y denunciar a
los demás; boicotear a la sociedad, impedir el desarrollo social e individual. L
ejemplos abundan en todos los regímenes comunistas, uno de los más claros
ejemplos está en la Alemania del Este con la nefasta Stasi que tenía a más de
una tercera parte de la población delatando al resto de los otros ciudadanos
alemanes, en Checoeslovaquia, Polonia, Cuba y en la Venezuela actual el modelo
es el mismo.
En ocho meses de gobierno de la autollamada Cuarta
Transformación el sistema que intenta imponer López Obrador sobre México esta
muy bien definido y claro. El adoctrinamiento de jóvenes, la compra de voluntades
a través de programas que parecen de asistencia cuando en realidad tienen como
objetivo el crear dependencia de ciertos grupos al gobierno de López Obrador
está perfectamente definido en el plano de una estrategia pacífica, para la
parte menos amable, López Obrador también está sembrando la estrategia para
censurar y atacar de manera violenta a sus detractores y opositores, así como está
listo para eliminar a sus críticos y ha habido ya una serie de muertes
misteriosas, como Samir Flores el activista misteriosamente asesinado después
de haber declarado su oposición a termoeléctrica de Huexca frente al presidente
López Obrador. El propio EZLN ha manifestado sus sospechas de que el caso de Samir
es un crimen de Estado.
López Obrador está en la construcción de aparatos que
simpaticen con el gobierno y sean la extensión de la política censora y represora
de su gobierno. Su mismo discurso descalificatorio de todo aquello que no le
favorece lo muestra como un hombre intolerante. Su socarronería matinal de
todos los días lo devela como un hombre que desprecia todo lo que no es él y
sin embargo quiere hacernos creer que es un hombre tolerante. Su obsesión por
ser reconocido a la par de los llamados próceres de la nación sin haber hecho
aun nada relevante, ni siquiera durante su gobierno en la Ciudad de México, a
no ser el uso excesivo de un discurso de odio que intenta dividir a los de por
sí ya divididos mexicanos.
El colmo de la idea muy personal, anacrónica y dictatorial de
gobernar de López Obrador tiene que ver con los actos de humillación que a lo
largo de ocho meses ha sufrido el Ejército Nacional, aprobadas, aplaudidas y
justificada por un hombre que iba a regresar a los militares a sus cuarteles y
en la capital hasta cuarteles les quitó.
En los próximos años seremos nosotros los únicos que podamos
impedir que el país se vuelva lo que López Obrador quiere, si no los gringos
Trump o el que siga lo impedirá.
imagen: DeathToStock,com
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