A los mexicanos siempre se nos exige apretarnos el cinturón a la hora de las crisis, llegó el momento que lo mismo suceda con las empresas estatales que han sido parte fundamental de estas crisis, por sus malos manejos y burocracia ineficiente.
Armando Enríquez Vázquez.
En los años noventa, cuando la incapacidad de los
tecnócratas y economistas del PRI acabaron con las esperanzas de crecimiento de
los mexicanos y sus familias, corría un chiste acerca de tres náufragos y una
lata de atún en una isla desierta, tras las propuestas de los otros dos de
abrir la lata por métodos de oxidación o con una piedra afilada, el economista
pontificaba; supongamos que tenemos un
abrelatas.
La continua y apabullante caída de los precios de los
hidrocarburos no sólo pone en riesgo a las economías mundiales. Ha puesto en
riesgo las aspiraciones de crecimiento de México, la viabilidad del presupuesto
base cero de 2016, la prosperidad tan
anunciada. México enfrenta una vulnerabilidad que una vez más pone en evidencia
la falta de previsión del gobierno de Enrique Peña Nieto y de su flamante
secretario de Hacienda; Luis Videgaray. Un gobierno que ha basado todas sus
decisiones a lo largo de tres años de administración en suposiciones y no en la
realidad. Un gobierno que se sostiene con pinzas en sus verdades históricas y
económicas.
La caída en los precios del petróleo provocó notas
informativas, de diarios especialistas en economía, acerca de cómo los costos de
producción de PEMEX son ya superiores al precio del producto, lo que vuelve la
operación incosteable y absurda. PEMEX, en su momento, salió rápidamente a
desmentir a los periodistas, asegurando que los márgenes de ganancia de la
empresa aún son altos y sin embargo el secretario de hacienda ya habla de un
rescate de la empresa estatal, lo que demuestra como PEMEX miente y una vez más
el fracaso de la tan cacareada reforma energética.
Ante un panorama, que tanto el secretario de Hacienda, como
el titular del Banco de México reconocen no mejorará en algunos años, los
mexicanos debemos exigir acciones y respuestas del gobierno federal y su
política en materia de energía y no permitir que una vez más en un acto de
prepotencia y corrupción el gobierno federal pretenda rescatar lo irrescatable.
El negocio que representa la reforma energética a los
intereses privados, no se derrumba sólo se modifica. La Secretaria de Energía
ya salió a dar prioridad a la privatización de la generación de energía
eléctrica con la división de la Comisión Federal de Electricidad en diferentes empresas,
al menos una de ellas será asignada a Martín Esparza, el corrupto líder
sindical de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro, quien en su momento
se alió con López Obrador, se robó bienes de la nación e incitó a los
trabajadores de la empresa proveedora de electricidad a hacer lo mismo, además
de alentar actos de sabotaje y violencia hacía instalaciones y trabajadores de
la CFE, así como a las instala instalaciones del Diario Milenio en la Ciudad de
México o del periodista Pedro Ferriz de Con, por exponer al bribón líder
sindical. Por lo visto Esparza, ha regresado mansamente al PRI, siempre
dispuesto a encubrir la corrupción a cambio de votos.
Pero el tema de peso en materia de la caída del negocio
petrolero nos debe llevar a exigirle a Peña Nieto, transparencia en cuanto al
manejo de los recursos al interior de PEMEX. No podemos permitir que PEMEX
continúe siendo una empresa dominada por una planta burocrática inflada y un
sindicato de transas. Una planta de 140 mil trabajadores en su gran mayoría
ineficientes y que sol representan un hoyo en el erario de la nación. Se espera
que este año se despida a unos 15 mil trabajadores de la empresa, apenas un
poco más del 10% de una empresa que ha perdido toda su utilidad. Así como los
despidos afectan a los ciudadanos del país, es hora de que la reforma energética
muestre su verdadera cara. No podemos, ni debemos rescatar con el dinero de
nuestros impuestos a una empresa que este mismo gobierno desde su inicio se
empeñó es destruir a golpes de reforma energética. La gasolina baja de precio
por primera vez y ahora vamos a tener que mantener a una burocracia inepta y
corrupta, por el simple hecho de que en 2018 pueden representar votos para el
Revolucionario Institucional. ¿A quién al interior del gobierno federal le
interesa el rescate de una empresa como ICA?, la cual cayó en problemas porque
son los gobiernos federal y estatales los que no le pagan sus compromisos, como
a cientos de otros proveedores que ponen en situación de quiebra o de plano los
hacen quebrar con su autoritarismo.
A los mexicanos siempre se nos exige apretarnos el cinturón
a la hora de las crisis, llegó el momento que lo mismo suceda con las empresas
estatales que han sido parte fundamental de estas crisis, por sus malos manejos
y burocracia ineficiente. Cualquier empresa que se enfrente con una caída en su
negocio como la que enfrenta la industria de los hidrocarburos tiene
forzosamente que hacer ajustes en su planta laboral y en su operación.
La reciente gira por Arabia Saudita, principal productor de petróleo
en el mundo y líder de los países que deciden el precio internacional del
hidrocarburo, así como haber otorgado el orden del águila azteca a un tirano,
asesino, resultan por demás sospechosa. Tras el anuncio del gobierno de haber
firmado acuerdos con los sauditas en materia de energéticos, queda la sensación
de estar viviendo el viejo de dicho de haber ido a vender cajetas a Celaya.
En lugar de proponer un rescate a el elefante blanco que es
PEMEX, el gobierno debería auditar al sindicato de esa empresa e investigar la
riqueza de su líder sindical. A finales de la década de los años ochenta del
siglo pasado nos quedó claro las cantidades de dinero que generaba la
corrupción del sindicato petrolero permitían a sus líderes irse de juergas
millonarias a Las Vegas y que hoy hemos
visto expuestas en las diferentes redes sociales a través de las fotos
posteadas por los mismos hijos de Carlos Romero Deschamps. El gobierno de
Enrique Peña Nieto siempre haciéndose de la vista gorda con aquellos que pueden
representar un beneficio al partido en tiempos electorales.
La crisis está aquí a pesar de las declaraciones estultas de
Luis Videgaray que dice que nuestra economía crece porque aumentó la venta de
automóviles. Las cifras continuarán siendo maquilladas y manipuladas hasta que
pasen las elecciones en los doce estados que habrán de cambiar de gobierno este
año, una pasada la jornada electoral, debemos estar preparados para ver al país
irse en caída libre.
publicado en blureport.com.mx el 2 de febrero de 2016
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