Si no fuera porque son políticos, miembros del partido en
el poder, uno podría pensar que se trata del guión de una película o una serie
en tono de farsa sobre el poder en México.
Armando Enríquez
Vázquez
Escuchar al senador de Morena Martí Bartres desgarrarse las
vestiduras porque el senador también de Morena Ricardo Monreal, le mapacheó las
elecciones y fue destituido de la presidencia del Senado, es una joya de lo
falsa que es la izquierda que estos políticos acomodaticios dicen representar.
El senador Bartres asegura con ese tono de niño despojado de una paleta que él
no quiere el poder, él se contenta con ser un senador más de la República. Sí
es así, que se calle y se ponga a trabajar por el bien de México y no por el
ego de los títulos. Claro que Monreal no es ninguna blanca paloma, quien desde
su rincón se soba las manos y llama a la unidad pasada su tropelía. Después de
que el presidente los regaño y nadie le hizo caso, Monreal ganó la disputa y el
ardido de Bartres se fue de la mesa directiva sin siquiera darle la mano a la
nueva presidenta de la mesa directiva del senado.
Las incongruencias mostradas en menos de un año por los
miembros del partido en el poder en las cámaras legislativas, no son pocas,
empezando con el mismo senador Bartres , que se proclama de izquierda,
presumiendo ser un invitado de honor en la gala que se le hizo al pastor
pederasta de la Luz del Mundo en nuestro maravilloso Palacio de Bellas Artes
utilizado por estos mezquinos de la 4 T para demostrar que para la izquierda
juarista que tanto clama el presidente y sus borregos, el estado laico es sólo
una más de las imposiciones fifís de la derecha. O acaso ya se nos olvidó que
ese poder legislativo que se supone independiente del poder ejecutivo inició
sesiones hace ya un año al grito servil de: Es un honor servir, perdón, estar
con Obrador.
En ese sentido la voracidad de los diputados de Morena quedó
manifiesta cuando una sedienta del poder y la venganza como lo diputada Dolores
Padierna quiso secuestrar la Cámara de Diputados al tratar de no honrar los
acuerdos conla oposición y hacer lo que hizo el PRI por décadas hasta que personas
que hoy pertenecen al partido en el poder como el mismo presidente lucharon por
ganar esos espacios y alternancia en el poder legislativo, algo que Padierna y
sus minions parecen olvidar y muchos desconocen. Lo peor es que el mismo
coordinador de la bancada morenista el diputado Mario Delgado declaro en entrevista
radiofónica, no nos vamos a agandallar de manera total. Lo que quiere decir que
Morena reconoce que si hay agandalle. Una vez más el presidente manoteo sin que
nadie le hiciera caso, porque fue el manotazo del diputado Múñoz Ledo el que
puso orden en la cámara.
Un país con un gobierno de república bananera de principios
del siglo XX, donde el Secretario de Salud nose ocupa de conseguir los
medicamentos faltantes para la atención de pacientes, si no que por encargo y
capricho presidencial se dedicara los próximos días en organizar los festejos
de la Independencia del País.
La más soberbia en el discurso dictatorial de Morena es
Yeidckol Polevnsky; una verdadera vergüenza para la política nacional. Alguien
que se quiere presentar como la presidenta del partido en el poder de una
democracia moderna de izquierda, en la memoria del país sólo despierta los
recuerdos de los peores presidentes del PRI Nacional como Roque Villanueva. La
desdicha es que los supera con la dictatorial actitud que mantiene, tan similar
a la del abominable Diosdado Cabello de Venezuela, muchas veces la peor cara del
poder no está en sus mandatarios, si no en la bola de roedores que se mueven a
su lado baste recordar a Luis Echeverría en el 68, José Córdoba Montoya durante
los años de Salinas presidente o Genaro García Luna en los de Calderón por
nombrar algunos de una enorme lista de canallas que han polulado por los
pasillos de Palacio Nacional y Los Pinos. Es impensable que en cualquier nación
que se llama democrática, a excepción claro de Venezuela o Bolivia, el
presidente nacional de un partido político se proclame a favor del ejercicio
del poder de un gobernador a partir de mañosa y corruptamente alargar periodos
electorales que anula el ejercicio democrático del sufragio. Violando el
principio democrático del sufragio universal.
Otro ejemplo de este discurso maniqueo sucede al escuchar a
Paco Ignacio Taibo II presumir de sus campañas y ferias de lectura; propaganda
pura, cuando la realidad está en las estanterías a medio llenar de las librerías
del Fondo de Cultura y una pobrísima oferta sesgada, cosa que nunca antes desde
que tengo memoria sucedió. Una más de tantas contradicciones de esta
administración preocupada por maquillar la realidad del país y no en resolver
todos los problemas que prometió y que le trajeron tantos votos al hoy
presidente. Es triste que alguien que es un buen escritor y se presume un
intelectual de izquierda no haya podido resistir ser parte del poder corrupto mismo
al que lleva toda su vida criticando. Lo que es peor ejercer el poder de idéntica
manera; déspota y arrogante de otros en lugares claves de la cultura en
administraciones pasadas.
Y no es que los políticos mexicanos tengan una tradición de
ser congruentes y mucho menos de ser honestas personas. Hoy tenemos a Rosario
Robles quien como todos sabemos se ha acomodado en los mejores puestos, sin
importar el partido, para usarlos de la peor manera para los mexicanos y de la
mejor para ella, sólo basta recordar la manera prepotente con la que hace un
par de años se coló a Milenio para exigir la cabeza de reporteros que habían
escrito un reportaje acerca de los malos manejos de dinero de Sedesol y como el
servil Carlos Marín despidió a la reportera Karen Cota. Pero estos de Morena
eran los políticos que se suponía iban a venir a cambiar todo y patéticamente
son sólo pan con lo mismo o con un relleno peor.
Una supuesta izquierda que sólo ha logrado humillar al
ejército desde que era oposición y hoy que lo necesita, implementa acciones en
las calles, no de la misma manera que Calderón o Peña Nieto, si no peores
porque a decidido abandonar a los militares a su suerte ordenándoles no atacar
a sus agresores y permitiéndoles a estos que sin problema despojen de sus armas
a las fuerzas armadas, mismas que terminan en manos del crimen organizado. Un
crimen que ni se acaba y mucho menos obedece a un presidente incapaz de poner
orden en el país o al interior de su propio partido donde las ambiciones de
personajes como Martí Bartres, Ricardo Monreal o Yeidckol Polevnsky los tienen
ya futureando para las elecciones del 2024 o cómo quedarse en a la cabeza de
diferentes Estados, así el caso de Polevnsky quien se ve en el palacio estatal
de gobierno en Toluca destruyendo al Estado de México y creando una base
importante de votantes para el 2024.
Vivimos un teatro con actores de cuarta que desgraciadamente
augura muy altos costos para la democracia y la calidad de vida del país.
Una primera versión de este texto se publicó el 31 de agosto de 2019 en blureport.com.mx
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