Hace casi 63 años se
dio el último juego sin anotaciones en la NFL. Gigantes de Nueva York y Leones
de Detroit fueron los protagonistas.
Armando Enríquez
Vázquez.
En un deporte como el futbol americano profesional donde los
empates son casi imposibles porque las mismas reglas tratan de impedir este
tipo de resultados, el hecho de que en un juego ninguno de los dos equipos
anote a lo largo de la hora de tiempo efectivo que dura un encuentro es casi
nula y así lo demuestra ese resultado que este año cumplirá 62 años de haberse
dado.
El 7 de noviembre de 1943 en el estadio Briggs, casa de los
Leones de Detroit, bajo un clima lluvioso y un terreno enlodado se llevó a cabo
el más reciente juego de futbol americano de la NFL que terminó en un empate a
cero. Los Leones enfrentaron aquel domingo ante más de dieciséis mil
espectadores a los Gigantes de Nueva York.
El partido de acuerdo con la crónica del New York Times del
día siguiente fue malo, o mejor dicho muy malo. Ninguno de los dos equipos pudo
pasar de la yarda 15 del equipo contrario, en total se intentaron cuatro goles
de campo, todos ellos fallidos. Augie Lio, pateador de goles campo de Detroit,
falló tres intentos uno de 42 yardas, otro de 32 y finalmente uno de 15 yardas,
mientras que Ward Cuff de los Gigantes falló uno de quince yardas.
Los Leones llegaron a ese encuentro con cuatro encuentros
perdidos y tres ganados, mientras los Gigantes tenían una marca de dos ganados
y dos perdidos. El desempeño de ambas escuadras queda de manifiesto cuando
entre ambos equipos sólo lograron 9 primer y diez; seis de los Leones y tres de
los Gigantes. Murray Evans quarterback ese día de los Leones completó 5 de12
pases para 28 yardas y además lanzó una intercepción, pero si la actuación
aérea de los Leones fue pésima, la de los gigantes fue patética; sólo cuatro
intentos de pase y de ellos sólo uno completo.
Ambos equipos se dedicaron a correr el ovoide sin grandes
logros tampoco, los Leones corrieron para 102 yardas, mientras que los Gigantes
lo hicieron para 40 yardas. A pesar de las condiciones climáticas y de las pésimas
estadísticas a lo largo del juego no hubo un solo fumble y el único intercambio
de balón se dio con la intercepción de los Gigantes.
La temporada de 1943 fue una temporada perdedora para los
Leones de Detroit que tras el juego con los Gigantes perdieron sus dos siguientes
encuentros contra Washington y contra el combinado de Steelers y las Aguilas,
los famosos Steagles para terminar con seis derrotas, tres victorias y un
empatado, mientras que los Gigantes terminaron con un record ganador de seis
ganados, tres perdidos y un empatado ganando cuatro de sus siguientes cinco
juegos.
Aun faltaban siete años para que sobre los Leones cayera la
maldición de Bobby Layne que los tiene sin ganar un campeonato de la NFL desde
hace sesenta y seis años, pero el haber jugado este juego tampoco constituye ningún
orgullo, nada lo registra como un gran duelo de defensivas, ni un juego que
tuviera algo por lo que ser memorable, lluvioso y gris ese 7 de noviembre de
1943 en Detroit fue el día más reciente en que un partido de la NFL terminara
con marcador de 0 – 0.
Después de aquel domingo sólo siete juegos en 63 años han
terminado con marcador de 3-0.
Imagen ferris.edu
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