El viernes pasado en
una sola jornada de la bolsa de valores la empresa Televisa perdió 7 mil
millones de pesos tras anunciarse el fin del monopolio por parte del IFT.
Armando Enríquez Vázquez
Para muchos la declaración del IFT de preponderancia en el
caso de Televisa es un logro en contra de una de las empresas que más ha
actuado en detrimento de la educación de los mexicanos, de su calidad de vida y
que ha sido más que servil al sistema. Para los inversionistas parece haber sido
una llamada para abandonar un barco que podría hundirse en la próxima década.
Lo cierto es que al parecer Televisa esperaba ya este fallo
y su apuesta actual se encuentra en hacerse de sistemas de telefonía para
atacar a su principal rival en el negocio de las telecomunicaciones: América
Móvil de Carlos Slim, quien a su vez fue declarado un actor preponderante en la
rama de la telefonía, mercado al que según algunos accedería Televisa, en aras
de abandonar la televisión en la que una vez que enfrentaron la competencia de
los canales de la televisión de paga y de Televisión Azteca han perdido
mercados. De acuerdo con esos analistas parecería que Televisa ha admitido por
fin que no sabe hacer, ni está preparado para hacer televisión.
Algunas voces celebran el golpe a lo que ha sido uno de los
emporios más serviles al poder y sobre todo al PRI, otros comienzan a plañir y
decir que el nuevo modelo acabará con la inversión de anunciantes en la
televisión abierta y como aves de mal agüero quieren hacernos creer que el
pastel que actualmente se reparten Televisa y Azteca en cuanto al dinero de
anunciantes se verá muy afectado. Habrá que poner las cosas en su justa medida
y aclarar esto.
Por un lado la inversión de los anunciantes, si bien es
cierto que aun ve en la televisión abierta su principal ventana, ha comenzado a
moverse de unos años a la fecha en diferentes direcciones. Para empezar a la
televisión de paga que ofrece hoy en día clientes potenciales mejores y en este
caso la publicidad va mucho más dirigida a cada uno de los públicos objetivos
de las marcas. Gracias a que los contenidos de la televisión abierta son cada
vez más deprimentes, los espectadores en cuanto tienen la oportunidad cambian a
sistemas de televisión de paga. Lo que también vuelve este tipo de canales más
atractivos para los anunciantes. Aunque un gran número de mexicanos aun ven la
televisión abierta, los televidentes con poder adquisitivo no están ya dentro
de esas audiencias cautivas. La inversión publicitaria no es afectada por la
reforma en telecomunicaciones, sino por la mediocridad de los ejecutivos de las
empresas de televisión y su falta de visión. Hay que decir que si los nuevos
canales son capaces de atraer inversión en publicidad será gracias a la calidad
y diversidad de sus contenidos. Televisa y TV Azteca tendrán que aprender algo
muy importante, planear, valorar y producir programas capaces de atraer
audiencias que sean las que atraigan a los anunciantes y su inversión. De otra
manera el panorama de la televisión abierta apenas comienza a cambiar y tal vez
veremos a Televisa deshacerse de algunos de esos canales satélites que no le
servirán ya para nada. Los espacios informativos y aquellos a quién hoy la
ciudadanía identifica como esclavos del sistema también habrán de desaparecer
en un futuro, la prepotencia y soberbia de los lectores de noticias deberá ser
sustituida por los periodistas y expertos de los temas informativos, porque
quién va a querer ver a López Dóriga si en cadena nacional voy a tener a
periodistas que saben de lo que hablan.
También el comportamiento de las jóvenes generaciones es
digno de tomarse en cuenta. Los menores de 30 años han abandonado por completo
la televisión para adquirir sus contenidos de entretenimiento en Internet,
donde cada día observamos una mayor inversión publicitaria. Existimos todavía
varias generaciones de analfabetas
tecnológicos que vamos aprendiendo el uso de internet a una velocidad menor, a
pesar de ello con gusto hemos apagado nuestros televisores en aras de una oferta
de entretenimiento que no nos condiciona en horario, ni tiempo. Pero lo más
importante una programación que tiene la calidad y la inteligencia de las que
carece la televisión abierta mexicana.
Cuando era niño, mi padre nos tenía prohibido ver los programas
chabacanos e idiotas de Televisa como Chabelo
o el Chavo del Ocho. Mucho tiempo
pensé que mi padre tenía algo de estrafalario, pero conforme han pasado los
años he conocido a muchos otros cuyos padres opinaban de la misma manera.
Televisa ha cometido de manera flagrante a lo largo de décadas atentados en
contra del buen gusto y la inteligencia y no estoy hablando de hacer televisión
cultural porque me queda claro que la televisión es una forma de
entretenimiento y un negocio.
La manera en que Televisa ha atentado contra la identidad
nacional es aun más grave que las estupideces que nos ha obligado a ver, siempre poniendo por encima de los mexicanos
a escritores, productores, interpretes y actorcillos de cuarta de todas las latitudes.
Es patético y debería contemplarse en las nuevas leyes secundarias que obligue
a los concesionarios de señales de televisión abierta a utilizar y desarrollar
a los talentos nacionales.
Pero tal vez, sea ya tarde muchos de los nuevos productores
de contenidos y escritores estan listos para tomar por asalto los nuevos medios
de comunicación con mayor libertad creativa y de expresión que la mente
estrecha de los directores de producción de Televisa o TV Azteca alguna vez han
soñado en su peor pesadilla.
Vale la pena decir que si bien es cierto que Televisa ha
sido una fuente de empleos para muchas familias mexicanas, también debemos
marcar el sistema déspota que durante años implementó con sus exclusividades y
formas de vetar a personas de ejercer su profesión, así como la forma en que ha
favorecido el malinchismo y promoción de seudo talentos traídos de otras partes
del mundo. Claro lo que hace esta empresa por las familias mexicanas no tiene
comparación alguna con los millones de fuentes de empleo que Carlos Slim da al
país.
Televisa es lo que es gracias al PRI y a Luis Echeverría
Álvarez que le dio a Emilio Azcárraga Milmo
el monopolio de la televisión. El famoso “Tigre” se autonombró un
soldado del sistema y hoy al parecer el PRI le quita a Televisa ese monopolio
con el que tanto daño hizo al país.
Es importante saber que va a pasar con la cadena del estado
y cuál será su oferta para entrar en esa competencia por las audiencias.
El camino está comenzando, no podemos cantar victoria aun.
Falta que los serviles diputados y senadores de los que muchos son parte de las
televisoras realmente hagan su tarea y definan leyes secundarias balanceadas y
que pongan a México en el camino de la competencia.
publicado en blureport.com.mx el 10 de marzo de 2014
imagen: callego.com.mx
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