Bohm en su libro, titulado Sobre la creatividad, inicia con una frase contundente: La creatividad es, bajo mi punto de vista, algo imposible de definir con palabras.
Armando Enríquez Vázquez.
Curiosamente uno de los textos más importantes acerca de la
creatividad no fue escrito por un artista, si no por un científico: David Bohm.
David Bohm fue un físico teórico nacido en 1917 en
Pensilvania Estados Unidos. Bohm colaboró con Einstein en Princeton y tuvo que
abandonar a principios de la década de los años cincuenta del siglo pasado su
país y tomar la nacionalidad brasileña tras ser una de las miles de personas a
las que la paranoica y totalitaria mente del senador McCarthy acuso de ser
sospechoso de ser comunista. Bohm hizo notables aportaciones en la física
cuántica.
Su libro, titulado Sobre
la creatividad, inicia con una frase contundente: La creatividad es, bajo mi punto de vista, algo imposible de definir
con palabras. Acto seguido Bohm escribió más de ciento cincuenta cuartillas
sobre la creatividad.
Sobra mencionar que desde hace ya cientos de años los
hombres han meditado sobre esos procesos que se llevan a cabo en nuestro
interior y que nos permiten no sólo concebir obras de arte, si no proponer
soluciones a diferentes problemas que afectan a la humanidad y como
solucionarlos o al menos mitigarlos. Desde la filosofía, el arte y la ciencia
la creatividad ha sido examinada como una particularidad de la mente humana.
La creatividad es inherente a todos los hombres, y como
decía Einstein todos en nuestra infancia la poseemos pero al ir creciendo y
adaptarnos a las convenciones sociales en mayor o menor grado la vamos
perdiendo.
La creatividad no se refiere únicamente a la inspiración
artística que culmina con la develación de una obra de arte. La creatividad
está presente en todos los actos de ciencia verdadera y en todos aquellos actos
pequeños y gigantescos en los que la aproximación a las situaciones comunes
implica necesariamente romper normas establecidas en el pensamiento cotidiano.
La creatividad se relaciona de manera directa con la supervivencia y la
evolución. La creatividad tiene que ver esencialmente con salir de nuestra zona
de confort. Con atrevernos a romper con las reglas que de manera inconsciente
obedecemos en nuestros procesos de vida.
La creatividad es la manera en que rompemos con la forma
mecánica en que nuestros pensamientos y acciones se desarrollan en el día a
día. Por eso a veces en el quehacer del publicista parece pretencioso el hablar
de creatividad.
Todos aquellos que nos vemos enfrascados en procesos que
tienen que ver con el desarrollo de ideas para presentar de manera atractiva
productos de consumo tanto a consumidores como a los representantes comerciales
de estos productos creemos a diario tener procesos creativos que incluyen una
amplia gama de tareas; escribir un copy, diseñar un empaque, producir un
comercial, escribir un texto y mucha veces nos enfrentamos no con bloqueos mentales,
si no con el mayor de los censores de los procesos de creación: el cliente.
El cliente siempre
pierde la razón fue una frase que escuché por primera vez hace muchos años
en una agencia de publicidad, desde entonces la he repetido y escuchado en un
sinnúmero de ocasiones, a la mayoría de los clientes les cuesta trabajo salir
de la zona de confort en la que se encuentra su producto. Una vez definidos el
mercado objetivo y las características del producto es difícil mover a los
representantes de las marcas de las ideas preconcebidas que tienen de su
producto y de la forma en que deben ser anunciados. Los manuales de publicidad
que existen al interior de muchas empresas sólo condenan a las marcas a no
poder desarrollar el mensaje a un mercado vivo que cambia. Completamente
alejados de lo que la creatividad significa, por eso muchos productos se
convierte en historia más rápido de lo que deberían, muchas veces gracias a una
publicidad repetitiva, rígida y aunque se vista de los colores de la temporada
y jóvenes modelos, no aportan nada a mejorar la venta del producto. Porque
tampoco los publicistas están dispuestos a salir de la seguridad de un primer
éxito.
Sin tener tantos gastos publicitarios sobreviven de mejor
manera muchos productos que se promocionan de boca en boca. En materia de
publicidad una mentira repetida mil veces no se convierte en una verdad si no
en una desgracia para la marca.
Es aquí donde la verdadera creatividad debe entrar en acción
y aquellos que ostentan los títulos de creativos refrendar ese pomposo
sustantivo con el que pretenden dar sustento a su vida profesional y salir del
confort de su oficina para decirle al cliente eso que desconoce. Que a pesar de
representar a la marca o al producto no tiene la menor idea de cómo presentarlo
a esas nuevas audiencias que buscan interacción y el dinamismo del que hoy
carecen todas ellas.
El economista británico John Maynard Keynes escribió: La dificultad reside no en crear nuevas
ideas, si no en escapar de las ideas preconcebidas. El reto de los
publicistas es ese; crear las ventanas y oportunidades, ya sea a través de
producciones costosas o en mensaje sencillos capaces de conectar a los
consumidores con su producto.
La creatividad es contagiosa. ¡Propagala! Escribió
Einstein.publicado en roastbrief.com,mx el 21 de abril de 2015
imagen: DeathtoStock
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