En los principios del
Islam, entre las tropas de Jalid Ibn Al-Walid encontramos a una mujer de
incomparable valentía.
Armando Enríquez
Vázquez.
En la historia de la humanidad siempre han existido mujeres
extraordinarias decididas a no quedar catalogadas por las convenciones sociales
o religiosa de su época, este es el caso de una de ellas. Su nombre Khawla Bint
Al-Azwar.
En los tiempos en que Mahoma aún vivía y su general Jalid
ibn Al-Walid, conocido también como La
Espada en la Mano de Dios, luchaba en contra de los bizantinos en los
territorios de lo que son hoy Siria, Jordania, Israel y Palestina, fue que
apareció esta incomparable guerrera. Poco se sabe de sus datos biográficos y se
desconoce la fecha de su nacimiento, así como el lugar. Se sabe que era miembro
de una de las primeras familias en convertirse a la fe de Alá. Khawla y su
hermano Derar eran inseparables y se iniciaron en diferentes disciplina juntos
incluso la de las armas. Cuando la Guerra Santa inició, Derar se unió al
ejército de Jalid Ibn Al-Walid, mientras que Khawla hizo lo propio en el cuerpo
de enfermeras que seguía a los hombres armados. Derara es uno de los más
famosos guerreros en la historia del Islam y la fama de su hermana bien opaca
la de él.
En la Batalla de Adnajin, Derar fue capturado por los
bizantinos, Khawla al enterarse decidió vestirse en una armadura negra,
cubrirse la cabeza y el rostro a excepción de los ojos, envolverse en un manto
verde para esconder sus senos. Armada con una lanza, una cimitarra y montando
un caballo se lanzó a atacar a las fuerzas bizantinas, en un principio ningún
musulmán la siguió, Jalid ibn Al- Walid y sus generales observaban admirados a
este soldado que de manera al parecer demencial la emprendió contra el frente
enemigo una y otra vez causando bajas considerables, entonces el general del
ejército musulmán ordenó apoyar al guerrero, las huestes del Islam pronto diezmaron
a las fuerzas bizantinas.
Khawla fue llevada con las ropas rojas de la sangre enemiga,
ante el comandante de las fuerzas musulmanas y a pesar de una inicial
reticencia por parte de la heroína a revelar su identidad, terminó por darse a
conocer a Jalid ibn Al Walid:
- Mi señor, no he contestado por que soy tímida y usted es
un gran líder.- La voz femenina sorprendió al general y sus tropas. – Soy tan
sólo una mujer con el corazón enfurecido.
-¿Quién eres? – Insistió Jalid Ibn Al Walid. -
-Yo soy Khawla Bint Al-Azwar, estoy con el grupo de mujeres
del regimiento pero cuando supe que mi hermano había sido capturado, hice lo que hice.
Jalid Ibn Al-Walid ordenó entonces a sus hombres atacar al
ejército bizantino en su huida y que los comandara Khawla para rescatar a su
hermano. Cosa que las tropas del Islam lograron.
A partir de ese momento el general aceptó a la mujer en el
ejército y en más de una ocasión aprovechó su valentía para asustar y enfrentar
a las fuerzas del Imperio Romano de Oriente.
En otra ocasión la yegua que montaba Khawla fue muerta y la
guerrera capturada por las fuerzas de Bizancio. Se le llevó a una tienda donde
estaban otras mujeres capturadas, a las que los bizantinos pensaban utilizar
como parte del botín para que los soldados las violaran, el general bizantino
escogió personalmente a la guerrera musulmana para hacerla su juguete sexual,
pero Khawla no permitió que nada de eso pasara. Arengó a las demás prisioneras
y juntas arrancaron los postes de la tienda donde eran retenidas y con ellos
hicieron una matanza de guardias bizantinos de los cuales la mayor parte de
ellos fueron víctimas de la ira de Khawla bint Al-Azwar.
Después de eso la mujer mató al general bizantino. En una
versión romántica del asunto se dice que el general al enterarse de la
sublevación y escape de las mujeres logró reunirse con Khawla y le prometió
convertirla en la primera dama de Damasco y casarse con ella, a lo que Khawla
respondió:
- No te aceptaría ni como pastor de mis camellos. ¿Crees que
sería capaz de rebajarme a vivir contigo? ¿Con quién crees que estas tratando?
Te juro que seré yo la que te corte la cabeza por tu insolencia.
De cualquier manera Khawla eliminó al general enemigo.
Khawla continuó en el ejército durante la guerra de
conquista y al final, de acuerdo con algunas versiones,se casó con un poderoso príncipe musulmán. Nada se
sabe acerca de su muerte, ni de sus descendientes.
Hoy en día un regimiento de fuerzas femeninas del ejército
iraquí lleva el nombre de esta temible heroína, al igual que la primera escuela
militar para mujeres en los Emiratos Árabes Unidos.
Publicado en the pinkpoint.com.mx el 13 de junio de 2014
imagen: delcampe.net
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