El mayor daño a la imagen internacional del país es el adelanto del informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que avisa que nuestro país vive una grave crisis en materia de derechos humanos.
Armando Enríquez Vázquez
Por más que se cambie de canciller, por más que el
presidente se pasee a diestra y siniestra por el mundo con discursos triviales,
lo cierto es que nunca la política internacional de nuestro país ha sido tan
fallida. Semana tras semana en la prensa internacional se habla de manera poco
atractiva de nuestro país, de las políticas internas del mismo y de lo evidente
de los pocos o nulos resultados de las llamadas reformas estructurales,
mientras que al interior del país los serviles informadores y lectores de
noticias echan al vuelo cada vez con más precaución las campanas del
oficialismo, sin que la cancillería, los subsecretarios y los embajadores
puedan hacer nada.
Tan sólo la semana pasada el hecho de que el gobierno de
Enrique Peña Nieto haya doblado las manos ante su postura anterior de no a la
extradición, al entregar a la justicia de Estados Unidos a un grupo de 13
narcotraficantes entre los que destacan Edgar Valdez Villarreal alias La Barbie y Jorge Eduardo Costilla
Sánchez alias El Coss, muestra la desesperación
del gobierno federal por ganar puntos en la opinión de la comunidad
internacional. Se ha dicho que la decisión del gobierno mexicano es una tímida
forma de intentar de mejorar la imagen que la fuga de El Chapo dejó en las autoridades del país vecino sobre la
transparencia del gobierno mexicano y todas las evidencias de corrupción y
contubernio con el crimen organizado al interior de los penales y en ciertas
áreas del gobierno de nuestro país. Sin embargo hay quienes hablan de un
intercambio con el empresario mexico-chino Zhenli Ye Gon, quien hace poco en
una entrevista declaró haber pagado dinero a miembros del PRI y del PAN y por
lo tanto teme por su vida al momento de ser extraditado como autorizó el
departamento de estado norteamericano el pasado 23 de septiembre, pero la
revocación por un juez de Washington el fin de semana parece derrumbar esta
teoría.
Pero sin lugar a dudas el mayor daño a la imagen
internacional del país y de la imagen del gobierno que encabeza Peña Nieto es
el adelanto del informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que
avisa que nuestro país vive una grave crisis en materia de derechos humanos. A
pesar de que tanto la Secretaria de Gobernación, a través del subsecretario de
Derechos Humanos, Roberto Campa Cifrian, como el presidente del PRI Manlio
Fabio Beltrones han negado que el informe de la CIDH sea una realidad de
nuestro país, nosotros sus habitantes sabemos que es cierto entre la
desaparición forzada de personas, el asesinato de periodistas, la tolerancia de
la esclavitud y la trata por diferentes niveles de los gobiernos, México vive
una severa crisis de derechos humanos.
La actitud siempre sorda de los funcionarios del país
enfrentada a la aprobación, por lo pronto de la OEA, del informe puede aun sumir
más a un gobierno que en su arrogancia se ha olvidado de servir a sus
gobernados, así como resultar en nuevas candidaturas independientes el próximo
año frente a la falta de autocritica del partido en poder que se ha dedicado a
lo largo de las últimas décadas a saquear los estados y ahora al país que
gobierna. Hoy tras la visita del relator de la UNU para los derechos humanos
Enrique Peña Nieto, su gabinete y partido solo han doblado la cabeza en signo
de sumisión, ante el reconocimiento del organismo internacional de los
problemas en materia de derechos humanos que tiene México.
La responsabilidad de la caída de la imagen de México a
nivel nacional no es total responsabilidad del PRI, el gobierno de Felipe
Calderón, así como los diferentes actos de corrupción al interior del PAN han
demostrado desde los nexos de sus senadores con narcotraficantes, como su
facilidad de aceptar acuerdos con otros partidos para defender la impunidad de
algunos de sus miembros.
Como cereza que decora el pastel, la nota de la supuesta
asesina serial en Chimalhuacán, conocida como la degolladora llegó a las
páginas impresas y virtuales de El País. Seguramente
en estos días los funcionarios del Estado de México con más feminicidios que
Juárez en sus peores momentos pronto saldrá a desmentir la historia porque en
México además del respeto a los derechos humanos, ya sabemos todos que nunca ha
habido asesinos seriales y si no basta preguntárselo a Goyo Cárdenas, lástima
que él ya esté muerto.
publicado en blureport.com.mx el 6 de octubre de 2015.
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