La trigésima sexta
licencia para un piloto aviador en Francia fue para una mujer y fue también la
primera en el mundo. Intrépida Raymonde puso algunas marcas para mujeres en la
aviación.
Armando Enríquez
Vázquez.
Cuando el 23 de agosto de 1882 la familia Raymonde Deroche
recibió a una niña a la que bautizaron con el nombre de Elise, jamás imaginaron
que la recién nacida sería un día llamada Baronesa y mucho menos que el Zar
Nicolás la felicitara en persona por su valentía. Nada más alejado de la vida
de una familia de plomeros que la nobleza. De hacho Elise jamás fue realmente
una baronesa y la congratulación del soberano ruso tuvo que ver con la
profesión que Elise decidió ejercer.
Una noche de 1909, cuando Elise tenía veintiséis años cenaba
en un afamado restaurante con un amigo admirador llamado Charles Voisin. Voisin
quien en ese momento gozaba de cierta celebridad en Francia debido a ser junto
con su hermano uno de los primeros constructores de aviones en aquel país.
Elise había renunciado desde su adolescencia a ser parte del negocio familiar y
en su lugar había demostrado gran interés por los automóviles y las
motocicletas, también se había dedicado a la pintura, a la actuación profesión
en el que Elyse cambió su nombre por el Raymonde de Laroche. Fue también en ese
entonces cuando conoció a Leon Delagrange, otro artista plástico que se
convirtió en aviador.
Volar era algo que le interesaba a Raymonde y antes de
aquella cena había volado en globo aerostático y conocido a Wilbur Wright en
una exhibición que el pionero de la aviación realizó en 1908 en Paris. Pero en
aquella noche, cuando Raymonde de Laroche presumía haber hecho ya muchas cosas,
Voisin le propuso convertirse en la primera mujer aviadora. Raymonde
entusiasmada aceptó la idea del ingeniero y comenzó a tomar clases con Voisin.
El hermano y socio de Voisin que tenía un aeródromo donde
los hermanos construían sus aeronaves tenía la idea de que Raymonde dominaba la
voluntad de Charles. Lo cierto es que la persistencia de una y lo exigente del
otro, llevaron a Raymonde de Laroche ceñirse a las reglas de Voisin, al menos
durante las primeras lecciones.
A Raymonde le estaba permitido conducir el biplano, pero sin
elevarlo del suelo, esto duró muy poco y el 9 de octubre de 1909 Raymonde de
Laroche elevó el aeroplano por unos cuantos metros y bajo las instrucciones a
gritos de Voisin, pues el biplano era un
monoplaza Raymonde de Laroche se convirtió en una de las primeras mujeres en
volar un avión. Fue entonces uando en la prensa el nombre de Raymonde de
Laroche se vió precedido por el título de Baronesa que Raymonde de Laroche
utilizo desde ese momento. Después de otra vuelos cada vez más largos y dominar
corrientes de viento el 8 de marzo de 1910 la Federación Aeronáutica Internacional le concedió la licencia de piloto, convirtiéndose en ese momento
en trigésima sexta persona en obtener la licencia de piloto y la primera mujer
en el mundo en lograrlo. A partir de ese momento Raymonde se dedicó a participar
en exhibiciones de aviones. En Moumelon su avión se precipitó a tierra y la
piloto termino con una fractura de clavícula, una vez recuperada participó en
exhibiciones en Egipto, Budapest, Rúen y San Petersburgo donde el Zar Nicolás la
felicitó por su valentía al sobrevolar la ciudad.
El 10 de julio de 1910 Raymonde sufrió otro accidente, esta
vez los médicos dudaron que la mujer pudiera volver a pilotar una aeronave. Sin
embargo la Baronesa demostró que los doctores se equivocaron y dos años después
volvió a volar aviones. En septiembre de 1912 tuvo un nuevo accidente esta vez
un choque automovilístico que le costó la vida a Charles Voisin, Raymonde
resultó lesionada pero no de gravedad.
A finales de 1913 ganó la Copa Fémina del Club Aéreo de
Francia por hacer un vuelo sin escalas de cuatro horas de duración.
La llegada de la I Guerra Mundial la bajó de los aviones
pues a ninguna francesa se le permitió el realizar vuelos, en su lugar Raymonde
sirvió de chófer a los mandos del ejército francés. Fue hasta 1919 cuando
Raymonde reactivo su actividad en la aviación ese año en junio estableció dos
marcas la primera referente a la altitud de vuelo conseguido por una mujer con
cuatro mil ochocientos metros y la segunda en la distancia recorrida por una
piloto mujer con trescientos veintitrés Kilómetros.
El 18 de julio de 1919, Raymonde de Laroche que también
había demostrado su talento como ingeniera, decidió convertirse en piloto de
pruebas y decidió participar en una demostración de aviones prototipo. Algo falló
al momento de aterrizar y el avión se estrelló, la Baronesa Raymonde de Laroche
y su copiloto murieron en el accidente.
Raymonde tenía treinta y seis años de edad.
publicado en mamaejecutiva.net el 1º de junio de 2015
imagen wikipedia.org
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