La primera directora
de cine profesional que tuvo nuestro país, vio su carrera truncada por los
boicots machistas de la sociedad mexicana que se proclamaba revolucionaria.
Armando Enríquez Vázquez.
La Revolución duró muy poco; sus logros y las aspiraciones
que intentaba instaurar en México desaparecieron después del gobierno del
General Lázaro Cárdenas, así lo creía Matilde Landeta. Tras la presidencia del
michoacano, regresaron muchas de las viejas prácticas de la sociedad
decimonónica como el machismo que tan bien sentaba a muchos de esos llamados
revolucionarios ya fueran generales sonorenses como Obregón y compañía o al
cachorro de la revolución Miguel Alemán, ese avaricioso veracruzano que lo
único que hizo junto con sus secretarios fue iniciar el cínico saqueó del país.
Las mujeres para los triunfadores de la contienda debían como en caso de los
judíos ortodoxos caminar dos pasos atrás de los hombres.
Nacida en el seno de una familia burguesa de comerciantes el
20 de septiembre de 1913 en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Cuando
apenas tenía tres años de edad murió su madre por lo que Matilde fue llevada a
casa de su abuela materna en San Luis Potosí quien se encargó de criarla. A la
edad de 14 años, en un viaje a Estados Unidos Matilde descubrió el cine al ver
una película llamada Old San Francisco. Un melodrama silente de un hombre que odia a los chinos y su enamoramiento por
una hispana, que descubre que el hombre tiene sangre chinas en sus venas, al
final todo se resuelve en medio del terremoto de 1906 que destruyó la ciudad. Entonces
su mundo cambió. A pesar de que su abuela creía que el cine era una de las
tretas estratagemas del diablo, la adolescente desde momento quedó maravillada
por aquella pantalla capaz de contar historias. También entendió que su poder y
su magia residían en aquel que se sentaba detrás de todos y concertaba los
esfuerzos de todos para que esa magia pudiera suceder.
En 1931 su hermano, Eduardo Landeta, comienza a trabajar
como actor bajo la dirección de Arcady Boytler en la película Mano a Mano. La joven comienza a visitar
el foro y su amor por el cine crece. Su constante presencia en la filmación no
pasó desapercibida y Miguel Zacarias en la filmación de la película Sobre las Olas, le ofreció trabajo pensando que la joven
quería ser maquillista, porque nadie dentro del cine mexicano podía pensar en
que una mujer pudiera aspirar a más en la industria, pero al darse cuenta que
Matilde buscaba algo más, decidió porbarla como continuista.
La decisión de Matilde de dedicarse al cine la llevó a un
fuerte enfrentamiento y separación de su familia, situación que como ella misma
relató en una entrevista fue superada con el tiempo y el reencuentro con su
familia se llevó a cabo una navidad, en la que la cineasta se sentía feliz de
haber recuperado el amor de su familia y haberse salido con la suya.
Matilde Landeta fue la primera scriptgirl, del cine mexicano, y llegó a ser la mejor dentro del
oficio y la mejor pagada. Durante doce años Landeta fue continuista, tiempo
trabajó para más de setenta películas y aprendió de los mejores de la época;
Fernando de Fuentes, Julio Bracho, Emilio el
Indio Fernández, Alex Phillips. No sólo Matilde trabajó con ellos, si no
que los cuestionó, los escuchó, aprendió todo aquello que compartieron con
ella.
En 1933 Matilde Landeta se casó con un coronel sonorense de
nombre Martín Toscano. En un principio cuando él le propuso matrimonio, Matilde
le contestó que ella tenía ya un compromiso con el cine a lo que el militar
respondió que eso no era problema y en realidad al parecer nunca lo fue. Sin
embargo, diez años después Matilde se divorció. Las razones estuvieron más
cercanas a la negativa de Landeta a tener hijos. Como confesó ella en una
entrevista, en algún momento descuido sus métodos anticonceptivos y tuvo un
hijo que nació con problemas cardíacos y murió a los tres días. En esa misma
entrevista Matilde aceptó que nunca tuvo vocación, ni ganas reales de ser
madre.
En 1945 se convierte en asistente de director. En 1948 para
sorpresa del gremio declaró sus aspiraciones de convertirse en directora de sus
propias películas. Nadie la apoya, empezando por las compañías productoras y
después por los sindicatos cinematográficos que tanto daño le han hecho al cine nacional. Landeta hipotecó
su casa, vendió su auto y creó su propia compañía productora llamada TACMA S.A.
de C.V. produjo, entonces su primera película; Lola Casanova. Durante el rodaje y la producción Matilde se
enfrentó al boicot dirigido por la pequeña mente de los miembros del sindicato
y de las empresas productoras y distribuidoras de cine en México, uno de los
rollos de negativo misteriosamente se perdió y no pudo ser filmado de nuevo. La
película estuvo más de un año enlatada y cuando finalmente se estrenó, lo hizo
en cines de segunda y en un martes de vacaciones de semana santa.
En 1949 Landeta dirigió su segunda película La Negra Angustias, al igual que Lola Casanova la producción fui
boicoteada y Matilde Landeta menospreciada por sus colegas y los sindicatos,
aguantó. En 1951 volvió a la carga con una nueva película; Trotacalles. La campaña en contra de la cineasta volvió a ser la
misma. Landeta, a lo largo de su vida evitó inculpar a los sindicatos y ella
siempre simplificó el asunto a un problemas de las empresas productoras que
gastaban más dinero en las películas de lo que ella hizo. Pero eso fue algo
que, sin insinuar algún tipo de comparaciones, Juan Orol también hizo.
Matilde Landeta se alejó de la dirección y producción
cinematográfica. En 1953 escribió alrededor de 110 guiones y dirigió algunos
capítulos en español del popular programa infantil de Estados Unidos Howdy Doody. Su labor en el cine a lo
largo de los siguientes lustros se centró en la escritura de guiones, y de dar
clases de cine.
Tendrían que pasar cuarenta años para que Matilde Landeta
volviera a sentarse en la silla del director y realizar su cuarta y última
película. En 1991, a la edad de 78 años, Matilde Landeta, dirigió Nocturno a Rosario, acerca de Rosario de
la Peña, la musa de Manuel Acuña. La película pasó sin pena, ni gloria.
Matilde Landeta ganó un Ariel en 1957 por el guion
cinematográfico El Camino de la Vida
que escribió en colaboración de su hermano Eduardo y que dirigió Alfonso Corona
Blake.
Matilde
Landeta no fue la primera mujer en México en dirigir una película, ese crédito
al parecer pertenece a Mimí Derba, pero sí fue la primera en dedicarse
profesionalmente al cine y dirigir más de una película. Murió el 26 de enero de
1999,publicado en mamaejecutiva.net el 16 de febrero de 2015
imagen: difusioncultural.unam.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario