Ganadora del Premio
Nobel de Literatura en 1996 esta mujer fue la punta de lanza de la poesía
polaca durante el siglo XX.
Armando Enríquez
Vázquez
Desde la primera vez que leí a Szymborska, a raíz de su designación
como Premio Nobel de Literatura en 1996, encontré en la poeta polaca una voz
entrañable de la que es difícil, como me sucede con otros poetas del este de
Europa, olvidarse o dejar en las estanterías del olvido. Ese optimismo de
quienes vivieron en un sistema totalitario parece estar presente en la obra de
Szymborska:
Una vez encontró en los arbustos una jaula de palomas.
Se la llevó
y para eso la tiene,
para que siga vacía.
Se la llevó
y para eso la tiene,
para que siga vacía.
(Fragmento del
poema “Alguien a quien observo desde hace tiempo”)
Wislawa Szymborska nació el 2 de julio de 1923 en un pueblo
llamado Bnin, que hoy es parte de la ciudad de Kórnik. En 1929 la familia se
mudó a Cracovia. El talento poético de Wislawa Szymbroska se reveló desde su
infancia cuando su padre le daba una moneda por cada poema divertido que la
niña escribiera. Infancia y adolescencia transcurrieron en los terribles días de
la entre guerra, ese respiro extraño e ideológicamente hirviente que se dio
Europa antes de iniciar la II Guerra Mundial. En 1945, Wislawa entró en la
Universidad Jaguelónica, fundada en 1364 por Casimiro III el grande, en un
principio su nombre fue Academia de Cracovia. Esta universidad no sólo es la
más antigua de Polonia, es una de las más antiguas de Europa. El cuerpo
académico y trabajadores fueron diezmados durante la II Guerra Mundial.
Mientras los Nazi arrestaron profesores y trabajadores que fueron enviados a
campos de concentración, los rusos fusilaron bajo órdenes Stalin a otra parte
del cuerpo de los facultativos. Uno de los estudiantes distinguidos de la
universidad durante ese oscuro periodo fue Karol Wojtyla quién se convirtió en
el Papa Juan Pablo II.
Pensé en la felicidad y sentí miedo.
Porque si sólo de eso se trataba en la vida,
la cabeza
era feliz.
Porque si sólo de eso se trataba en la vida,
la cabeza
era feliz.
(Fragmento del poema Experimento)
Wislawa estudió literatura polaca y sociología. En 1948 se
casó por primera vez con Adam Wlovek, un poeta y editor polaco. Szymborska. En
1945 publicó su primer poema. En 1952 vio la luz su primer libro de poesía, Por eso vivimos y en 1954 el segundo, Preguntas a una misma, ambos textos
muestran los lazos que existían entre la poeta con la visión comunista del
partido gobernante en Polonia. De 1953 a 1981 trabajó como editora y colaboradora
de la revista Vida Literaria. Hacía
una columna a partir de collage y contestaba cartas de los lectores, así como a
los aspirantes a escritores que mandaban material para publicar en la revista,
generalmente con un estilo irónico y caustico. En una entrevista recordó que
con frecuencia contestaba a los aspirantes que eran malos y sintiendo que la
respuesta no era brutal, algo de dudar, con la siguiente frase: “Es fundamental cambiar de bolígrafo. El que
utiliza comete muchos errores.” A lo largo de su vida publicó 16 libros de
poesía.
Poco a poco se fue alejando del partido comunista y las
ideas inflexibles e intolerantes acerca de la sociedad. En 1954 se divorció.
Volvió a casarse en 1967 con el escritor y poeta Kornel Filipowicz, con quien
vivió hasta la muerte de este en 1990.
En 1991 recibió el prestigioso Premio Goethe y en 1995 el
desaparecido Premio Herder.
Wislawa fue una sencilla mujer con un curioso sentido del
humor. En 1996 tras ser informada de haber ganado el Premio Nobel de Literatura
la poeta declaro: “No pienso irme a
celebrar el Nobel. Voy a irme a acostar temprano”.
Wislawa Szymborska murió el 1º de febrero de 2010 en su
departamento de Cracovia.
Opinión sobre la
Pornografía
No hay mayor lujuria que el pensar.
Se propaga este escarceo como la mala hierba
en el surco preparado para las margaritas.
No hay nada sagrado para aquellos que piensan.
Es insolente llamar a las cosas por su nombre,
los viciosos análisis, las síntesis lascivas,
la persecución salvaje y perversa de un hecho desnudo,
el manoseo obsceno de delicados temas,
los roces al expresar opiniones; música celestial en sus oídos.
A plena luz del día o al amparo de la noche
unen en parejas, triángulos y círculos.
Aquí cualquiera puede ser el sexo y la edad de los que juegan.
Les brillan los ojos, les arden las mejillas.
El amigo corrompe al amigo.
Degeneradas hijas pervierten a su padre.
Un hermano chulea a su hermana menor.
Otros son los frutos que desean
del prohibido árbol del conocimiento,
y no las rosadas nalgas de las revistas ilustradas,
pornografía esa tan ingenua en el fondo.
Les divierten libros que no están ilustrados.
Sólo son más amenos por frases especiales
marcadas con la uña o con un lápiz.
Se propaga este escarceo como la mala hierba
en el surco preparado para las margaritas.
No hay nada sagrado para aquellos que piensan.
Es insolente llamar a las cosas por su nombre,
los viciosos análisis, las síntesis lascivas,
la persecución salvaje y perversa de un hecho desnudo,
el manoseo obsceno de delicados temas,
los roces al expresar opiniones; música celestial en sus oídos.
A plena luz del día o al amparo de la noche
unen en parejas, triángulos y círculos.
Aquí cualquiera puede ser el sexo y la edad de los que juegan.
Les brillan los ojos, les arden las mejillas.
El amigo corrompe al amigo.
Degeneradas hijas pervierten a su padre.
Un hermano chulea a su hermana menor.
Otros son los frutos que desean
del prohibido árbol del conocimiento,
y no las rosadas nalgas de las revistas ilustradas,
pornografía esa tan ingenua en el fondo.
Les divierten libros que no están ilustrados.
Sólo son más amenos por frases especiales
marcadas con la uña o con un lápiz.
Versión Abel A. Murcia
publicado en mamaejecutiva.net el 3 de junio de 2019
imagen wikipedia.org
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