En 2009 la periodista Laura Castellanos publicó un libro
que marca la visión de cuatro décadas de los mexicanos sobre el fenómeno OVNI.
Armando Enríquez
Vázquez
Buscando entre los libros de mi biblioteca, me encontré con
otro que compré hace diez años Ovnis, historia y pasiones de los
avistamientos en México de Laura Castellanos editado por Grijalbo
Mondadori.
El libro no tiene que ver con charlatanerías, fanatismo o
escepticismo recalcitrante acerca del fenómeno, al contrario, es un pequeño
reportaje, 123 páginas, una crónica de lo que el fenómeno ha representado para
los mexicanos desde los años sesenta ya hasta la primera década de este siglo.
El trabajo de Laura Castellanos vale la pena leerse por
muchas razones; a la gente de la generación que fuimos niños y adolescentes a
finales de los años sesenta y durante la década de los setenta nos traerá
muchos recuerdos, cientos de ideas que pasaban por nuestras mentes al hablar en
la escuela con nuestros amigos sobre el tema, todos o casi todos habíamos visto
cosas extrañas en el cielo, o leído o visto en la televisión. Programas como Los
Invasores que Castellanos no menciona en su libro, otro que se llamaba UFO
que era a una serie inglesa de cual sólo recuerdo un automóvil que abría las
puertas hacia arriba, y unas mujeres con pelucas moradas que eran las
encargadas de la base terrestre en la luna.
Los titulares de los diarios en la década de los años
sesenta cuando el avistamiento de objetos voladores no identificados cobró
matices de ilusión colectiva; al grado de anunciarse un desfile de naves
espaciales por Paseo de la Reforma, la cual obviamente nunca llegó a suceder,
pero de acuerdo con la portada de la sección de la Ciudad de México de El
Excélsior del día siguiente, incluida entre las fotografías del libro “Carteristas
Hicieron su Agosto con los Famosos Platívolos.” El libro nos recuerda que
esa fascinación tuvo manifestaciones más allá de los avistamientos y euforia
ciudadana por el fenómeno OVNI, el cine mexicano enfrentó a algunas de sus
grandes estrellas como Eulalio González “El Piporro”, contra seres de otros
planetas, “Resortes” luchó contra los marcianos acompañado de bellezas
intergalácticas y Lorena Velázquez comandaba a una raza de mujeres
extraterrestres que venían a invadirnos. Hasta la familia Burrón fue visitada
por un extraterrestre, al estilo de los Picapiedra y el extraterrestre Gazú,
conforme lo muestra la escritora. En el teatro de carpas llegó una visión
pueril en ese entonces del fenómeno OVNI y Palillo montó la obra Los
platillos son plutones.
También habla de publicaciones que marcaron a muchos en
aquellos años como la famosa revista Duda que hablaba de casos
paranormales en forma de un comic o lo que hoy se llamaría una novela gráfica.
La revista después evolucionó a otra publicación llamada Contactos
Extraterrestres y tenía pequeños libros impresos en papel revolución con
casos más extensos de diferentes temas. Incluso como apunta Castellanos el
inigualable Rius publicó en esa editorial que se llamaba posada libros como La
panza es primero.
El libro de Castellanos habla de los protagonistas del
fenómeno en nuestro país, de Pedro Ferriz Santacruz y su legendario programa de
radio y después de televisión que en los noventa regresó al radio; Un mundo
nos vigila. Jaime Maussan y su Tercer milenio. Haciendo hincapié en
una de las únicas ufólogas que existen en nuestro país Ana Luisa Cid. Pero
también en aquellos que no creen en el fenómeno; científicos y otros profesionistas;
controladores aéreos y pilotos aviadores.
Diferentes grupos y asociaciones hacen presencia en el libro;
serias, internacionales y los entusiastas y adictos como Los Vigilantes
que desde las azoteas de sus casas en la Ciudad de México y otras de la República
surten a diario de videos a Maussan. La propia Laura Castellanos como parte de
la investigación para el texto participó en una de estas esperas en la azotea
de la casa de una de sus entrevistadas.
Pero el libro no se limita a hacer un recuento de anécdotas
o personajes, nos cuenta como la sociedad mexicana fue capaz de hacer que un
programa de televisión en vivo durara once horas ininterrumpidas cuando se tocó
el tema y acudieron personalidades de ambos puntos de vista. Nos habla de cómo
los mexicanos tenemos la misma pasión para creer que para dudar. Es una mirada
a otra faceta de la sociedad en tiempos en que nos definimos en la inseguridad
y el crimen. El pequeño gran libro de Castellanos no pretende hacernos decidir
quién esta en lo cierto y quien en el error. Al final de cuentas, como todo buen
ensayo, una invitación a continuar investigando sobre el tema por cuenta propia.
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