Si toda la fama de “malosos” de los Raiders de Oakland se
pudiera sintetizar en uno de sus jugadores, este probablemente sería Jack
Tatum, El Asesino.
Armando Enríquez
Vázquez.
La fama de los Raiders de Oakland desde sus inicios ha sido
la de uno de los equipos más duros de la NFL, un equipo al que le gusta jugar
rudo, que siempre ha contado entre sus jugadores a los rechazados por otros
equipos, a los problemáticos. Hombres que no gustan de las reglas, de los
convencionalismos. Durante muchos años Al Davis se encargó de que esa visión de
los Raiders fuera una manera exacta de describir al equipo de Oakland y no sólo
un mito.
John Matuszack, Fred Biletnikoff, Ken Stabler, Lyle Alzado,
Jim Plunket, Howie Long, son sólo algunos de los nombres de una interminable
lista de Raiders que cumplían con alguna de las características que se atribuía
al grupo de jugadores. Pero de entre todos los Raiders que se han distinguido
por su rudeza al jugar en el emparrillado tal vez ninguno como Jack Tatum a quien
sus compañeros apodaban El Asesino.
John David Tatum nació el 18 de noviembre de 1948 en
Cherryville en el estado de Carolina del Norte. En sus días como jugador
colegial el legendario Woody Hayes lo alineó en Ohio State como corredor,
gracias a la sugerencia de uno de sus asistentes; Lou Holtz, Tatum comenzó a
jugar safety, linebacker y corneback de manera aleatoria. Fue entonces cuando
comenzó a llamar la atención de los reclutadores de la NFL. Aunque Ohio tenía
varios defensivos agresivos, ninguno era más duro que Tatum. En una ocasión un
reportero escribió acerca de esta característica de la defensiva de los Buckeyes
y de lo fuerte que pegaban los jugadores pero aclaró: Aquellos que son golpeados por Tatum parecen ser los que rebotan más
alto.
En 1971 al terminar su época de colegial Jack Tatum fue seleccionado
en el lugar número 19 de la primera ronda por los Raiders de Oakland.
Esa misma temporada se ganó la titulardad en el equipo al
demostrar su gran capacidad y versatilidad al poder jugar la posición de safety
como un verdadero apoyador, pero ante todo lo que llamó la atención de John
Madden, entrenador de los Raiders, fue la fuerza con la que el novato de Ohio
State golpeaba y tacleaba a sus adversarios sin importar el tamaño o peso, lo
mismo daba un ala abierta que un fullback o un ala cerrada.
Los adversarios le temían y en alguna ocasión Tatum declaró:
Me pagaban por
golpear, entre más fuerte mejor, y yo me encargaba de taclear y aplastar
adversarios, aturdirlos.
En otra ocasión dijo;
Siempre intentaba
golpear fuerte, si alguien se lastimaba pues era parte del juego, pero siempre
esperabas que estuvieran bien.
Tatum formó junto con Willie Brown, George Atkinson y Skip
Thomas una de las defensivas secundarias más famosas y más duras en la historia
de la NFL, conocida como la Soul Patrol.
Desde su primera temporada la fuerza y efectividad con las que tacleaba, llevó
a varios miembros de la prensa a compararlo con el legendario Dick Butkus. Cosa
que al no le gustaba, porque como decía; Butkus era un apoyador y él un safety.
Pero también se ganó un apodo El Asesino.
Tatum fue parte muy importante en la famosa jugada de la NFL;
la Inmaculada Recepción, al golpear a
Frenchy Fuqua y hacer que el ovoide
rebotará para que Franco Harris lo atrapara logrando el touchdown de la
victoria para los Acereros de Pittsburgh que en 1972 permitió a los Acereros continuar
su camino en los play offs y llegar al Superbowl VII.
Años después cuando los Raiders jugaron contra los Vikingos
de Minnesota en el Superbowl XI, Tatum golpeó con tal fuerza a Sammy White. Ala
abierta y novato, que el casco de este salio volando. Tras esta jugada White fue
anulado del juego y los Raiders ganaron el campeonato.
No cabe duda de la grandeza de Jack Tatum, sin embargo la
jugada que marcó su vida se llevó a cabo en un juego de pretemporada en 1978 y
en un principio fue una jugada más.
Los Raiders jugaban contra los Patriotas de Nueva
Inglaterra. En una jugada que parecía normal, Steve Grogan lanzó un pase a Darryl
Stingley, el pase fue alto y Stingley no lo pudo alcanzar, sin embargo no pudo
evitar chocar con Tatum que ya iba a toda velocidad en contra del jugador de
Nueva Inglaterra. La colisión no fue nada del otro mundo, el resultado sí.
Darryl Stingley quedó paralizado de por vida. Aquí inició una serie de estigmatizaciones
contra Tatum, de pronto se convirtió en un villano del emparrillado.
Tatum nunca se disculpó con Stingley, aunque Tatum afirmaba
que los parientes de Stingley le prohibieron el paso al hospital al que fue
llevado el jugador. Con el paso de los años ambos jugadores se evitaron y
evitaron el tema. Pero otros se encargaron de acrecentar la mala fama de uno de
los más agresivos safeties que hayan jugado en la historia de la NFL.
Tatum fue transferido en 1980 a los Petroleros de Houston y
esa fue su temporada final. A lo largo
de su carrera Tatum interceptó 37 pases y regresó 736 yardas. Recuperó 9
fumbles y recorrió 164 yardas. Tras su retiro, Tatum regreso a los Raiders, se
hizo agente inmobiliario y era socio de un restaurante.
Escribió tres libros autobiográficos, el primero en 1980; They Call Me Assassin. Después They Still Call Me Assassin en 1989 y
por último en 1996; Final Confessions of
NFL Assassin Jack Tatum.
Tatum fue admirado por muchos de sus contemporáneos y estrellas
que le siguieron como Ronnie Lott. Aunque será difícil que con el caso de
Stingley y las tonterías actuales de la NFL y lo políticamente correcto, Jack
Tatum sea considerado en alguna ocasión próxima a formar parte del Salón de la
Fama.
Jack
Tatum murió el 27 de julio de 2010 de un ataque cardiaco. imagen: cleveland.com
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