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martes, 27 de diciembre de 2016

Autocomplacencia, negación; lecciones para el futuro de la TV abierta en México.



El tema parece repetitivo y lo es, pero la gravedad del asunto es tal que no sólo afecta a Televisa, empresa, que por otro lado, no merece un mejor destino.

Armando Enríquez Vázquez.

Lo que alguna vez, fue una de las empresas de comunicación hispanohablantes más emblemáticas a nivel mundial, y sobre todo a nivel de los países del continente americano, se enfrenta en 2016 a los más sonoros fracasos desde su creación, debidos a la soberbia de sus ejecutivos, a la ceguera de sus directivos y la forma más burda de querer engañar a audiencias y clientes: cambiar, sin realmente cambiar nada.
El último gran golpe a Televisa vino de la compañía nacional de televisión por cable, Megacable que decidió cancelar la transmisión en su sistema de todos los canales de paga de Televisa. Esto de acuerdo con la información del diario El Financiero puede representar hasta 5% menos en las ganancias por contenidos para la empresa de Azcárraga Jean y hasta un 2.5% por contenidos para televisión, eso sin contar que las acciones de la empresa cayeron más del 7% en tan sólo una semana. Y como puntilla a la crisis, Televisa ya no sabe siquiera como hacer telenovelas; Univisión anunció que ya no le interesan los contenidos de las telenovelas de Televisa que ponen a la cadena americana en clara desventaja con Telemundo, su competencia, porque a nadie en Estados Unidos le interesan los temas idiotas de las telenovelas de Televisa y han amenazado a la empresa mexicana con cancelar sus contratos, lo que sin duda sería otro duro golpe a una empresa que arrogante y soberbia no convence a nadie hoy en día.
Los pasillos de los foros de la otrora empresa productora de contenidos más importante de Latinoamérica, se ven ahora a la mitad de su actividad, cuando no vacíos. Los recortes han afectado a casi todos los niveles de la empresa. La poca capacidad de reconocer como cambió el entorno solo los ha llevado a lo largo de los últimos años a perder audiencias y negocio, como ya he comentado en otras ocasiones.
El tema parece repetitivo y lo es, pero la gravedad del asunto es tal que no sólo afecta a Televisa, empresa, que por otro lado, no merece un mejor destino después de décadas de manipulación, soberbia y arrogancia, afecta a casas productoras y agencias de publicidad por igual. Afecta a productores actores y técnicos que han sido despedidos de la empresa y a todos aquellos que indirectamente dependen de la empresa. La soberbia y sapiencia entre los directivos de medios de comunicación es lo que asusta pues hasta el momento ninguno de los tres principales generadores de contenidos de televisión de nuestro país ha logrado ser eficiente y triunfador. Baste recordar que hace un año a señal del Cadena3 salió del aire después de siete años de no dar una en la programación y por lo tanto no poder generar ingresos para mantener la señal al aire.
Pero por otro lado Televisa hace muchos años dejó de competir. En las oficinas y cubículos de la empresa la palabra se desconoce. A Televisa no le interesaron durante muchos años las audiencias, pues al ser un monopolio no tenía problemas de anunciantes. Durante décadas el famoso plan francés fue una forma autoritaria y unilateral de explotar a los anunciantes y de tener ganancias de la manera más burda y jodida en la que un medio puede obligar a sus clientes. La llegada de TV Azteca los sacudió en un principio, pero el contubernio entre las dos empresas para tener programaciones calcadas una de la otra, regresó a Televisa a sentirse invencible. Lo cierto es que hoy, sí Televisa es incapaz de generar contenidos atractivos, a nadie le interesa anunciarse entonces en esas señales. Lo cual es algo increíble para los directivos de la empresa.
Esa mentalidad impidió a Televisa desarrollar y buscar a buenos generadores de contenidos para sus espacios, a creativos verdaderos, lo único que la empresa supo desarrollar fue un aparato burocrático autocomplaciente que perdió la objetividad sobre las toneladas de basura y vulgaridad producidas en sus señales. Un aparato burocrático que terminó sin preocuparse de los chistes de género, la apología del machismo de sus programas, la discriminación social y el clasismo de sus contenidos. Un equipo de noticias más papista que el papa y ante cuyo sesgo informativo, aquel periódico del gobierno que se llamaba El Nacional se hubiera ruborizado de tanta impudicia.
Así que el hecho de que Televisa, sus ejecutivos, sus productores y sus informadores paguen hoy su ceguera, su incapacidad por anticipar el futuro, su falta de visón de su propio negocio, está más que merecida. Lo malo es como la crisis del, una vez, gigante de los medios de comunicación repercute en otros negocios que durante más de treinta años vivieron a merced de las imposiciones y disparates de los directivos de la empresa. Cómo afecta en la mentalidad y el ánimo de muchos que no están dispuestos a reconocer que es el momento de salir de su zona de confort.
De las señales de televisión abierta, ni canal 9, ni ForoTV deben ser rentables para Televisa, y de sus señales de paga parece que ninguna, pues no hubo queja alguna entre los clientes de Megacable por la desaparición en sus televisores de canales como Bandamax o Telehit, verdaderos vertederos de la estupidez que ha permitido Televisa a lo largo de décadas.
No sé si Televisa este condenado a desaparecer. No sé si Azcárraga Jean tiene algo de sentido común y la voluntad para deshacerse de los vicepresidentes que han dañado a su empresa en los últimos años, lo que queda claro es que o no parece importarle o es incapaz de ver que su barco está haciendo agua a niveles que otros empresarios de otras regiones estarían alarmados por su falta de respuesta eficiente.
Tanto TV Azteca como la no nata Imagen TV deben aprender de los errores cometidos por lo que alguna vez y gracias a lo dadivoso de Luis Echeverría fue el más imponente medio de comunicación y deberían estar centrados en hacer propuestas que sean realmente atractivas para las audiencias porque cada día estas son más exigentes y menos complacientes.
Productores, escritores y creadores deben comenzar a ver más allá de las historias de sirvientas que llegan a ricas potentadas por el amor de un mirrey.
¿Las agencias de publicidad, las casas productoras y las marcas están listas para buscar nuevas oportunidades para llevar a cabo su actividad? o como la televisión abierta estén listos para dejar el camino a otros más eficientes, más propositivos, los mercadólogos, por ejemplo.


publicado en roastbrief.com.mx el 19 de septiembre de 2016

miércoles, 8 de junio de 2016

Un año después.




Un año después de que con bombo y platillo se anunciara un gran logro de las reformas estructurales del presidente, la verdad es que no ha pasado nada.

Armando Enríquez Vázquez.

Hace ya un año que se concretó uno de los objetivos más importantes de la reforma en materia de telecomunicaciones; la licitación y adjudicación de dos cadenas nacionales de televisión abierta que abrían de abrir la competencia en el sector dominado hasta hoy por el duopolio Televisa- TV Azteca y crear nuevas fuentes de empleos en un sector donde miles de jóvenes egresan año con año sólo para encontrarse con la cerrazón de estos medios y la impunidad con la que trabajan los sindicatos STIR y SITATYR, ambos un verdadero nido de ratas como casi todos los sindicatos charros del país y que impiden el desarrollo y la entrada de nuevos trabajadores en la industria.
A pesar de que hace un año se adjudicaron las dos cadenas nacionales, una a Grupo Imagen Telecomunicaciones y la otra a grupo Radio Centro, esta parte de la reforma sólo ha sido un fracaso y en este caso no ha sido debido directamente al gobierno. Los grupos a los que se adjudicaron las licitaciones han resultado incapaces e insolventes. Un mes después de haber ganado un de las señales de la licitación Grupo Radio Centro declaró su incapacidad para poder pagar el dinero que ellos mismos habían ofrecido para hacerse de una cadena nacional de televisión abierta. El grupo radiofónico no pudo encontrar inversionistas interesados en la televisión abierta y prefirió pagar las multas que la ley obliga ante la insolvencia de la empresa, la cuarta cadena nacional de televisión abierta murió antes, mucho antes de nacer y Radio Centro quedó como un grupo falaz e incapaz de crecer, a pesar de lo cual anunció su interés por participar en las licitaciones de canales de televisión abierta este año.
La otra cadena que pertenece a Olegario Vázquez Aldir, quién se comprometió a tener la televisora al aire el primer día de enero de este año, sigue sin salir al aire. Es más, como he comentado en un par de ocasiones, Grupo Imagen se vio obligado a cerrar la señal de Cadena 3, el canal 28 de UHF en la zona metropolitana de la Ciudad de México y que se transmitía en sistemas de televisión de paga, por el fracaso económico y de audiencias que a lo largo de siete años este proyecto representó para el empresario de hoteles y hospitales.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones cambió su propuesta original de subastar una cuarta cadena nacional por poner a la venta los canales de televisión por separado a lo largo y ancho del país con la demagógica idea de promover la producción regional, en un mundo que gracias a Internet es cada día más pequeño. El IFT tampoco se ha manifestado en el sentido de si existen o no multas para Grupo Imagen por incumplir con las fechas o esto no está contemplado en las reglas de la licitación lo cierto es que entre más tarden ambas cosas, menos atractivas serán para inversores o para los anunciantes.
Un año después de que con bombo y platillo se anunciara un gran logro de las reformas estructurales del presidente, la verdad es que no ha pasado nada, al contrario, en lugar de crearse empleos, Grupo Imagen recortó su plantilla de televisión en más del 80% al cerrar el canal de UHF, lo cual también puede ser un pésimo presagio acerca de la cadena nacional que adquirieron y pretenden poner a funcionar en algún momento de este año, eso se supone. Televisa y TV Azteca han tenido que recortar personal ante la baja de anunciantes y la poca calidad en su oferta de contenidos.
 La discusión sobre el futuro de la televisión abierta vuelve a quedar sobre la mesa, ante el fracaso de lograr a mediados de la segunda década del siglo XXI el poner en marcha de manera exitosa, lo que durante más de medio siglo se consideró uno de los mejores y más lucrativos negocios.
Poco importan hoy, todas las trabas que Televisa puso a lo largo del último cuarto del siglo pasado y la primera década del siglo XXI. Televisa entendió muy tarde que el negocio había cambiado a internet, pero no tienen n los contenidos, ni la audacia para triunfar en un mercado al que llegan demasiado tarde. La ventaja que tuvo por muchos años la empresa al esconderse atrás de las faldas del gobierno para consolidar su monopolio hoy han desaparecido. Las frecuencias existentes de televisión abierta para licitar, no son tema que pueda involucrar, ni interesar ya a las empresas de medios en México, en estos momentos el mismo gobierno debería estar buscando como aprovechar ese espectro radioeléctrico de una manera más beneficiosa para el país, que en elefantes blancos que pocos, muy pocos están dispuestos a adquirir.
En su momento, cuando aparecieron las reglas de la licitación, el mismo Carlos Slim decidió que eso ya no era negocio, sólo los necios quisieron apostar en el sentido contrario y los resultados están en las señales vacías que seguimos teniendo en nuestros televisores.
Los canales de televisión que ya tienen una ventana nacional, comienzan a no ser negocio hoy en día; ¿Hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos de la televisión abierta? ¿Televisoras regionales? ¿locales?
Sí Televisa y TV Azteca, con sus recursos y estrellas, con un posicionamiento claro en las audiencias nacionales, tuvieron grandes pérdidas el año pasado, ¿qué pueden esperar negocios que ni siquiera han iniciado y cuya oferta no es desconocida?
¿Vale siquiera la pena buscar nuevas estrategias o hay dejar que la inercia de los tiempos, nos lleven a ese momento donde un último espectador apague para siempre la señal de la televisión abierta?

publicado el 14 de marzo de 2016 en roastbrief.com.mx

viernes, 15 de abril de 2016

Una televisión que no sabe mirar y definir su negocio.




La televisión abierta mexicana parece no comprender el tamaño de la crisis que enfrenta, como tampoco parece comprender la oportunidad que le brinda la televisión digital terrestre con la multiplexación.

Armando Enríquez Vázquez.

A finales del año pasado, desapareció Cadena 3, con la promesa al estilo del General McArthur de regresar este año como una cadena nacional, la tercera de hecho, y hasta el momento lo único que podemos ver es la construcción de un bunker en avenida Universidad sur, que alojará, en teoría, a todo el Grupo Imagen multimedia; televisión, radio, periódico e internet.
Por las mismas fechas TV Azteca decidió cancelar algunas producciones de la empresa y liquidar a personas.
Televisa finalizó el año, despidiendo a una gran cantidad de técnicos, con la idea de robotizar sus estudios, como ha venido sucediendo en muchos medios a nivel internacional y acabando con algunas de sus producciones, entre ellas el icónico programa de Chabelo. La suma de los desempleados en el medio es muestra de lo que los directivos de las empresas se empeñan en negar y es que la televisión como medio no sólo enfrenta una crisis en materia de contenidos, si no más grave en su concepción misma.
Hace ya más de una década que la tecnología y el multitasking han ocasionado una reducción considerable en el número de personas involucradas en la producción de la televisión. Mientras que noticias y entretenimiento parecen alejarse de los esquemas limitantes de la pantalla de televisión al encontrar nuevas y más versátiles plataformas.
Antes un reportero precisaba de un camarógrafo y de un editor, cuando menos, para realizar su nota. Hoy en muchas ocasiones una sola persona realiza todas las funciones; escribe la nota, la graba como camarógrafo y desde luego la edita. En ocasiones maneja una moto y en caso de empresas multimedios como Imagen realiza la nota para todos los medios por el mismo precio. El personal que se necesita en un estudio es cada día menor y cuando se habla de estudios con cámaras robots, ni camarógrafos se necesitan.
Sólo las producciones de series y programas de ficción, como las telenovelas, o los eventos deportivos siguen requiriendo de crews de mayor tamaño, y, de cualquier forma, estos también, se han ido reduciendo con el paso de los años. La falta de calidad en los contenidos de nuestra televisión y la caída cada año mayor de la inversión de las marcas en la televisión abierta son parte de un mismo fenómeno y forman un círculo vicioso del que al parecer los ejecutivos de los medios no parecen percatarse; pues sordos y ciegos a la realidad creen que la televisión sigue siendo la misma de hace cincuenta años.
En México la situación de la televisión y su negocio fueron sui generis por las condiciones que el gobierno estatista impuso. Con la entrega de la televisión abierta privada por parte del presidente Luis Echeverría a Emilio Azcárraga Milmo, Televisa se acostumbró a que los mexicanos no decidían lo que querían ver, si no consumían lo que Azcárraga consideraba adecuado, divertido y funcional para la televisora y el régimen político. Las audiencias, como los electores de aquellos días, sólo podían escoger de una sola sopa, aunque no les gustara la sopa.
La televisión abierta mexicana parece no comprender el tamaño de la crisis que enfrenta, no valora la experiencia de otros países, como tampoco parece comprender la oportunidad que le brinda la televisión digital terrestre con la multiplexación. Tampoco entiende que en la actualidad el área de mayor crecimiento en audiencias en la televisión abierta a nivel mundial, son los deportes. En México, lo eventos deportivos se reducen al futbol soccer y al box, pero no hay interés por parte de los dueños de la televisión de promover otras disciplinas que tienen audiencia como el béisbol, el futbol americano y el basquetbol. Curiosamente una cadena de televisión de paga; ESPN, transmite con éxito partidos de la Liga del Pacífico de béisbol. En Internet las propuestas y coberturas de Clarovideo, en materia deportiva, demuestran que hay un mercado casi virgen en el campo de los deportes. En México la historia de éxito del futbol soccer está ligada a la historia de Televisa y la visión prepotente del corrupto Emilio Azcárraga Milmo. Hoy son muchos los jóvenes que rechazan las transmisiones deportivas de Televisa y las malas decisiones de los encargados del área de la empresa se reflejan en los constantes cambios de dichos encargados como hemos visto en los últimos años. Televisa que alguna vez fue la favorita en transmisiones deportivas ha visto decrecer su presencia en los hogares mexicanos reducida.
Hoy gracias la televisión digital terrestre las cadenas de televisión abierta multiplicaron sus opciones para brindar una variedad de contenidos a los mexicanos, sin embargo, ni TV Azteca, ni Televisa, y mucho menos la televisión pública, parecen aprovechar la nueva realidad, a excepción del Canal Once, como ya había comentado en otro texto.
Televisa parece apostar a la televisión de paga con Izzi y sin embargo la empresa tiene igual o más quejas por su mal servicio, tanto en Internet como en telefonía como los directivos de la televisora insistían en imputar a Telmex. Se dice que pronto América Móvil tendrá su cadena televisión de paga y entonces si podremos ver si Izzi es capaz de enfrentar la competencia.
Al igual que sucede en la publicidad, la televisión enfrenta hoy una crisis que obliga a los miembros del sector a reinventar tanto los modelos de negocios, como los de producción a pesar de la reticencia y necedad de los directivos, productores y vendedores de las televisoras. El gran fracaso de Cadena 3 se debió a la incapacidad de hacer rentable una señal de televisión; una oferta mediocre de contenidos, copia de las principales televisoras y una nula estrategia de ventas, el peor de los mundos posibles. La nula rentabilidad de una cadena de televisión era un asunto que hace veinte años era difícil de imaginar. En ese entonces, la televisión era una mina de oro y por eso Televisa, convertida en monopolio se opuso a reformas legales y sufrió terriblemente con la llegada de TV Azteca que curiosamente en materia de telenovelas logró lo que Televisa aseguraba imposible, la reinvención del género.
Hoy Televisa se ha convertido en muchas ocasiones en simple maquiladora y productora de franquicias y géneros que a otros le salen mucho mejor, incluida las telenovelas. La crisis está en los creadores de contenidos que se ven acorralados por incapaces vendedores de tiempo aire que quieren seguir usando esquemas obsoletos a estas alturas.
La incapacidad de venta de tiempo aire esta ligada a un asunto que parece ser incomprensible a los directivos de las televisoras y que es muy sencillo. Son las televisoras las que deben adapatarse a las exigencias de los nuevos espectadores y no al revés, de esto dependerá que tan triste sea la agonía de la televisión. 
Televisa menosprecio su negocio en busca de poder político, hoy tiene una telebancada encabezada por un senador panista y una Procuradora General de República. Emilio Azcárraga Milmo era de acuerdo con sus palabras un soldado del sistema, su hijo y directivos crearon a un presidente que parece ser un soldado de Televisa. Sin embargo, la esencia del negocio creado por el abuelo parece hoy haber perdido sentido.
TV Azteca que parece llevar la batuta en cuanto a la preferencia de las audiencias a nivel nacional, gracias a la calidad de algunas de sus producciones, ciertas propuestas y riesgos que ha tomado desde que se convirtió en una empresa privada, así como a una mejor selección en la compra de series y programas. Pero igual que Televisa cuenta con un brazo político que los representa en el poder legislativo y cuida de sus intereses.
La televisión abierta en el mundo se encuentra en una encrucijada definitoria. Sólo la visión y la audacia podrá salvar a empresas tan tímidas como las mexicanas.

publicado en roastbrief.com.mx el 18 de enero de 2016 



jueves, 24 de marzo de 2016

Tras el apagón, ¿ya podemos cambiar de canal?





Poco a poco todos iremos cambiando los canales, buscando mejores contenidos y al encontrar que entre el 2 y el 2.1 no hay diferencia sustancial nos obligara a preguntar ¿cuál fue el beneficio del tan cacareado apagón analógico?


Armando Enríquez Vázquez

Lo dijo Yuri, de manera sobreactuada, en uno de los comerciales absurdos que he visto en los últimos años, el apagón analógico finalmente llegó. Y susceptibilidades aparte acerca de los negocios que hay detrás de las acciones del gobierno federal, la hora de la verdad no es para el espectador, de hecho, nunca lo fue, sino para las televisoras que tienen frente a ellas oportunidades y ante todo retos. El apagón analógico es mucho más que la imposibilidad de los televidentes de usar sus antiguos aparatos de televisión, representa, y fue lo que menos se nos explicó, una mejor televisión y muchos más canales de señal abierta.
Los que tenían que estar preparados para el apagón eran las empresas de televisión por diversas razones. La primera se encuentra en que una de las formas, y que las mismas televisoras han anunciado hasta el cansancio, para conservar la posibilidad de ver televisión abierta en aparatos analógicos involucra contratar cualquier sistema de televisión de paga, esto se traduce en una competencia directa de las señales que durante décadas y en teoría han sido y son las preferidas, por no decir las únicas a las que tenía acceso un cierto sector de la población, que hoy al enfrentarse a la televisión paga puede decidir que lo que pasa en la televisión de abierta, no es atractivo. Dicho sea de paso, los comerciales de empresas como Izzy y Totalplay podrían ser una manera de las televisoras de dispararse en el pie.
La segunda es la oportunidad que la señal digital ofrece a los empresarios de la televisión de tener más señales en el mismo ancho de banda del canal que transmiten de manera habitual. Esto que algunas señales utilizan para primitivamente retransmitir su señal con tiempo de diferencia, puede ser una verdadera oportunidad que haga a las empresas televisoras más competitivas. Por ejemplo, el Canal Once se adelantó a las televisoras públicas y privadas al anunciar que una de las señales de su multiplexación está dedicada únicamente a programación infantil. Lo que por un lado diferencia y multiplica la oferta en materia de contenidos de la televisora del Instituto Politécnico Nacional y por otro crea un espacio de televisión infantil donde la extraordinaria programación dirigida a los niños, de producción propia y comprada, que desde hace ya décadas le ha dado un prestigio a la televisora y ha validado al Once en el sector infantil, así como con sus padres, puede verse a lo largo de 24 horas.
Televisa y TV Azteca no parecen haber pensado todavía cuales serán esas estrategias para no perder espectadores, crear nuevos espacios y promover sus contenidos. Grupo Imagen Telecomunicaciones, que no tendrá cadena nacional al aire como había prometido su dueño Olegario Vázquez Aldir, a partir del primero de enero de 2016. Ha repartido en la señal multiplexada de lo que fue Cadena3, un sitio para exhibir sus productos informativos como Excélsior TV e Imagen 90.5, una forma de producción que tiene más de TeleFórmula que de televisión real.
El uso de las diferentes señales multiplexadas puede crear espacios de producción independiente, espacios para vender a brokers y de producción propia que hagan de nueva cuenta competitivas a las televisoras abiertas en México. Pero eso sólo lo veremos con el tiempo.
La inversión publicitaria en la televisión de paga en México en 2015 crecerá en más del cinco por ciento el año entrante de acuerdo con estimaciones de Magna Global. El número de suscriptores a los diferentes proveedores de televisión de paga es aún inferior al cincuenta por ciento de los televidentes en nuestro país, pero gracias a las campañas publicitarias que hacen de la televisión de paga una opción para tener señal de televisión digital, tal vez estos números hayan crecido este mes, de cualquier manera, los contenidos de la televisión de paga son mucho más atractivos que los ofrecidos por gran parte de la televisión abierta, lo que de cualquier manera debe obligar a los empresarios de la televisión abierta a replantear sus estrategias.
El apagón analógico llegó, en el camino quedaron casi todas las televisoras estatales por carecer del presupuesto para ponerse a la altura de las nuevas tecnologías, así que recibieron un año de gracia por parte del poder legislativo para entrar a la era digital.  Si, estas televisoras, cuentan con las directivos suficientemente inteligentes y emprendedoras tienen un año para posicionarse en el gusto de un número de espectadores que, al carecer de decodificadores, pantallas de televisión o sistemas de paga pueden convertirse en su mejor propaganda, de lo contrario a pesar del año de gracia desaparecerán, en el caso de estos espacios que generalmente funcionan como voceros y paleros de los gobiernos locales, la multiplexación debe ser algo que ni siquiera tienen contemplado con los raquíticos presupuestos con los que cuentan.
Lo que lleva a un tema que impacta a toda la televisión pública y tiene que ver con el financiamiento de la misma. Hasta hoy los medios gubernamentales cuentan con un muy limitado y ampliamente reglamentado financiamiento que ha servido como un freno natural para su desarrollo, distribución y comercialización. Frente al panorama de la televisión digital, de la oportunidad de más señales y del surgimiento de las nuevas plataformas, a excepción de lo ya comentado de Canal Once, ni el Canal 22, ni SPR (Canal 30, Una voz con todos) tienen una estrategia clara para la multiplexación y no cuentan con los recursos suficientes para enfrentar ese escenario, lo que los pone en clara desventaja con la televisión abierta privada. Es por lo tanto necesario una reforma en materia de financiamiento de los medios de comunicación pública en especial de la televisión, lo que por otra parte podría deshacer la carga fiscal que representan.
Poco a poco todos iremos cambiando los canales, buscando mejores contenidos y al encontrar que entre el 2 y el 2.1 no hay diferencia sustancial nos obligara a preguntar ¿cuál fue el beneficio del tan cacareado apagón analógico? Aburridos de encontrar lo mismo en cuarenta señales de televisión abierta nos veremos obligados, en el peor de los casos, a pasar a la televisión de paga.

El apagón llegó. El espectador ya resolvió su problema. El gobierno regalando vistosos televisores y creando centros de acopio de televisores viejos también resolvió ya el suyo. Los proveedores de señales de paga vendieron más suscripciones y resolvieron su problema. Pero ¿y las empresas de televisión abierta ya lo hicieron?

publicado en roastbrief el 28 de diciembre de 2015


lunes, 1 de febrero de 2016

Requiem por un sueño. Cadena3




La historia de Grupo Imagen es la historia de un fracaso tras otro, promovidos desde la incompetencia y ambiciones políticas de los directores de los diferentes medios del Grupo y su desprecio por entender o al menos intentar entender estos medios a lo largo de más de una década.

Armando Enríquez Vázquez

El viernes 23 de octubre de 2015 Cadena 3, el canal de televisión abierta de Grupo Imagen Telecomunicaciones suspendió sus transmisiones por tiempo indefinido, a pesar de que Olegario Vázquez Aldir dueño del grupo anunció en abril de este mismo año, al adquirir una de las dos cadenas nacionales de televisión abierta que subastó el gobierno federal, que la nueva televisora comenzaría transmisiones el primero de enero de 2016, hoy se especula que la entrada al aire del canal 3 de televisión abierta ocurrirá entre enero y abril de 2016, conforme las autoridades confieran una prorroga y Grupo Imagen pueda cumplir con esos plazos.
La decisión de Olegario Vázquez Aldir y el grupo de directivos de Grupo Imagen no puede ser más desatinada y mostrar a los mexicanos, a los anunciantes, a la competencia y a posibles inversionistas la debilidad del Grupo Ángeles en materia de telecomunicaciones, y su falta de respeto por todos ellos. Demuestra, también, la falta de agradecimiento del empresario y sus directivos con todos aquellos que a lo largo de los pasados ocho años formaron parte del nacimiento y consolidación de un canal. Cerca de trescientos trabajadores fueron despedidos por una empresa que anuncia su regreso en unos meses, pero parece que ni los directivos estén seguros de que esto se vaya a convertir en una realidad, queda una duda porque despedir a trabajadores que conocían ya el estilo que gustaba al empresario en materia de televisión.
La historia de Grupo Imagen Telecomunicaciones no sólo ha estado llena de decisiones que los han hecho verse como neófitos en los medios, el cierre de Radioactivo en abril de 2004, para crear una estación de corte informativo que nunca ha tenido las audiencias que la estación de música dirigida a jóvenes tuvo. Ese es uno de los tantos ejemplos del nulo conocimiento de los directivos de Grupo Imagen en materia de radiodifusión. La historia de Grupo Imagen es la historia de un fracaso tras otro, promovidos desde la incompetencia y ambiciones políticas de los directores de los diferentes medios del Grupo y su desprecio por entender o al menos intentar entender estos medios a lo largo de más de una década.
Cadena 3 salió del aire por una sola razón; ser una empresa incosteable, Lo que debe ser preocupante para un empresario que quiere entrar en el mercado de la televisión nacional y aun no sabe de que va la cosa. Una empresa que no ha sido lucrativa. La planeación y desarrollo administrativo del canal jamás existió. Pero más preocupante es que no hayan existido objetivos empresariales y mucho menos en cuanto a la captación de audiencias. La señal según ha trascendido será sustituida en el inter por la de ExcelsiorTV, lo que una vez más demuestra la ignorancia del empresario, de sus asesores y directivos en materia de medios. La idea de cambiar la frecuencia del canal 28, por el que actualmente se distribuía la señal de Cadena 3, por el de un canal exclusivo de noticias pensando en tener una mayor audiencia es una de las más ilusas y menos pensadas en el mundo de la televisión abierta de nuestro país. Tampoco funcionará el creer que los televidentes de cadena 3 migraran después de algunos meses a la señal del canal 3. Los estrategas están equivocados, después de dos meses ni quien se vaya a acordar de una señal que de por si se caracterizaba por sus pésimos raitings, por otro lado que confianza pueden tener los anunciantes de que sus inversiones podrán mantenerse a largo o mediano plazo si la vacilante dirección de Cadena 3 puede decidir cancelar transmisiones de buenas a primera. Junto con el fracaso de Francisco Aguirre y Radio Centro en sus aspiraciones por obtener una cadena de televisión abierta de televisión nacional, la decisión de Vázquez Aldir parece demostrar la poca viabilidad que las cadenas de televisión abierta tienen a futuro frente a las nuevas plataformas de contenidos y entretenimiento. Este hecho debe quedarle claro al empresario quién despues de ocho años de manejar un canal de televisión sin éxito ha decidido suspender la transmisión poco antes de iniciar el gran proyecto de una cadena nacional.
ExcelsiorTV sin duda tendrá mucha menor audiencia que Cadena3 lo que terminará por acabar con la imagen de ese canal y la audiencia que a él recurría.
Tal vez administrar el monopolio de los hospitales haga creer a Vázquez Aldir, que todo se puede manejar con la misma displicencia y prepotencia, pero los medios tienen una lógica muy particular, el negocio se basa en fidelidad con los anunciantes, en crear audiencias que al llegar a su casa estén seguras de que encontrarán su programación favorita en el canal de su preferencia. Audiencias que a su vez invitan al anunciante a invertir en el canal. Azcárraga Jean y sus directivos crecieron con los conceptos y la forma de hacer televisión de una manera que durante décadas fue más que exitosa en México. Ricardo Salinas Pliego aprendió de manera rápida, apostando e innovando en la televisión, aunque en muchos campos tuvo que ceñirse a los cánones que Televisa había impuesto en la producción y contenidos, con tal de mantener a su empresa sana y pujante. Vázquez Aldir y su equipo después de ocho años mantuvieron un patrón de mediocridad, donde su mayor innovación fue copiar a Salinas Pliego y contratar a Epigmenio Ibarra para el desarrollo de telenovelas, exitosas las primeras, con el corte y estilo del productor y su empresa Argos. Algunas series españolas de estreno en México. Todo lo demás lo copiaron a Televisa sin tener un negocio del tamaño del de Azcárraga.
La forma primitiva, por parte de los directivos de Grupo Imagen, de entender a los medios como elementos de presión política para conseguir favores de funcionarios, parece haber redituado al Grupo únicamente en la sospechosa manera en que adquirió al equipo Querétaro de futbol soccer y en el que nadie hable del monopolio en servicios de hospitales. Más allá de eso, no parece redituarle nada a la empresa cuyos noticieros en Imagen radio carecen de raiting y credibilidad, cuando el periódico El Excélsior, uno de los más antiguos de la nación, se vende a media mañana en los vagones del metro por la mitad de su precio, algo esta podrido y mucho en Dinamarca. 
A diferencia de hace once años cuando se terminaron las transmisiones de Radioactivo, nadie se manifestó afuera de las instalaciones de Cadena 3 pidiendo la dar marcha atrás en la decisión. Cadena 3 no le importa a nadie, porque muy poca gente la veía y el fin del sueño fue para aquellos que durante ocho años lucharon contra viento y marea para tener la televisora al aire y el viernes fueron enviados a firmar sus liquidaciones. Somos muchos los que en un momento u otro pasamos por la televisora y sabemos que durante esos ochos años tristemente se sostuvo de la misma manera milagrosa en la que el burro del dicho tocó la flauta.   

publicado en roastbrief.com.mx el 26 de octubre de 2015