¿Por qué la gente abandona la televisión abierta nacional? Sobra decir que porque no tiene nada que ofrecer.
Armando Enríquez Vázquez.
Hace ya algunos años que las audiencias de la televisión
abierta mexicana van a la baja y la forma más clara de demostrarlo es como poco
a poco la inversión publicitaria disminuye, lo que se traduce en espacios
comerciales plagados de promocionales de la programación de los mismos canales.
El año pasado el Wall
Street Journal publicó un artículo sobre el infierno que representó para
Nielsen el comprar Ibope y lidiar con Televisa y TV Azteca. De manera
misteriosa la base de datos de personas con las que se medían los ratings se
filtró, en aparente agravio de la empresa y beneficio del duopolio que durante
dos años no habían publicado sus ratings a sus anunciantes por lo que les cobraron
lo que quisieron de acuerdo con una nota publicada en septiembre del año pasado
por El Universal. El rumor de que primero Televisa y después TV Azteca
manipulaban los ratings a través de corrupción en Ibope siempre existieron, hacer
pública la base de datos al momento de llegada de Nielsen, acompañada por casos
documentados por el diario norteamericano de lo que parecería coersión o
soborno por parte de personal de Banco Azteca, filial de TV Azteca a las
personas de las base de datos de acuerdo con la nota es no podemos negarlo muy
sospechoso.
Este maquillaje a la fuerza sobre los hábitos y preferencia
de la audiencia resulta a la larga insostenible, la verdad es que el desencanto
con la televisión abierta nacional inició ya hace mucho, la percepción de
ciertos segmentos de la población sobre Televisa y más tarde de TV Azteca, no
es la mejor y se les relaciona con casos de corrupción, manipulación de la
información y hasta con narcotráfico y trata de personas, como está muy bien
documentado en diferentes publicaciones y hechos que son del conocimiento
público. Esta situación hay que aunarle la cada vez menor calidad de contenidos
y la incapacidad de ambas televisoras por satisfacer las tendencias en los
gustos de las audiencias, en lugar de intentar imponer formatos y programas sin
entender a las audiencias como ha sido su forma de actuar durante décadas.
A favor de lo Mejor, una organización que ha sido tachada como
de censura de la extrema derecha, pero en la cual participan las principales
empresas mexicanas y pretende mejores contenidos en los medios, en su informe
de 2014 mostró que el consumo de televisión en infantes en nuestro país aumentó
de 2008 a 2014 en 24 minutos, siendo en promedio de 4 horas con 34 minutos. Sin
embargo el aumento dramático sucedió en las horas utilizadas en Internet donde
el consumo aumentó 26 minutos tan sólo en un año. Lo que sin duda habla de que
es Internet donde se encuentran contenidos atractivos, ya se de
entretenimiento, informativos o en las redes sociales.
Otro informe significativo es el del Consejo Latinoamericano
de Publicidad Multicanal, (LAMAC) representante de un grupo de canales de
televisión de paga que incluye a Discovery, Fox, AMC Networks, Sony, Turner,
E!, A&E Network, Viacom y Telemundo que nos dice que en México el 48.3 % de
la audiencia tiene televisión de paga. En la población de nivel socioeconómico
alto este porcentaje aumenta de acuerdo con los datos de LAMAC al 73.8%.
¿Por qué la gente abandona la televisión abierta nacional?
Sobra decir que porque no tiene nada que ofrecer. La pregunta entonces ¿Por qué
sí Televisa se ha preciado de ser conocedora del gusto de las audiencias
nacionales, ha tenido en los últimos años que esconder y maquillar los ratings?
¿Por qué ya no exporta sus telenovelas como antes?
La respuesta la podemos encontrar una vez más en el informe
de a Favor de lo Mejor, donde se remarca que el formato más popular entre los
mexicanos es el de la serie, las razones
para ello, apunta el estudio, son porque a través de pocos capítulos atrapa al
espectador, así como la variedad de géneros.
Los ejecutivos de Televisa y TV Azteca aun apuestan por el formato
de telenovela que sólo maneja un género; el melodrama. Un melodrama maniqueo y
sumamente ramplón. Los apologistas de la telenovela hablan de un formato
clásico. Que requiere de gran escritura para el género. La verdad es muy simple
la telenovela es un muy buen negocio para las televisoras mexicanas a las
cuales muy poco les importa la calidad de producción y contenidos que ofrecen.
La telenovela es barata de producir en comparación con la serie, las fórmulas
argumental y temática son terriblemente básicas, evitando mayor complejidad,
matices o sub tramas en los personajes, los cuales son únicamente arquetipos. Baratas
y fáciles de producir cumplen con dos propósitos básicos de una
televisora-productora y monopólica como lo fue Televisa durante un par de
décadas. Uno; llenar horas de programación y dos; producir barato para después
vender a diferentes mercados. Televisa fue en las décadas de los setenta y
ochenta el principal exportador de telenovelas en el mundo, hoy sin embargo
compite con otros países de América Latina incluso con TV Azteca y con la
producción que se hace en Estados Unidos para los mercados hispano hablantes.
Tristemente en Televisa hoy se compran muchas franquicias argentinas y
colombianas que se tropicalizan y se producen para el mercado nacional por lo
que además la televisora se ha convertido en importadora de contenidos.
Las pocas incursiones de Televisa en el formato de serie han
sido en su mayoría series extranjeras; Mujeres
asesinas, Los simuladores, Hermanos y detectives, Locas de amor, incluso
telenovelas como Patito feo,
demostrando la falta de ideas al interior de una empresa que gusta de presumir
sus contenidos.
Por su parte TV Azteca tuvo éxito en sus primeras
telenovelas producidas por Argos y produjo un intento bastante decente en 2010
de miniserie o serie llamado Drenaje profundo
que sin duda tuvo un costo mayor por episodio que cualquiera de sus telenovelas
producidas tras la ruptura con Epigmenio
Ibarra. Uno de los argumentos utilizados por las televisoras, en especial por
TV Azteca es que el público de la televisión abierta no está acostumbrado a
seguir semanalmente un programa, por lo que incluso en el formato de Canal 7
las series norteamericanas que compran son programadas a lo largo de tres
semanas de esta manera terminan con la
temporada de manera rápida y con ese parámetro que tienen ellos de su audiencia.
Pero la verdad es que poco o nada tienen que ofrecer las
televisoras mexicanas que atraigan a las audiencias. Ya ni que decir de los
canales del estado que con el regreso del PRI al gobierno regresaron a un
esquema nada atractivo, aunque probablemente con mucho mayor libertad de
expresión en sus programas de debate que lo que ofrecía Televisa en su
aberración llamada Tercer Grado cuya emisión finalizó el pasado diciembre
debido sin duda a sus ratings y la poca credibilidad de los lectores de
noticias que participaban en él.
Con una nueva cadena de televisión abierta, por un lado el
reto de Grupo Imagen está en posicionarse de manera rápida a nivel nacional y
tal vez una manera de hacerlo sea olvidarse de copiar el modelo que hasta hoy
utilizan Televisa y Azteca y del cual no sabemos bien a bien cuáles son los
ratings.
publicado en roastbrief.com.mx el 18 de mayo de 2015
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