Dos series que sin problemas melodramáticos, ni sencillez narrativa o formulas predeterminadas entraron a las pantallas de las casas para cimbrar la comodidad del sillón y el bocadillo.
Armando Enríquez Vázquez
Sin lugar a dudas el fenómeno mundial en el ámbito del
entretenimiento son desde hace poco más de una década las series de televisión.
Y dentro de ellas tenemos de todos los colores, sabores e idiomas gracias a
Internet.
Muchas de las grandes series actualmente se producen en
Europa o en América Latina para ser después compradas y tropicalizadas por los
estudios de Estados Unidos. Tal es el caso de The Killing, cuya versión original es danesa y cincuenta veces
mejor que la americana, The Bridge,
una serie sueco-danesa en un principio y que se ha franquiciatado por un lado a
Fox en Estados Unidos, y a Sky Atlantic y Canal +, para la versión
franco-inglesa. Los Misterios de Laura,
producida por rtve en España y comprada por NBC, Yo soy Betty la fea a RCN de Colombia, entre muchas otras.
Existen series de comedia, drama, melodrama, incluso de
géneros tan difíciles y ajenos a la televisión como lo es la pieza. Temas hay
para todos los gustos y en cuanto a la profundidad y complejidad también
existente series realmente estupendas; Los
Soprano, Mad Men, Juego de Tronos, Orphan Black, Sons of Anarchy.
Entre las excepciones de aquellas que además invitan además
a la reflexión sobre la sociedad contemporánea creo que hay dos que son
extraordinarias; The Wire y American Crime.
Dos series que sin problemas melodramáticos, ni sencillez
narrativa o formulas predeterminadas entraron a las pantallas de las casas para
cimbrar la comodidad del sillón y el bocadillo.
A las dos llegué de manera accidental, a The Wire en una venta de remate y American Crime por aburrimiento. The Wire producida por HBO de 2002 a 2008 y que constó de cinco temporadas
en las que se hacía un retrato de una ciudad norteamericana en decadencia
económica y social, con graves problemas
de drogas, de abusos policiacos, de políticos corruptos de todas las razas,
burocracia, una serie que abordó la educación, la oportunidades vedadas a los
jóvenes de los ghettos negros de la ciudad, que hablaba sobre la prensa y las
mafias de los puertos. La ciudad de la que habla la serie es Baltimore, esa
ciudad donde la semana pasada se desarrollaron violentas manifestaciones por el
abuso policiaco que terminó en el asesinato de un adolescente negro y que por
lo visto sigue teniendo los mismos problemas que hace siete años cuando se
estrenó el último capítulo de la serie.
Por su parte, American
Crime fue una verdadera sorpresa para mí. La serie producida por la cadena
ABC y que actualmente transmite su primera y al parecer por la respuesta de la
gente, única temporada. Llegué por a ella tratando de ver algo sencillo y como
el titulo no le ayuda, pues pareciera ser una serie típica de policías, decidí
verla, pero me encontré con una poderosa historia de segregación y odio. La
historia se centra en un asesinato es cierto, pero el crimen es sólo un
pretexto para mostrarnos la decadencia del tejido social norteamericano, atomizada
en una cantidad de prejuicios raciales y religiosos que parecen no abandonar
nunca a una nación fundada por ortodoxos puritanos que nunca han aprendido a
aceptar y convivir con los otros, que a su vez han contaminado con esa forma de
pensar y ver la vida a los demás grupos de la sociedad norteamericana.
American Crime, es
una visión muy aguda, sin complacencias de un sistema policial-judicial rebasado por tiempos burocráticos y presiones
sociales en una sociedad fragmentada que parece salvación. Blancos, negros,
mexicanos todos utilizan máscaras que los hacen olvidar quienes son. Sajones
que se sienten agredidos y ofendidos por lo que deciden etiquetar como crimen
de odio racial y personajes caucásicos tan esquizofrénicos que aparentan una
cosa en su patria y van a otras a cometer los peores crímenes de odio racial,
como sabemos que lo han hecho a lo largo de las últimas décadas cuando han
masacrado a diestra y siniestra seres humanos en América, África, Europa, Medio
Oriente.
Negros que buscan la comprensión y el apoyo social por el
simple hecho de ser negros.
Mexicanos dispuestos a renunciar a sus orígenes creyendo que
de esa manera se integran a un país de inmigrantes que odia a los inmigrantes
del sur de su frontera.
Los personajes principales están interpretados por Felicity
Huffman, Timothy Hutton, Regina King, Aubry Taylor, Richard Cabral, Elvis
Nolasco y Benito Martinez.
A muchos espectadores, sobre todo cuando se es tan
autocomplaciente como los norteamericanos, este tipo de series les queman la
piel, por eso a pesar de la excelente recepción de los críticos de American Crime, de los buenos guiones,
las extraordinarias actuaciones, A pesar
de los ratings bajos American Crime
regresará a las pantallas el año que entra, con una nueva historia.
A veces las series nos hablan de esa corrupción conceptual
que todos sabemos y nos imaginamos en las cúpulas del poder como House of Cards o Boss. Otras solo nos hablan de esa corrupción cotidiana que es
parte del alma de los seres humanos comunes y corrientes, que la que más nos
molesta y hace ruido.
Publicado en roastbrief.com.mx el 4 de mayo de 2015
Imagen abe.go.com
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