Actriz, escritora,
directora de cine y hasta cronista taurina, Adela Sequeyro permaneció en el
olvido como muchas mujeres ligadas con la historia cultural de México.
Armando Enríquez
Vázquez
Entre las mujeres que iniciaron nuestro cine existieron
actrices, escritoras, empresarias y directoras, que por la forma tan particular
y manipulada que tienen los historiadores machistas para escribir la historia
del cine nacional y en general del país desaparecieron de las páginas oficiales
hasta que alguien más hurgó en la historia a conciencia. En este caso se trató
de Marcela Fernández Violante quien redescubrió y rescató del olvido de la
industria cinematográfica y de la historia cultural del país a Adela Sequeyro.
Adela Sequeyro nació en el puerto de Veracruz el 11 de marzo
de 1901, su familia de clase media se vio afectada de manera drástica en su
forma de visa por la Revolución que los obligó a mudarse del puerto al pueblo
de Cuautitlán, cercano a la capital del país.
En un principio Adela se dedicó al periodismo donde firmaba
con el seudónimo Perlita las crónicas
taurinas que escribía para el Universal
Taurino. Además, Adela escribía para
diarios como El Demócrata y trabajaba
en el radio. Amiga de los
estridentistas, uno de los movimientos artísticos de nuestro país más
subvaluados, en especial de Manuel Maples Arce y de Árqueles Vela, Adela escribió
y publicó poesía erótica, a principios de la década de los años veinte trabajó
como actriz tanto en teatro como en las primeras películas de cine mudo nacional,
entre las que destacó El hijo de la loca
que también marcó su debut en el cine en 1923.
Con la llegada del cine sonoro la veracruzana tomó parte en
películas como El prisionero trece de
Fernando de Fuentes y Mujeres sin alma
codirigida por Juan Orol. Al parecer fue entonces cuando comenzó a hacerse de
nociones de dirección. Mujer de izquierdas fundó en 1935 junto con el famoso
camarógrafo Alex Phillips, Ramón Peón y Mario Tenorio la cooperativa Éxito, firma que produjo un argumento,
escrito por Adela, estelarizado por ella y que dirigió junto con Peón. De esta
manera Adela hizó su debut como directora en el cine de nuestro país. La
película se llamó Más allá de la muerte
y trata de Yolanda una mujer que se siente relegada por su marido y se enamora
de un torero. El melodrama no tuvo éxito en taquilla y Éxito desapareció. Poco de después, en 1937, Sequeyro junto con su marido el actor Mario Tenorio fundó una nueva cooperativa que
esta vez se llamó Carola, esta vez
Sequeyro dirigió sin asistencia de nadie un nuevo argumento suyo. La mujer de nadie, un melodrama sobre
una mujer y tres amigos bohemios con los que ella se relaciona y al final
abandona sin haber decidido por ninguno de los tres.
La mujer de nadie fue
de nuevo un fracaso en taquilla. Sin embargo más de un crítico elogió la
película de Sequeyro.
…precisamente lo que
nos hace falta ante tanto charro, tanta china, tanto pulque y tanto tequila. Escribió
el crítico de cine Rajena.
Adela en sus películas mostraba a mujeres sensuales,
sexuales y que poco tenían que ver con el modelo sumiso y secundario impuesto a
las mujeres no sólo en el cine nacional sino en la sociedad mexicana tan
reaccionaria.
Al año siguiente, 1938, Adela consiguió dinero para producir
y dirigir Diablillos de arrabal, un
melodrama que tenía paralelismo con un serie norteamericana de la época al
retratar a pandillas rivales de niños que hacen frente común para defenderse de
un grupo de adultos. Una vez más la película fue un fracaso económico. Adela se retiró de la dirección de cine, así
como del guionismo y la producción. Solo regresó a los sets para actuar en dos
películas más, en 1945 Los misterios del hampa de Juan Orol y
en 1949 para la película de Julio Bracho La
Posesión.
Tras el fracaso de Diablillos
del arrabal, Adela regresó a escribir para diferentes diarios.
Adela Sequeyro murió el 24 de diciembre de 1992 a los
noventa y un años de edad.
publicado en mamaejecutiva.net el 4 de mayo de 2015
imagen:wfpp.cdrs.columbia.edu
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