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lunes, 27 de marzo de 2023

Moctezuma; un chocolate michoacano.

 


Entre las chocolateras mexicanas han existido muchas de gran tradición y otras que aunque no tienen tanta presencia a nivel nacional son lideres en su región.

Armando Enríquez Vázquez

Aunque México ya no es uno de los principales productores de cacao en el mundo, éste es uno de los productos que salieron de México para el mundo y de muchas maneras es icónico del país y referencia a la parte de nuestro pasado como pueblos indígenas.

En el siglo XX se fundaron marcas icónicas Ibarra en Guadalajara y Abuelita en la Ciudad de México, actualmente esta marca pertenece al corporativo Nestlé. En Oaxaca, es famoso el de marca Mayordomo, en Tabasco, Wolter.

Uruapan en Michoacán es una de las principales ciudades del estado y es la casa de la marca de chocolate más importante de la región. Michoacán no es un estado que se reconozca por su producción de cacao, aunque existe una pequeña zona de producción en terrenos cercanos a la costa michoacana y tiene su chocolate de mesa como otros estados.

En 1930 los hermanos Salvador (1905 – 1971) y Alfonso (1915-1998) Martínez Aceves quienes tenían una tienda de abarrotes y crearon al fondo de la tienda una pequeña fabrica de chocolate de mesa que se tostaba, para después mezclarlo en metate, el resultado fueron dos marcas; Popular y Real, que empezaron a distribuir también en otros locales a parte del propio.

Diez años después y de acuerdo con el sitio de la chocolatera, se construyó en la ciudad el primer edificio de concreto que albergaba el corporativo de la chocolatera, llamado Compañía Abarrotera de Uruapan S.A. dedicada también a fabricar hielo y refrescos.

Veinte años después, en 1960, se creó la Chocolatera Uruapan S.A. de C.V., finalmente a finales de los años setenta cambió de nombre por Chocolatera Moctezuma S.A. de C.V.

Desde principios de este siglo Chocolatera Moctezuma tiene presencia en el mercado de Estados Unidos. En la actualidad además del chocolate de mesa en tableta, fabrican chocolate en polvo y suministros industriales, en 2000 también desarrollaron un chocolate de mesa sin azúcar. Es proveedor de empresas como Starbucks México.  

La empresa continúa siendo propiedad de la familia Martínez, el nieto de Salvador, Antonio Martínez es quien dirige la empresa.

El 6 de enero de 2018, Moctezuma logró establecer el récord Guinness de la taza de chocolate caliente más grande del mundo conteniendo 4,816.6 litros de la bebida.

De acuerdo con el Instituto Nacional del Consumidor en su estudio de calidad de chocolates de mesa en 2022, Moctezuma es uno de los mejores chocolates del país.

Así como la empresa cambió de nombre, así también cambió el logotipo de la empresa hasta que finalmente en su logo actual es la representación del emperador azteca en un médium close up y visto desde un angulo inferior resaltando la grandeza del personaje, todo en dorado con fondo negro la palabra Moctezuma en mayúsculas y en un tamaño menor y una tipografía diferente pero también en mayúsculas la palabra Chocolate. 

publicado originalmente en thepoint.com.mx el 21 de marzo de 2023

imagen chocolatera.com

martes, 3 de diciembre de 2019

La empresa que acabó con el conejo de Pascua.




En un asunto nacionalista y ecologista la centenaria empresa chocolatera Haigh’s en Australia decidió tropicalizar la idea alemana del Osterhase.

Armando Enríquez Vázquez

Haigh’s es una empresa tradicional dedicada a la fabricación de chocolates en el puerto de Adelaida situado en la provincia de Australia Meridional en el sur de la Isla. El 1º de mayo de 1905 Alfred E. Haigh inauguró una tienda de chocolates en una de las principales calles de la ciudad. Haigh compró el establecimiento a un hombre llamado Carl Stratmann, obviamente el nombre de la empresa al cambiar de dueño cambio de nombre sustituyendo el apellido de Stratmann por el del nuevo dueño. Alfred era nativo de Adelaida, ciudad en la que nació en 1877.
El éxito y demanda de su tienda llevaron a Haigh a producir a partir de 1917 chocolates rellenos de diferentes jaleas de fruta. Pronto Alfred tuvo que comprar un terreno detrás de su casa para que la fábrica que satisficiera la demanda en la tienda.
El negocio fue creciendo, en 1933 de manera repentina Alfred E. Haigh murió y tomó entonces las riendas de la empresa su hijo Claude Haigh, que fue educado para convertirse en contador, esta educación ayudó a consolidar la empresa hacerla crecer al interior del puerto, Claude tuvo la visión de preparar a la siguiente generación de Haigh en la industria chocolatera. John Haigh fue enviado a Suiza donde trabajando en Lindt y Sprungli aprendió diferentes cosas acerca de la manufactura de chocolate, también viajó a Estados Unidos para estudiar las formas de producción y de marketing, así como comparar las tiendas de chocolates con la propia. Desde 1946 John entró a trabajar en Haigh’s, los años de la II Guerra Mundial presentaron un serio reto para Haigh’s con el racionamiento de la materia prima en especial el azúcar y el chocolate, a pesar de este obstáculo la empresa cooperó fabricando dulces para las tropas australianas.
Al finalizar la guerra y con la llegada de John, Haigh’s se centró en el crecimiento de la empresa y mejorar la calidad de su chocolate. Una de las estrategias implementadas por John fue instalar puntos de venta en el lobby de los principales y más concurridos cines de Adelaida. Con la popularización de la Televisión en Australia por unos años la entrada a los cines disminuyó en la ciudad. John entonces decidió vender sus chocolates en otras ciudades de Australia y en 1965, Haigh’s abrió su primera sucursal fuera de Adelaida, en Melbourne. Actualmente, Haigh’s tiene presencia en las principales ciudades australianas.
La cuarta generación de Haigh dirige la empresa en 2019, Simon y Alister dirigen de manera conjunta la empresa familiar chocolatera, que es la más antigua en su ramo en Australia.



Como muchas de las empresas dedicadas a la fabricación de chocolates y dulces Haigh’s además de su producción normal, tiene temporadas donde fabrica chocolates de temporada, las dos más importantes son Navidad y Pascua.
En Estados Unidos y otros países de occidente la Pascua se enseña a los niños con la imagen de un conejo que esconde huevos para los niños, el origen de esta tradición esta en las antiguas costumbres germánicas que celebraban la llegada de la primavera y de la diosa Ostara que se relacionaba con una liebre y los huevos como símbolo de la resurrección dieron origen en el siglo XVJI a la historia del conejo que esconde huevos en los jardines a los niños. Aunque las tradiciones de los huevos de pascua parecen ser más antiguas y los animales encargados de traerlos eran aves en especial la cigüeña y el cuco que de acuerdo con estas antiguas historias volaban el Jueves Santo a Roma y regresaban el sábado con el regalo del huevo sinónimo de la resurrección. En un principio se utilizaban huevos de ave pintados y decorados, una actividad en la que también participaban los niños, con el tiempo y la llegada de técnicas que permitieron evitar que el chocolate se derritiera de manera fácil, los huevos naturales fueron sustituidos por la golosina.
La tradición europea como ya quedó establecido antes fue llevada por los migrantes a los nuevos territorios como Estados Unidos y más tarde a Canadá y Australia.
En Australia el conejo es el animal más anti carismático que puede existir, llevado por los ingleses, los conejos que no tienen un depredador natural en Australia y tampoco una competencia real, pronto se extendieron por el territorio australiano convirtiéndose no sólo en una molesta plaga, sino en una plaga portadora de enfermedades desconocidas en Australia e impactando además de forma negativa en las especies originarias de Australia como en el caso del bilby, (Macrotis lagotis).
Los odiados conejos, comenzaron a ser combatidos de todas las formas posibles y en 1991 se creó la Fundación Australia Libre de Conejos, RFA por sus siglas en inglés, su logo incluye a un pequeño marsupial nativo llamado bilby. Es animal de grandes orejas y hocico puntiagudo, habita casi toda Australia y ha sido una de las principales víctimas de la expansión de los conejos y de su depredación de las llanuras australianas.
En 1993 Haigh’s comenzó a patrocinar a la fundación y para hacer publico su apoyo a la misma decidió durante la pascua poner a la venta un bilby de chocolate junto con los tradicionales conejos, el consumidor australiano respondió de manera sorprendente a la iniciativa de la chocolatera y los bilby de chocolate se convirtieron en un éxito. En 1995 Haigh’s decidió cesar la producción de conejos de chocolates y desde hace 24 años durante la Pascua sólo vende con gran éxito bilbys de chocolate. Gracias a acciones como las de Haigh’s la población de estos marsupiales se ha recuperado de manera tangible en Australia.
Para recibir a la nueva generación de Haigh a la empresa; la chocolatera del sur de Australia tiene ya su catálogo de productos en Internet, lo que la prepara para nuevos tiempos y una nueva evolución. En 2018, Haigh’s inauguró una extensión a su planta de Adelaida que la convirtió en la fábrica chocolatera más grande de Australia.

publicado en thepoint.com.mx el 20 de noviembre de 2019
imagenes haighschocolates.com.au

lunes, 14 de octubre de 2019

Una hacienda y una marca de chocolate.




En Tabasco un doctor, migrante y con curiosidad por lo exótico de su nuevo entorno creó una marca basada en las tradiciones culturales que hoy es gourmet.

Armando Enríquez Vázquez

A ese Tabasco que horrorizó al escritor inglés Graham Greene, un Tabasco salvaje combinaba una naturaleza agresiva y a humanos ateos que sin temor desafiaban a Dios; la malaria y el garridismo, llegó en los años veinte del siglo pasado, un médico alemán de nombre Otto Wolter Hayer. De acuerdo con el sitio myheritage.com Otto Wolter Hayer nació en 1902, en Salzwedel. Wolter, a diferencia de Greene, se adentró en el estado de los pantanos, se estableció en Comalcalco un poblado a unos 50 kilómetros de Villahermosa la capital del estado. Compró una antigua hacienda llamada Hacienda de la Luz a su dueño Ramón Torres. La hacienda fue construida en 1870. Una vez comprada la hacienda, el alemán se dedicó a repararla y plantar cacao, mientras se dedicaba a su profesión, Se casó con una mujer llamada Alba Peralta Pulido que murió al dar a luz a su hijo en 1932. En ese momento Wolter dejó a un lado la profesión de médico y se dedicó a la elaboración de chocolates, aunque en la realidad siguió su consulta con los habitantes de la región cercana a la hacienda, algo que hacía de manera filantrópica pues no cobraba nada por la consulta.
El Cacao es otro de los muchos productos que los españoles llevaron a Europa desde México y no tardó en conquistar el paladar de todo el mundo. Tristemente en la actualidad el Cacao Mexicano sólo representa menos del 3% de la producción mundial. Los principales productores se encuentran en África; Costa de Marfil, Ghana y Nigeria, países y trabajadores agrícolas que por lo general no consumen el chocolate, ni el cacao. 
Otto Wolter, se casó por segunda vez, con otra tabasqueña esta de nombre Gloria Peralta Pulido quien era hermana de la primera esposa. En 1958 decidió fundar la empresa Wolter Chocolate dedicada a la fabricación de chocolates de mesa en tableta y en polvo, incluso un polvo de chocolate con avena que se llama Chocoavena. Otto Wolter Hayer murió en 1983. Las riendas de la empresa las tomó su esposa Gloria y a partir de 1997, la empresa comenzó a ser dirigida por Ana Beatriz Parisot Wolter, nieta del fundador e hija de Gloria.
En los últimos años Parisot Wolter ha cambiado la imagen de la empresa y ampliado la oferta de la misma. Por un lado, en 2003 creó el Museo Vivo de la Historia del Cacao y Chocolate, Dr. Otto Walter que fue el primer museo de tipo privado en el estado de Tabasco, la visita a la Hacienda de la Luz donde se le muestra al visitante la forma en la que se elabora el chocolate en su manera tradicional y parte de la hacienda que sigue siendo el hogar de Parisot Walter, su esposo, hijos y su madre, la visita se ha ido ampliando, hoy incluye la posibilidad de elaborar chocolates por parte de los visitantes ya sea como un taller, o un curso práctico. La visita a la Hacienda de la Luz es parte de lo que se conoce como la ruta del chocolate. Por otro lado, Ana Beatriz Parisot, ha también dado un giro a la empresa creando una línea de chocolate gourmet que se vende a lo largo del territorio nacional con la marca Quetzalli, que es una barra en diferentes presentaciones y que ha ganado más de 10 premios en el evento que reconoce de manera internacional al chocolate y que se lleva a cabo de manera anual en Londres. En 2019 ganaron el oro con su chocolate oscuro que contiene 70% de cacao y está condimentado con sal de hormiga chicatana y cardamomo.
Con un poco más de 60 años de existencia Wolter Chocolate es una de las empresas tabasqueñas más importantes y emblemáticas en el ramo del chocolate, que además aprovecha la elaboración de su producto para crear turismo, en un país y en un estado que necesitan de una industria sin chimeneas.
La filantropía de Otto Wolter Hayer ha sido reconocida por el gobierno de Tabasco nombrando una clínica de rehabilitación en Comalcalco con su nombre.


publicado en thepoint.com.mx el 30 de septiembre de 2019
imagen. wolterchocolates.com

martes, 20 de agosto de 2019

Bremen una marca de la Ciudad de México.




Con más de ochenta años de haber sido fundada esta fábrica de chocolates es uno de los íconos en materia de dulces y chocolates de la ciudad.

Armando Enríquez Vázquez

En la Ciudad de México quien no recuerda haber visto en aquellos pequeños exhibidores giratorios de metal sobre los mostradores de vidrio en la semioscuridad las antiguas las bolsas de plástico, conteniendo unas esferas rojas simulando cerezas de la marca Bremen, actualmente se venden en algunos puestos callejeros y en las pocas farmacias que no pertenecen a los grandes corporativos farmacéuticos
Bremen además de estos dulces llamados Cerecets es la responsable de otras golosinas, las famosas lenguas de gato, los malvaviscos cubiertos de chocolate que sin duda son de sus productos más reconocidos y por extensión las bolsas de pequeños malvaviscos de colores. Bremen es una empresa que nació en la década de los treinta, la información en el propio sitio de la marca resulta confusa, pero sí tomamos la fecha más reciente Bremen se fundó en 1938, como una sociedad entre un ciudadano alemán y uno mexicano.
El hombre de apellido Pillgram, y de que al parecer no se sabe más, llegó a México para probar fortuna, para ello tenía el conocimiento para la elaboración de diferentes dulces y en especial de chocolates. Este hombre era originario de un pueblo cercano a la famosa ciudad de Bremen y por esa razón se decidió que la empresa llevara el nombre de Bremen. El mexicano Ramón Álvarez Bravo fue el encargado en esta sociedad de invertir el dinero. La empresa en un principio se estableció en la calle de Puente de Alvarado.
Desde 1943 en que José Sainz Trapaga compró la empresa, esta se ha mantenido como un negocio familiar, en 1946 la empresa se establece en el lugar en el que ha permanecido desde entonces en la colonia Santa María Insurgentes.
Bremen es una de esas industrias nacionales cuya inversión en publicidad es casi nula, recuerdo haber visto cierta publicidad en posters en paradas de autobús en la zona cercana a las oficinas de la empresa y nada más. Sin embargo, tiene una presencia medianamente destacada. A diferencia de Turín, de Larín o de La Azteca, empresas que ya no existen y cuyas marcas hoy son parte de grandes corporativos, Bremen ha permanecido como una marca independiente, que ha ido creciendo con el paso del tiempo, en su sitio de Internet se habla de una planta laboral de 350 empleados.
Bremen presume de utilizar únicamente cacao mexicano para elaborar su chocolate y de acuerdo con el sitio de la empresa a partir de 1968 es cuando la empresa fabrica al interior de sus instalaciones tanto el chocolate como los pequeños malvaviscos que se recubren con él.
El logo de la empresa es muy sencillo: Una nube roja con un borde difuminado a blanco que le da volumen a la nube y la palabra Bremen en una tipografía manuscrita en color blanco en su interior.

publicado en thepoint.com.mx el 12 de agosto de 2019
imagen bremen.com.mx



viernes, 24 de marzo de 2017

Los pedos de Monja un chocolate celestial con nombre escatológico.




Dentro de la tradición de los dulces antiguos existe un dulce al que se bautizó como pedo de monja. En Querétaro se vende una versión mexicana.
Armando Enríquez Vázquez.
En Querétaro me topé con un simpático y escatológico empaqué de unos deliciosos chocolates. El producto además tiene un nombre provocativo y hasta ofensivo nombre para muchas conciencias mojigatas y puritanas.
Se trata de los pedos de monja, chocolates de leche con relleno, que se venden en muchos establecimientos sobretodo del centro de la ciudad y que trata de convertirse en una marca distintiva de Querétaro. El producto que, aunque parezca novedoso, sobre todo por el nombre que en un estado ligado a la ultraderecha puede parecer subversivo, es un antiguo dulce catalán del siglo XIX.
Conforme a diferentes historias los pedos de monja fueron creados por un confitero italiano avecinado en Barcelona a finales del siglo XIX. Este hombre creo unas pequeñas galletas a las que llamó Petto di monaca, Pecho de monja, me imagino que por lo pequeño de las galletas. Siempre es curioso como en el imaginario popular la pureza de una mujer, y sobre todo de una monja se oculta tras unos senos pequeños.
En Italia existen también otros postres o pastelillos similares, uno de la región de Abruzos y en específico de la provincia de Chieti, que se llama senos de monjas (Sise delle  monache) y consta un pastelillo en forma de tres senos unidos, esto de acuerdo con la leyenda de la región debido a que en la antigüedad las monjas introducían un objeto entre sus senos para ocultar la voluptuosidad de los mismos. En la región de Altamura se cocina otro que se llama tette delle monache (tetas de monjas) que mantienen la forma de un seno y van rellenas de crema chantilly. Por si algo más simbólico deben llevar estos dos pastelillos, ambos son espolvoreados con azúcar glass como muestra de la casta blancura del pecho de una monja.
Curioso que en la confitería se imagine los pechos de las monjas como algo dulce y por ejemplo celestial, otro dulce de la época hace referencia a las tetillas de monja, una minúscula galleta de almendra, con pezón incluido y que aún son elaboradas en Aragón España por una empresa llamada El Beato, por si fuera poco.
En Cataluña, el nombre rápidamente fue alterado por los consumidores catalanes por el escatológico de pets de monja, pedos de monja en catalán. Pero además al llegar a tierras queretanas se modificó de una galleta a un chocolate que encierra una especie de garnache y que nada o poco tiene que ver con la creación original del cocinero italiano.
Volviendo a la envoltura de presentación de los chocolates queretanos, esta muestra unas pequeñas heces fecales con cara, que recuerdan al icono de wassup, lo cual resulta aún más incongruente pues el nombre es pedos y no soretes. En una envoltura que pretende ser más seria en la que las pequeñas caquitas son representadas en una silueta dorada sin dejar por ello de ser una figura escatológica. La idea de hacer de esta galleta catalana un chocolate queretano fue de una empresa llamada El Palacio del Chocolate que además hace diferentes tipos de chocolate, versiones con chile, aromatizados y hasta una barra con tocino.
Espero que estos chocolates que son una verdadera delicia y que ostentan un nombre de tanto humor escatológico y con tan llamativa presentación pronto pueda ser adquirido en otras regiones de México 

publicado en the point.com.mx el 13 de marzo de 2017

martes, 17 de enero de 2017

Grace Tosier la esposa del chocolatero del rey.



En la Inglaterra del siglo XVIII, una mujer tuvo que volverse empresaria tras la designación real de su marido.
Armando Enríquez Vázquez.
El descubrimiento de América, como todos sabemos introdujo, en Europa miles de nuevos productos comestibles, entre los más importantes sin duda están el jitomate, la papa y el chocolate. Este último revolucionó las bebidas en las cortes europeas. Se dice que por al menos a lo largo de 100 años la corte española guardó el monopolio de la bebida, pero con la colonización por parte de portugueses, ingleses y holandeses de tierras en Centro y Sudamérica, estos países también comenzaron a cultivar también el cacao.
A Inglaterra la bebida llegó alrededor de 1640 y comenzó a popularizarse en la corte y poco a poco entre la aristocracia y los sectores económicamente poderosos de la isla. En las calles comenzó a venderse la bebida en las cafeterías, algunas de ellas evolucionaron convirtiéndose en las primeras chocolaterías en Inglaterra. La gente se reunía en estos establecimientos a beber y platicar o chismear acerca de los diferentes tópicos de la vida diaria, incluso a complotar en contra del rey recién llegado de Alemania.
Jorge I, rey de Inglaterra desde 1714, no era inglés por nacimiento y pertenecía a la casa Hannover, pero además tenía un gusto muy especial por el chocolate, por lo que pensó en abrir una sección de las cocinas reales exclusivamente para sus bebidas con chocolate, en esa época no existía el chocolate en las formas sólidas en las que lo comemos actualmente, eso surgió en el siglo XIX, en la época de Jorge I se creaban tablillas con granos de cacao molido en un metate en la cocina real y mezclado con diferentes especias, e ingredientes y se disolvían en diferentes líquidos como agua, leche, vino y oporto entre otras.
Cuando en 1717, Thomas Tosier fue nombrado chocolatero personal del rey Jorge I, tuvo que abandonar su local, que gozaba de mucha fama entre las distintas chocolaterías de la capital inglesa. Pero teniendo en cuenta que el negocio no podía cerrarse, sino todo lo contrario.  Su esposa Grace Tosier, tomó las riendas del negocio, convirtiéndose así en una empresaria, algo no muy común en el siglo XVIII. Incluso Jorge I mandó construir una sección al interior de las cocinas del palacio de Hampton únicamente para la fabricación de chocolate y donde operaba Thomas Tosier.
Como en muchos casos, casi no existe información acerca de Grace Tosier, sin embargo, es interesante como esta mujer tomó las riendas del negocio y más. Al parecer Grace Tosier tenía un gran sentido de la mercadotecnia pues jamás permito desasociar el nombre de su establecimiento del papel que su esposo jugó en la corte de Jorge I, a pesar de que Thomas Tosier murió y de que Grace Tosier se volvió a casar ella mantuvo el apellido que la ligaba al chocolatero y al servicio prestado al rey.
Además, una de las ideas proyectó al salón para beber chocolate de los Tosier, fue la propuesta de Grace de vender a los clientes una experiencia idéntica a la que se vivía al interior de los salones del palacio real de Hampton. A principios del siglo XVIII, Grace Tosier ya vendía la idea de una experiencia asociada al producto en el que se especializaba su negocio. Instaló un piso para bailes dentro del salón de chocolate y programaba reuniones y festejos en las mismas fechas que se hacía en la corte de Jorge I, dando a sus clientes la sensación de pertenecer a la aristocracia inglesa.
A pesar de la virtualmente nula información que existe acerca de esta talentosa empresaria inglesa, podemos darnos una idea de cómo lucía Grace Tosier. En 1729 el pintor Bartholomew Dandrigde hizo un retrato de la dama.
En el cuadro se ve a la mujer con un sobrero de grandes alas y una flor en el pecho. Un largo vestido y no se aprecia una mujer bella, ni mucho menos lo que deja ver el rostro de la pintura es una mujer estricta, tal vez centrada en sí misma, que mira desdeñosamente hacía ninguna parte.
Lo cierto es que a pesar de lo poco que sabemos de esta mujer, Grace Tosier enfrentó de manera exitosa, gracias a su innovadora visión mercadotécnica, un mundo de negocios dirigidos por hombres.

publicado el 9 de enero de 2017 en mamaejecutiva.net
imagen: britishmuseum.com 

jueves, 3 de marzo de 2016

Dos chocolates icónicos de Estados Unidos; dedos de mantequilla y la hija del presidente.



Detrás de dos marcas emblemáticas en los chocolates norteamericanos y de una polémica coincidencia se encuentra el trabajo del hijo de un migrante alemán.

Armando Enríquez Vázquez

Entre las marcas más simbólicas de chocolate norteamericano se encuentran los Butterfinger y los Baby Ruth. La historia de ambos chocolates se une en la del creador de la empresa que los inventó: Otto Young Schnering y su empresa la Curtiss Candy Company.
El chocolatero nació el 9 de octubre de 1891 en la ciudad de Chicago. Descendiente un migrante alemán y una aristócrata estadounidense; Julius Schenring, su padre, tras participar en la Guerra de Secesión en Estados Unidos como tambor de uno de los regimientos de Pensilvania, se estableció en la ciudad de los vientos donde conoció, trabajó e hizo sociedad con un hombre llamado Otto Young vendiendo joyería. En honor a su socio nombró a su hijo. Su madre se llamaba Helen Elizabeth Curtiss y era originaria de Vermont.
Schnering estudió filosofía en la Universidad de Chicago y comenzó a trabajar en una empresa dedicada a la venta de pianos, esta empresa fue comprada Sears, Roebuck Co. y Schnering quedó desempleado, gracias a un consejo encontró un remate de maquinaria para la fabricación de dulces, así fue como Otto entró en el negocio de la fabricación de dulces. En 1916, fundó Curtiss Candy Company. Otto utilizó el apellido de soltera de su madre, para evitar el apellido alemán que podría provocar animadversión en contra de la empresa por la I Guerra Mundial.
En ese momento Hershey’s el único fabricante de barras de chocolate, la I Guerra Mundial posicionó la barra de chocolate como un alimento que proveía al consumidor de energía al mismo tiempo que era nutritivo, Milton Hershey se hizo millonario con su barra en la guerra y desató la competencia en un producto que hasta ese momento no le interesaba a nadie.



En Chicago surgieron tres de las empresas más importantes en el ramo; Mars, creadora de  Sneakers, Milky Way y Three Musketeers, The Williamson Company responsable de la barra Oh Henry! y Curtiss Candy Company con sus dos barras que hoy en día siguen a la venta: Baby Ruth y Butterfinger.
Baby Ruth se llamó en un principio Kandy Kake pero en 1919 y tratando de ganar la batalla entre las diferentes empresas dedicadas a las barras de chocolate Otto relanzó la barra con el nombre de Baby Ruth y le puso un precio de 5 centavos de dólar lo que la hacia la mitad de barata que todas las barras de chocolate de la competencia. Baby Ruth se convirtió en un éxito, no sólo gracias al precio sino a dos factores importantes de mercadotecnia; el nombre y las campañas de publicidad.
El nombre fue desde el momento de la salida al mercado del producto y hasta la fecha una historia polémica. Baby Ruth es una alusión directa al nombre de uno de los más importantes jugadores de baseball en toda la historia del deporte; Babe Ruth. Aunque se dice que Curtiss Candy estaba interesada en que el chocolate llevara el nombre del jonronero, la anécdota cuenta que él pidió más dinero del que Otto Schnering era capaz de ofrecerle y entonces la marca de la barra quedó en Baby Ruth. La empresa argumentó en ese entonces y lo hace aún hoy en día que el chocolate fue nombrado así en honor de la hija muerta del Presidente de Estados Unidos Grover Cleveland, Ruth Cleveland, quién de bebé habitó la Casa Blanca volviéndose en ese entonces la niña más querida de Estados Unidos y quien murió de difteria a la edad de doce años. Otto Schnering decía que el nombre era parte de honrar a una niña que había sido importante para la nación americana y que había nacido seis días antes que el propio Otto. Cuando salió a la venta el chocolate, Ruth no era aún la gran estrella que llegaría a ser.
Así de sencilla fue la explicación ante los medios y los tribunales cuando años después, en 1928, el beisbolista sacó su propia marca la Barra Babe Ruth y fue demandado por Curtiss Candy  por utilizar el nombre Ruth para un producto similar a la de la empresa de Otto Schnering. Curtiss Candy ganó la demanda y puso un enorme cartel anunciando Baby Ruth enfrente de los jardines del estadio Wrigley’s, en el supuesto lugar en que Babe Ruth había colocado un legendario jonrón que abandonó el estadio. Este espectacular se mantuvo en ese lugar por más de cuatro décadas.



Las campañas publicitarias no solo se limitaron a poner anuncios del chocolate en paredes revistas y diarios, sino que Otto Schneering recorrió Estados Unidos regalando muestras de Baby Ruth y en uno de los primeros actos de BTL lanzó en las principales ciudades de Estados Unidos miles de barras de chocolate Baby Ruth desde aviones, cada barra llevaba un pequeño paracaídas. El piloto del avión de Baby Ruth a veces seleccionaba a diferentes personas para que lo acompañaran en su misión. En una ocasión en Miami seleccionó al hijo del mayor distribuidor de la barra de chocolate en el sur del estado de Florida, un muchacho de doce años llamado Paul Tibbets, que veinte años después en lugar de chocolates y al mando del Enola Gay, habría de dejar caer la bomba atómica sobre la población de Hiroshima.
En 1923, Curtiss Candy lanzó una nueva barra al mercado, que consistía en un relleno acaramelado y crujiente de mantequilla de cacahuate cubierto de chocolate, en esta ocasión Otto Schnering decidió poner el nombre del producto a concurso, como parte de su estrategia publicitaria. El ganador fue el nombre Butterfinger, una palabra que estaba muy en uso en la época y servía para describir a deportistas que eran incapaces de atrapar balones o pelotas. La persona que envío el nombre se calificaba a sí mismo como torpe.
Schnering utilizó las mismas estrategias de venta y promoción del producto que había utilizado con Baby Ruth. Otra de las estrategias utilizadas por Schnering fue crear productos alternos como helado o chicles con el nombre de sus dos principales marcas, para posicionar bien el nombre.
Otto Schnering fue uno de los empresarios más exitosos de su época, compitiendo de tú a tú con Milton Hershey y la familia Mars. Otto Y. Schnering, al igual que Milton Hershey creía en dar a sus empleados un buen trato y hacerlos parte de una familia más que de una empresa, en una época Curtiss Candy fue la empresa con los mejores sueldos para hombres y mujeres en la industria norteamericana del chocolate y Otto Schnering se enorgullecía de serlo. Schnering, además, incursionó en otros negocios de tipo agrícola.
Otto Schering murió de un infarto en 1953, dejando un legado en la industria confitera de Estados Unidos y dos marcas que lo han sobrevivido a él y a su empresa.
En 1964 la empresa fue vendida a una empresa llamada Standard Brands. En 1981 esta empresa fue adquirida por Nabisco junto con las dos marcas, algo curioso es que durante la fusión de las empresas las recetas originales tanto de Baby Ruth, como de Butterfinger se perdieron, por lo que se dice que se formularon mezclas similares, pero no exactas que son las que conocemos hoy en día. En 1990 ambas marcas fueron compradas por Nestlé.
En 2006 Baby Ruth se convirtió el chocolate oficial de la MLB, la más importante liga de baseball del mundo.

publicado en thepoint.com.mx el 24 de febrero de 2016