Todos los directores tienen buenas, malas y peores películas, pero también tienen esas que por no pertenecer al género con los que los identificamos se van olvidando, y sin embargo son joyas.
Armando Enríquez Vázquez
Si escuchamos los
nombres de Martín Scorsese, Alfred Hitchcock o Steve Spielberg, por lo general
recordamos películas de crimen, suspense o melodramas desproporcionados
respectivamente por lo que si hablamos de comedias dirigidas por estos tres,
para la mayoría de la gente es difícil recordar el nombre de una de ellas, y
sin embargo existen y no son menores.
Martín Scorsese
neoyorquino ha construido gran parte de su obra con el prototipo del migrante
italiano convertido en mafioso que controló primero la urbe de hierro y después
todo Estados Unidos, sus cintas hablan de mafias criminales de acción, pero
también de las mafias criminales de cuello blanco y la corrupción en la
policía. Taxi Driver de acuerdo con su guionista Paul Schrader es una
versión contemporánea de Crimen y Castigo de Dostoievski, es un retrato
de una sociedad corrupta y Raging Bull, también escrita por Schrader
narra la historia de descomposición de un campeón de boxeo, no por vicios, si
no por su propia arrogancia y paranoia. Ni que decir de la muy siniestra BringingOut
the Dead con Nicolas Cage, eso sin hablar de sus documentales de todo tipo,
y también tiene una de las comedias más divertidas de los años ochenta; After
Hours.
Mal traducida en
México con el título literal de Después hora, en lugar de horas extras.
Pero las palmas se las llevan como siempre los españoles que la titularon ¡Jo!
Qué Noche. La cinta narra el traumático viaje de la noche al día,
literalmente, de Paul Hackett (Griffin Dune) un oficinista, con una rutina
aburrida y diaria. Una noche de entresemana mientras cena en cafetería muy
norteamericana conoce a una bella chica de nombre Marcy (Roxanne Arquette).
Cuando Paul ya de vueltas en su departamento decide llamarla y atravesar la
ciudad de Nueva York en un taxi conducido de manera vertiginosa donde al
intentar pagar pierde su único billete comienza el descenso a los infiernos.
Hackett será
víctima y sufrido personaje que sólo intenta regresar a casa tras un encuentro
que no resulta amoroso, sino decepcionante. After Hours es sin lugar a
dudas una de las mejores cintas de Scorsese, pero también es una de las menos
conocidas. Si te topas con ella te recomiendo verla. La comedia con su final
devastador y sin esperanza solo refuerza nuestras carcajadas, aunque pensándolo
bien también es una de las películas más despiadadas con su protagonista, lo
que no le quita lo divertida, del gran director neoyorquino.
Steven Spielberg es por lo general la solemnidad,
patrioterismo y uno de los mejores directores de melodramas de libro de texto,
el hombre que hizo de los blockbusters veraniegos un tema durante los
setenta, ochenta y noventa. Que nos hizo estremecer con uno de los
extraterrestres más kitch que ha existido y un gigantesco tiburón. Creador de
una visión maniquea de la II Guerra Mundial y de la infancia al producir cintas
como Los Goonies. Al inicio de su carrera Spielberg fue un director
lleno de ganas de experimentar en diferentes géneros, así The Duel es
uno de los mejores Road Movies que existen, su aproximación a la
historia de Ballard sobre un niño inglés en China durante la II Guerra Mundial
es contundente. Pero en 1979 filmó una de las comedias más divertidas sobre la
II Guerra Mundial desde la visión norteamericana y la paranoia que dominaba la
costa oeste de aquella nación tras el bombardeo de Pearl Harbor. 1941 es
una comedia delirante en la cual el después patriotero director de cine se
atreve a burlarse de sus paisanos, estelarizada por un sin número de actrices y
actores que crean historias que se desarrollan de manera paralela en la noche
de fin de año. Destacan el gran cómico John Belushi como un piloto desquiciado
de la fuerza aérea norteamericana, Ned Beatty como un padre de familia
dispuesto a defender su casa y a los suyos del ataque japonés, Toshiro Mifune
como el almirante de la fuerza de submarinos japoneses, Robert Stack como el
general norteamericano que llora con Bambi. La película ha sido olvidada pero
sin duda es una de las mejores comedias de los años setenta filmada en Estados
Unidos, junto con Foul Play (Juego Sucio en México) con Goldie
Hawn y Chevy Chase y Whats Up Doc (La Chica Terremoto) Con Barbra
Streisand y Ryan O’ Neal dirigida por otro grande: Peter Bogdanovich.
Finalmente, el amo del suspence, que muchos confunden con la
intriga y en el peor de los casos con el terror, el gran Alfred Hitchock,
poseedor de uno de los sentidos del humor más negro en su momento y creador de
clásicos como: North By Northwest, the Birds, Psicosis, Vertigo, The man who
knew too much, The Rear Window, grandes cintas todas ellas, también dirigió
una película hoy casi desconocida y sin embargo una pieza muy divertida en la
filmografía del inglés. The Trouble with Harry, narra la historia de un
grupo de habitantes en una pequeña comunidad del norte de Estados Unidos que
tiene un gran problema Donde enterrar a Harry para que nadie lo descubra.
Estelarizada por una muy joven Shirley McLaine, de hecho es su primera película
en el papel de Jennifer Rogers una joven madre que se acaba de mudar al pueblo
sólo para encontrarse en medio de las andanzas de un cadáver muy conocido por
ella, acompañada de John Forsythe y un grupo de actores de películas de serie B
que funcionan muy bien en esta comedia del maestro del suspenso, sus constante
obsesión con el suspense está presente en esta comedia de errores donde el
cuerpo de Harry aparece y desaparece. Pero ante todo ¿quién es aquel hombre
muerto que ha aparecido en el campo cercano al poblado?
Estos no son los únicos ejemplos de grandes directores
dirigiendo comedia pero son los tres primeros que se vinieron a mi mente porque
las tres películas las disfruto hasta la fecha y se las recomiendo.
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