Dos organismos del
gobierno preocupados por la salud y la planificación familiar tienen dos
campañas opuestas con el mismo objetivo.
Armando Enríquez
Vázquez.
Entre las campañas de las diferentes instituciones del
gobierno federal y organismos independientes hay un par que llaman mi atención
por tener el mismo objetivo y tener en teoría el mismo target, pero que en su
ejecución y concepción hablan a dos sectores de la población totalmente diferentes.
Me refiero a las campañas de publicidad de la Secretaria de
Salud y del Consejo Nacional de Población (CONAPO) referentes a la salud sexual
y la planificación familiar en la población de adolescentes y adultos jóvenes.
Primero y por orden de aparición esta la campaña de CONAPO
llena de frases cortas y llamativas, como: Lo
inteligente no quita lo caliente, o si
puedes planear la noche también puedes planear una vida. Esta campaña llena
de voces frescas de jóvenes que nos parecen comunes y corrientes hace frente a
algo que es inevitable y sucede por más que las buenas conciencias quieran
tapar el sol con un dedo. Los jóvenes y adolescentes mexicanos tienen
relaciones sexuales.
La forma coloquial y lúdica en que las frases están dichas y
entremezcladas hablan de forma directa al joven, lo involucran y lo hacen
consciente de que no hay nada malo ni anormal en pensar en el sexo, en
practicarlo, pero hay que tener siempre presente las precauciones que se deben
y pueden tomar; prevenir contagiarse de enfermedades de contagio sexual o un
embarazo no deseado.
No sucede lo mismo con la campaña de la Secretaria de Salud,
que optó por la estrategia de un jingle, algo que le resultó muy bien en el
caso del pegajoso tema escrito para la campaña del chikungunya, pero que en
materia de planificación familiar y prevención de enfermedades venéreas se
vuelve ambigua, moralista y mediocre.
La secretaria volvió a apostar por un jingle en esta ocasión
con un estribillo que dice: ¿Cómo le
hago? repetido ad nauseaum por un joven,
en una versión y por una chica en el otro, como si el sexo fuera además una
cuestión de género y no de pareja, con una música que parece haber sido
producida por Luis de Llano en los momentos de auge de los grupos de
adolescentes cantores de Televisa, hace 30 años y que no resulta atractiva a
los jóvenes lo único memorable del jingle se vuelve el estribillo y este sólo
carece de sentido.
Existe una gran diferencia entre; Sí vas a la fiesta lleva globos, a ¿Cómo le hago? El contraste entre las frases es contundente y lo
directo del mensaje de la primera frase es apabullante. No es grosero, ni
vulgar y los jóvenes lo entienden de forma inmediata.
El mensaje de la Secretaría de Salud parece haber sido
producido por la mente oscurantista de Televisa, Provida, o la arquidiócesis de
México y no por una secretaria de estado preocupada por los problemas de salud
que enfrenta el país y en especial los riesgos a los que están expuestos un
sector de la población como son los jóvenes, que de por sí viven en una sociedad
conservadora y se encuentran expuestos a todo tipo de desinformaciones que
únicamente ayuda a confundirlos.
Los mensajes de estado y sobre todo en materia de políticas
de salud, deben ser claros y directos, el hecho de tratar de complacer a las
damas de la vela perpetua y otros grupos con graves prejuicios morales y
sociales, puede incidir de manera importante en otros rubros de la sociedad
mexicana.
Así como los spots del chikungunya son un acierto, los de
prevención de enfermedades de tipo sexual y planificación familiar dejan mucho
que desear. Bien por el CONAPO que sin tapujos dice que lo caliente no quita lo inteligente.
publicado en thepoint.com.mx el 9 de marzo de 2016
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