¿Es el impuesto a
refrescos y comida chatarra la opción para acabar con los futuros problemas del
país? ¿Hay algo más por hacer?
Armando Enríquez Vázquez
La reforma hacendaria, que parece simplemente una nueva
miscelánea fiscal, esta por ser aprobada y entre los nuevos impuestos que
habremos de pagar se encuentra el impuesto para refrescos y los llamados
alimentos chatarra.
En un principio y de entrada estos impuestos parecen más que
razonables, y creo que tienen como fondo un principio de justicia; que los
responsables del próximo gran problema de nuestro sistema de salud paguen parte
de esa factura de la que sin duda alguna son responsables.
No será la mejor manera de desanimar el consumo de estos
productos. Incluso tal vez este impuesto ni siquiera impacte de manera
importante las ganancias de los productores de bebidas azucaradas y de
productos poco o nada alimenticios. Como en el caso de los cigarros, este tipo
de impuestos no lo han hecho. Como tampoco lo han hecho las campañas en contra
del consumo de los productos derivados del tabaco, o la prohibición de la
publicidad de cigarros.
Las bebidas azucaradas y los productos chatarra son sólo la
punta del iceberg de una serie de pseudo alimentos que son cada vez más
peligrosos en su consumo. Por ejemplo, al parecer los productos light son
todavía más dañinos que los productos normales. Los edulcorantes artificiales
se encuentran en medio de una fuerte controversia que involucra problemas tan
serios de salud como cáncer y alzheimer. Como en toda polémica, las posturas
acerca del aspartame se han polarizado, tan sólo el año pasado la Universidad
de Harvard publicó un estudio en el que se relacionaba al aspartame con ciertos
tipos de cáncer, para poco tiempo después en un comunicado de prensa declarar
que los resultados del estudio no eran lo suficientemente convincentes para que
estos fueran definitivos. Para muchos medios especializados en notas de ciencia,
la actitud de la Universidad fue sorprendente. También se ha insistido en que
algunos de estos substitutos del azúcar pueden influir en una mayor obesidad.
Por lo tanto el problema de una crisis en la salud de los
mexicanos sigue presente. El problema no sólo se debe atacar desde el demagógico
e impositivo punto de vista de la Secretaria de Hacienda, el problema debe ser
atacado por la Secretaria de Salud e incluso por las mismas empresas
productoras, a las que una reforma hacendaria equitativa podría incentivar
fiscalmente a invertir en la investigación de nuevos edulcorantes, menos
dañinos o menos polémicos. Así se podrían matar dos pájaros de un tiro al
fomentar el desarrollo científico de nuestro país y creando un beneficio
económico para sus empresas.
Mientras eso sucede y como parte del impuesto a los
refrescos, creo que se deben incluir fotografías de las consecuencias del
consumo de las bebidas azucaradas, del excesivo consumo de sal, o de alcohol en
cada uno de los envases de estos productos tal y como se hace en las cajetillas
de cigarros. El tabaco es tan natural y sano como lo puede ser la caña de
azúcar o un betabel, el problema reside en los procesos industriales que los
convierten en cigarrillos, refrescos o bebidas alcohólicas, o frituras con bajo
contenido nutricional y con muchos perjuicios para la salud del individuo y el
bienestar de la sociedad. Así como en el abuso de su consumo.
Existe ya un ejemplo,a pesar de que la empresa refresquera
más importante del mundo ha lanzado una campaña en defensa de sus productos al
decir que promueve una vida sana, pero esto es pura demagogia, al menos en
México, en Argentina la empresa ya experimenta con una nueva bebida cuyo envase
en lugar del rojo acostumbrado es verde y así como otros productos de la
empresa añaden a su nombre la palabra light, en este envase verde debajo de la
marca se lee Life. El endulzante utilizado en la bebida, es natural; y se llama
Stevia. Las Stevias son un género de plantas originarias del continente
americano. En especifico, la refresquera utiliza, una especie sudamericana de
nombre Stevia rebaudiana que es 300
veces más dulce que el azúcar con un gran beneficio no produce calorías y puede
ser consumida por diabéticos. Los indios guaraníes conocen la planta y la
utilizan desde hace más de 1,500 años. La planta ha sido certificada tanto por
la FAO, como por la OMS como un alimento inocuo.
Una de las especies nativas de nuestro país del género
Stevia, la Stevia micrantha lag.,
ayuda a controlar el colesterol y
otra la Stevia serrata tiene usos
medicinales en contra de malestares intestinales de acuerdo con la CONABIO. Pero más interesante es lo que ya está
haciendo el Grupo Pegaso, de Alejandro Burillo, de la mano con el Instituto
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), que se
han puesto como meta desarrollar métodos de cultivo de la Stevia rebaudiana que lleven a desplazar a China del primer lugar
que tiene en la producción de la planta.
Son este tipo de esfuerzos los que debe alentar el Gobierno
de nuestro país. El uso y la explotación de la Stevia no sólo podría redundar
en la salud de los mexicanos y el negro futuro que enfrentamos con el consumo
del azúcar, si no del campo mexicano que reclama también ser tema de una de las
reformas presidenciales desde hace lustros.
Veamos más allá de las campañas de las doce cucharadas o de
los millones de tenderos de la esquina que perderán la forma de ganarse la
vida. Es cierto que el problema necesita
atacarse también y sobre todo con educación en el hogar y en la escuela como se
ha hecho con el tema del tabaco.
publicado en blureport.com.mx el 24 de Octubre de 2013
imagen. gardenoftomorrow.com
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