Dentro de las miles
de campañas de publicidad del gobierno llegan a existir algunas que se
convierten en memorables. Las demás son solo mediocres.
Armando Enríquez
Vázquez
A pesar de los millones de pesos que anualmente se gasta el
gobierno federal a través de sus dependencias, los diferentes poderes de la
nación y organismos públicos en dar a conocer cosas obvias o campañas
importantes, son muy pocos los comerciales que se nos quedan en la memoria. Por
buenos o por malos.
Hay siempre los que son demagogos y panfletarios como los de
las cámaras de senadores y diputados, que incluso en estos meses se han vuelto
cínicos y mentirosos. Resulta que ahora tenemos que agradecer a una manga de
holgazanes que trabajan menos de diez meses al año el otorgar los recursos de
la nación, asunto que es competencia del Ejecutivo Federal, o los del IFE
haciéndonos creer que nuestra democracia es para idiotas que mientras tocan el
piano o montan a caballo deben revisar su credencial o los ciudadanos son tan
imbéciles que creen en El hada de las
credenciales.
Sin embargo, hay que reconocer que existen ejemplos en los que el mensaje se nos ha quedado grabado. Estos son algunos ejemplos.
Sin embargo, hay que reconocer que existen ejemplos en los que el mensaje se nos ha quedado grabado. Estos son algunos ejemplos.
Uno de los más exitosos comerciales del gobierno federal y
que se mantuvo en la mente de los mexicanos por años fue la campaña de difusión
del número telefónico del Instituto Nacional de Consumidor formado junto con la
PROFECO, a la cual se uniría más de 15 años después, en 1976. El jingle que
identificaba al número de la institución fue durante muchos años uno de los
teléfonos que los mexicanos nos sabíamos de memoria hiciéramos uso o no de él. 5-68-87-22. El jingle fue escrito por
Pepe González para el Instituto en 1981. Con el comercial de el teléfono de los
precios, de una producción casi rupestre el INCO logró hacer llegar el mensaje
a todos los mexicanos. Todavía el año pasado, cuando el nepotista procurador
Benítez quiso limpiar su imagen aprovechando la historia de PROFECO e INCO,
utilizó el jingle en los promocionales. También el INCO tenía un comercial
sobre aguinaldo con un jingle compuesto también por Pepe González y cuyo
personaje principal era interpretado por el actor Eduardo López Rojas que en el
comercial se llama Abelardo y al cual el jingle invita a cuidar su aguinaldo.
Otra campaña de gubernamental que tuvo un gran impacto en
los mexicanos, fue la de la Secretaria de Hacienda en los años ochenta del
siglo pasado, en el que de una manera nada sutil se amenaza como siempre al
contribuyente parte del sistema tributario. Los comerciales, cuya imagen era
cursi y poco llamativa tenían un jingle: Cumples
y te encuentras con Lolita, fallas y te enfrentas a Dolores. Así Lolita y
Dolores se posicionaron como un sinónimo de la SCHP y de la doble cara del
sistema.
También en los años ochenta se llevó a cabo una de las
primeras campañas para no desperdiciar el agua, que llevaba un lema de: Ciérrale y un jingle muy sencillo e
intranscendente que limitaba a decir: Cuidado
con el agua porque se acaba. Muchos años después nos enteramos que el niño
que servía de conciencia en esta campaña era el hijo de Enrique Cuenca, el
Polivoz. Desgraciadamente la campaña
fuera de las referencias populares no sirvió para nada. Y el dato se queda en
mera trivia. La campaña muy sencilla en su producción tuvo mucho más efecto que
la muy bien producida pero poco recordada por pretenciosa del sexenio pasado.
Entre las campañas más memorables y creo que efectivas que
se han hecho dentro del gobierno se encuentran una serie de comerciales de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes en 1994. Producida de una manera muy
sencilla pero muy llamativa, la campaña se limitaba a una niña muy carismática dando
consejos a los que iban a salir en su auto de vacaciones. El más memorable de
ellos es el de la niña diciendo constantemente a cuadro: ¡No se puso el cinturón! La niña que aparece en el comercial es
Ximena Sariñana, la cantante pop. Con anterioridad la misma Secretaría tenía
una campaña de prevención de accidentes que eran una animación de huevos que al
chocar se despedazaban.
Son sólo unos cuantas las campañas gubernamentales que
logran quedarse en nuestra memoria, ya sea por malas o por buenas,
desgraciadamente la mayoría carecen de creatividad y peor aun de inteligencia.
La mayoría son sólo extensiones de boletines de prensa y representan solo una
forma más de gastar dinero de una manera absurda.
Publicado en the point.com.mx el 25 de Febrero de 2014
Imagen: sexenio.com
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