Artista, modelo, musa
Carmen Mondragón bautizada por El Dr. Atl como Nahui Olin es una de las grandes
figuras olvidadas de nuestro siglo XX y de nuestra Ciudad.
Armando Enríquez
Vázquez
Nahui Ollin, para los aztecas era el nombre del quinto sol. Cuatro
movimiento en su traducción literal. El sol del movimiento, el sol tectónico
capaz de arrasar con la fuerza de los terremotos a la civilización humana. Y
así fue el paso de Carmen Mondragón Valseca por el corazón de Gerardo Murillo,
el Dr. Atl, que la bautizó con este nombre náhuatl para el resto de nuestra
historia. Pero Carmen Mondragón sacudió mucho más que el corazón del pintor,
fue un terremoto que sacudió a la sociedad mexicana del siglo pasado y terminó
apedreando a niños y desconocidos en La Alameda.
Ojos verdes, magnéticos, luminosos, capaces de hechizar a cualquiera. Una
sensualidad y sexualidad desbordantes, rebelde, contestataria. Mujer como muy
pocas fue Carmen Mondragón.
Carmen Mondragón nació en la ciudad de México el 8 de Julio
de 1893, Su padre un general porfiriano de nombre Manuel Mondragón, inventor de
un rifle de repetición, que después quedaría a las órdenes del traidor Huerta y
por unos meses sería Secretario de Guerra y Marina del usurpador. Presunto
responsable del atroz asesinato de Gustavo A. Madero. Algunos autores llegan a
insinuar que este criminal disfrazado de militar sostuvo relaciones incestuosas
de algún tipo con su hija. Carmen pasó una buena parte de su infancia
instruyéndose en colegios en Francia.
A los diez años escribió: Soy un ser incomprendido que se ahoga por el volcán de pasiones, de
ideas, de sensaciones, de pensamientos, de creaciones que no pueden contenerse,
en mi seno y por eso estoy condenada a morir de amor…
Nahui Olin es, en el sentido de tema y edad, lo más cercano
que tenemos a un poeta maldito en nuestro país. Regresó a México y se enamoró
de un cadete de nombre Manuel Rodríguez Lozano que con el tiempo habría de
volverse pintor. Hombre extraño y de carácter agrio y propenso a destruir todo
lo que lo rodeaba. Una vez casados la pareja no parecía muy feliz, se dice que
Carmen intentó arrepentirse de casarse pero fue demasiado tarde. El General
Mondragón tuvo que exiliarse en Francia primero y después en España. El traidor
de Huerta decidió relevarlo de su cargo, ante las acusaciones que la opinión
pública hacía del secretario por el salvaje asesinato del hermano del
Presidente Madero. Después de un año de matrimonio, pareja decidió alcanzar al
resto de la familia de la novia allende el Atlántico. En Europa la pareja tuvo
un hijo que murió envuelto en una serie de rumores y acusaciones que hasta la
fecha no han sido develados. Hay quienes dicen que el niño murió de muerte
natural, otros sugieren que fue víctima de un accidente y hay quienes culpan a
Carmen Mondragón de asesinar al infante tras enterarse de la bisexualidad de
Rodríguez Lozano. Otros más creen que este cruel hombre azotó al niño contra el
suelo en un desplante. Lo cierto es que la pareja regresó a México y mantuvo el
matrimonio como fachada por unos meses más.
En 1921 en una fiesta Carmen conoció a Gerardo Murillo, El
Dr. Atl, inmediatamente surgió entre ellos una pasión que terminó por llevar a
Carmen a vivir con el pintor en el abandonado convento de La Merced, donde el
pintor tenía lo que podría llamarse su casa. Ruinas donde habitaron. El Dr. Atl
la bautizó de inmediato como Nahui Ollin haciendo referencia al Quinto Sol de
la mitología mexica, tal es la fuerza que la joven produce en el pintor. Ella
aceptó el bautizo y le quitó una l al Ollin original. El Dr. Atl también la llamó Mon Dragon y en
más de una ocasión declaró que Nahui Olin era el amor de su vida. Pero a
diferencia de otras mujeres intelectuales de la época Nahui Olin, fue una
intelectual capaz de escandalizar a la persignada sociedad mexicana. En 1922
publicó el poemario Óptica Cerebral,
poemas dinámicos. Sin duda este fue uno de los períodos más fecundos en la
vida de ambos artistas.
En 1923 y 1924 Nahui publicó otro par de poemarios y
continuó con su producción grafica. El Dr. Atl también pintaba con gran
inspiración, pero los celos y las desconfianzas empezaban a surgir. Atl era un
seductor y tenía seguidoras que se afanaban por conocerlo. La pasión se
alternaba con el fuerte carácter de ambos personajes; discusiones y pleitos
tectónicos. Un día la disputa terminó cuando el Dr. Atl decidió rapar a Nahui
Olin, ya después en la reconciliación hizo una serie de retratos sobre ella
conocido como Las Pelonas.
Discusiones que subían de tono y obligaban a los conocidos a evitar a la
pareja. El Dr. Atl escribió acerca de cómo en una ocasión tras una discusión se
fue a dormir, sin embargo un extraño sentimiento lo hizo despertarse:
…y abrí los ojos.
Carmen estaba sobre mi, desnuda, con su cabellera revuelta sobre mi cuerpo,
empuñando un revolver cuyo cañón se apoyaba en mi pecho. Tuve miedo de moverme,
el revólver estaba amartillado y el más leve movimiento mío, hubiera provocado
una conmoción nerviosa en ella y el gatillo hubiera funcionado. Todo esto lo
pensé en un milésimo de segundo. Me la quedé mirando, como mira un muerto. Poco
a poco ella fue retirando el revólver y cuando mi cuerpo estuvo fuera de su
alcance, rápidamente le cogí la mano y le doble el brazo fuera de la cama.
Cinco tiros que perforaron el piso pusieron fin a la escena. Cogí el arma
descargada, la puse debajo de la almohada y me volví a dormir sin decir
palabra.
Las broncas y discusiones llegaron a tal grado que Nahui le
dejo pegado en los muros de la viviendo un escrito donde le hablaba de sus
infidelidades. Ambos hablaban pestes del otro entre su círculos de amigos y
Nahui llego a escribirle a Atl:
Puedes seguir
desacreditándome contando nuestra vida a tu modo – Los miserables siempre obran
de esa manera – no tienen otro desahogo que hablar mal de la gente que los
quiere y a quienes les deben servicios. Me debes el servicio de haberte
iluminado con mi inteligencia y el de tener todavía sobre tu espíritu la
potencia de mi amor…
En 1927 Nahui Olin inició una nueva relación con otro pintor
y caricaturista de nombre Matías Santoyo. Con él viajó a Hollywood donde le
habían ofrecido una película que nunca se filmó. Después en 1929 se enamoró de
un hombre de mar llamado Eugenio Agacino, capitán de barco. Con él viajo varias
veces a través del Océano Atlantico y muchas ocasiones a La Habana. Muchos de
los cuadros de Nahui Olin la representan con Agacino. La relación fue apasionada y duró hasta 1934
cuando el capitán murió al parecer al intoxicarse con mariscos en mal estado.
Sola y desolada en el Puerto de Veracruz, Germán List Arzubide, otro de
nuestros poetas más olvidados, encontró a Nahui Olin, a quien había conocido a
través de Atl. El poeta se acercó a ver si puede ayudarla de alguna manera.
Furiosa y a gritos Nahui Olin corre a List Arzubide, amenazándolo con llamar a
la policía y diciéndole que no lo conoce y no lo quiere conocer.
Tras la muerte de Agacino, Nahui Olin comenzó a aislarse y
aunque participó en algunas exposiciones
y siguió pintando. La mujer comenzó a recluirse en ella misma y en la
casa que había heredado de sus padres.
Se fue convirtiendo en un extraño personaje, medio
indigente, medio estrafalaria, al parecer cobraba un sueldo, especie de beca en
el INBA, mismo que gastaba casi integro al momento de cobrar, en una comida en el Casino Español. Los demás
días de la quincena comía en comedor de asistencia pública. Obsesionada con
alimentar a los gatos callejeros del centro parte de su salario lo gastaba en
comprar carne para los gatos que la esperaban todos los días en La Alameda, si
alguno de ellos moría lo disecaba. Incluso se dice que tenía una colcha hecha
con diferentes pieles de gatos. Vagando y alejada de la sociedad Nahui Olin
vivió por más de 40 años.
El 15 de Agosto de 1964 murió Gerardo Murillo, el Dr. Atl
durante el homenaje que se le rindió en Bellas Artes, apareció Nahui Olin como
un fantasma que regresa por algo que olvido.
El 23 de enero de 1978, a la edad de 84 años, Carmen Mondragón, que firmó la mayor
parte de sus cuadros como Nahui Olin, murió en la misma recamara que había
nacido.
publicado en the pinkpoint.com.mx el 7 de febrero de 2014
imagen: Nahui Olin Por Matías Santoyo
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