Al otro
extremo de las películas de superhéroes de los universos lugar común, y muy lejana
a los antihéroes, la cinta Brightburn es una historia de terror basada
en un clásico.
Armando Enríquez Vázquez
La visión de los
universos de Marvel y DC tienen como denominador común que sin importar el
origen del super héroe, ya sea un accidente, venga de una isla perdida e ilocalizable,
dioses mitológicos, seres supra normales o extraterrestres, todos son son
amigos de los seres humanos y velan por nuestro bienestar. Generalmente
trabajan bajo la bandera de las barras y las estrellas y bajo la concepción WASP
(Blanca anglosajona y protestante) de Estados Unidos.
Los anti héroes funcionan de una manera similar, aunque irreverentes, carentes
de solemnidad y en las últimas décadas aceptando a regañadientes que existen
minorías que son visibles e importantes para la mercadotecnia y negocio de los
estudios de comics y cinematográficas, así tenemos superhéroes negros, latinos,
LGBT y asiáticos. Todos pueden ser superhéroes, siempre y cuando vean al mundo
bajo la idea de Estados Unidos.
En la maniquea y bíblica historia de Superman, Jonathan y Martha Kent
recogen al niño extraterrestre que cae en el terreno de su granja en Kansas y
lo crían para hacer de él un ciudadano ejemplar que aproveche sus poderes en
bien de los Estados Unidos.
La premisa de la película Brightburn (2019) es básicamente la misma
con un pequeño twist.
Tory Breyer (Elizabeth Banks) y su esposo Kyle (David Denman) tienen una
enorme granja en Brightburn, Kansas. Incapaces de tener hijos, los Breyer como
los Kent viven solos en su granja.
A diferencia de los Kent en el momento en que una nave extraterrestre, que
ellos creen en un principio un meteorito, se estrella en su granja, los Breyer
son una pareja joven que pueden hacerse pasar por los padres del niño
extraterrestre que viaja al interior de la nave espacial que cae en sus
tierras.
Pero Brandon Breyer (Jackson A.
Dunn) al descubrir sus poderes, también descubre que esto lo hace diferente; más
fuerte y con capacidades que los seres humanos no tienen.
La historia va de una aburrida y
vulgar vida en un pueblo rural de Estados Unidos a una historia de terror
sobrenatural. En Brightburn no hay Luisa Lane. Ni Tory y Kyle se
sentirán orgullosos de Brandon, quien obsesionado por su descubrimiento se hace
de un traje, una mascara y una capa que están muy lejos de poder tranquilizar y
dar confianza a quien lo ve.
Una B mayúscula estilizada y en
espejo es el logo que Brandon tiene para marcar su identidad y las escenas de
sus crímenes. Una capa hecha girones y una máscara siniestra que no tranquiliza
a quien enfrenta a Brandon, y cuyo sutil tinte lovecraftiano intentan ocultar
la personalidad del adolescente.
Dirigida por David Yarovesky,
quien también ha dirigido The Hive en 2014 y Nightbooks en 2021, Brightburn
es sin duda la visión más oscura y apocalíptica del extraterrestre que
llega a nuestro planeta, es criado por seres humanos y descubre su condición
excepcional.
Brightburn, navega entre el
terror, la ciencia ficción y el tan gustado género de los superhéroes. Es una
cinta que vale la pena ver y una de esas pequeñas joyas que están perdidas en
las plataformas y confrontan la idea de las películas fáciles y predecibles de personajes
que ya resultan un aburrido y predecible lugar común.
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