martes, 8 de octubre de 2013

La democracia contra el pueblo.




Si algo nos debería quedar claro en los últimos años es que la Democracia está muerta y que no es su espíritu lo que alimenta a los gobiernos de hoy.

Armando Enríquez Vázquez

Mientras el gobierno de los Estados Unidos enfrenta su primera semana de un “apagón financiero” La pregunta que nadie parece hacerse es ¿a quién favorece este enfrentamiento entre partidos políticos? Los cánones demagógicos dirían que al pueblo al que gobiernan, al cortar el gasto excesivo que el gobierno norteamericano tiene. La realidad niega este hecho. Se trata de un pleito entre partidos por el poder, por las elecciones del año próximo y las presidenciales de 2016. Desde finales de la semana pasada los controladores de esa ficticia entidad llamada macroeconomía han comenzado a alertar acerca de los peligros que la situación en Washington puede provocar en el mundo si esta se prolonga demasiado tiempo. Llegado el momento este puede ser el inicio de crisis financiera peor que la de 2008. Entonces para los ciudadanos sus deudas hipotecarias y crediticias pueden detonar de nuevo el ciclo de la depresión. ¿Quiénes se benefician de esta situación? Los mismos especuladores de siempre y los organismos internacionales de la usura como el FMI. ¿Para quién actúan, entonces los partidos políticos, elegidos por los ciudadanos?
La incapacidad de negociación entre demócratas y republicanos, se reduce tan sólo a un pleito de familia por ver quien administra el dinero de la nación. Por una lado Obama y los populistas demócratas, por otro los del partido del té, las aseguradoras de gastos médicos, encabezados por los líderes republicanos de la cámara de senadores de Estados Unidos, donde tienen la mayoría y pueden bloquear a Obama. Curiosamente entre la lista de los 32 republicanos clave para la cerrazón mental del Congreso de los Estados Unidos, de acuerdo con el portal The Atlantic, ninguno es negro.
Del otro lado del Atlántico, este fin de semana bajo el pretexto de que el senado irlandés le cuesta alrededor de 20 millones de euros anuales a los ciudadanos de Irlanda, se llevó a cabo un referéndum convocado por el primer ministro Enda Kenny en el que gobernante pretendía la abolición del senado, pero que se puede leer como quitarse un obstáculo en las decisiones que tome Kenny para gobernar. Los irlandeses por tan sólo un poco más de 51% de la votación y tan sólo el 35 % de participación le han negado a Kenny la abolición del Senado. Como en el caso de nuestras cámaras de diputados y senadores los irlandeses piensan que el senado irlandés es un refugio para viejos políticos fracasados y una forma de hacer una carrera profesional sin comprometerse a nada, aun así creen que necesita existir. Más que abolirlo, el senado irlandés necesita reformarse y volverse una herramienta de la verdadera democracia. O al menos, eso pretenden leer los políticos irlandeses en los resultados del referéndum que fue ignorado por más del 60 % del electorado.
Ni que decir de Grecia o de España donde a los intereses ciudadanos se han antepuesto los intereses de los socios de los políticos y del FMI, el Banco central Europeo y la comunidad financiera internacional.  En Italia el ex primer ministro y magnate de los medios de comunicación Silvio Berlusconi intento una especie de golpe de estado para librar los cargos de corrupción que enfrenta y la posible condena a la cárcel. Los ciudadanos italianos no entran en esa ecuación.
Pero para que ir tan lejos cuando en los últimos doce años hemos visto en nuestro país a la gavilla de pandilleros que representan a los partidos políticos en las cámaras, se han dedicado a oponerse a las iniciativas de reformas estructurales tan necesarias, sólo por provenir de un partido contrario sin realmente importarles lo que necesita el país y sus habitantes. El PRI, que se negó a todo durante 12 años, hoy propone con cinismo y quiere parecer revolucionario reformas peores y más arbitrarias a las que en su momento propuso el PAN.
La democracia ha desaparecido para dar paso a una oligarquía donde lo que importa es que se beneficien los miembros del partido en el poder y sus amigos empresarios legales o ilegales, para poder hacerlo de la misma manera que una dictadura o una monarquía, no en balde durante años se llamó a los gobiernos priistas de nuestro país una dictablanda.
A cinco años de la toma del poder en Islandia por parte de los ciudadanos; la recuperación económica del país fue mucha más rápida de lo que todos auspiciaban a pesar de los organismos internacionales. En 2013, los partidos políticos regresaron a Islandia y ganaron las elecciones de nueva cuenta pero aseguran que han aprendido y que están listos para gobernar a favor de la población. Sólo el tiempo nos lo dirá, pero la reflexión a la que los obligo la revuelta de 2008, por lo menos ha provocado que las primeras decisiones del nuevo gobierno Islandés han sido a favor de los gobernados y en contra de los grandes intereses nacionales y extranjeros.
De acuerdo con las palabras de Joseph Stillitz, premio Nobel de economía de 2001 ha declarado: Lo que hizo Islandia fue lo correcto. Hubiera sido equivocado cargar a las futuras generaciones con los errores del sistema financiero.
Podremos todos los demás ciudadanos del mundo obligar a los políticos de nuestras naciones recordarles que fuimos nosotros los que los elegimos y nosotros los que les pagamos sus sueldos. De otra manera la Democracia seguirá muerta y todo aquel que diga lo contrario estará haciendo sólo demagogia. 

publicado en blureport.com.mx el 7 de Octubre de 2013
imagen: en.wikipedia.org

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