Los diarios mexicanos se han convertido únicamente en reproductores de noticias tendenciosas y morbosas que distraen de las historias que realmente interesan a la ciudadanía.
Armando Enríquez Vázquez
Algo realmente desalentador fue el primero de enero abrir
los portales de los principales diarios de México y darse cuenta qué a los ojos
de los buitres llamados jefes de información lo valioso es resaltar la nota roja
o la nota que da incertidumbre. Un ejemplo, a las ocho de la mañana El Excélsior destacaba el primer
accidente en la CDMX (Marca Registrada), mientras que otros diarios incluidos El Universal y La Jornada, ponían en portada el asesinato del precandidato priísta
a la alcaldía de Atoyac en Guerrero.
Uno político, otro de alguna manera intrascendente y sólo
morboso. Los diarios mexicanos se han convertido únicamente en reproductores de
noticias tendenciosas y morbosas que distraen de las historias que realmente interesan
a la ciudadanía.
La corrupción y la forma en la que esta ha invadido las
redacciones y las direcciones de los diarios y medios informativos debe ser un
fenómeno o un mal vergonzante para los verdaderos periodistas del país, que son
muy pocos, pero sobre todo para el resto de los mexicanos que intentamos
enterarnos con lo que sucede en el país a través de medios de medianamente a
nada confiables.
Lo que es peor, esos mismos chacales de la información que
se complacen día tras día llenando de sangre las portadas de sus informativos,
han decidido dejar de contar las historias de éxito, las historias de mexicanos
ejemplares quienes a diferencia y a pesar de los políticos, la corrupción, la
demagogia y el populismo luchan por hacer crecer el país, o por lo menos se
mantienen claros en su búsqueda personal, que de manera indirecta beneficia al
país. No, esos no cuentan para los directores de medios que descarada están
acostumbrados a recibir un sobre con dinero, la mayor parte de las veces
disfrazado de publicidad oficial, otras descaradamente como lo que se conoce
como chayotazo, para evitar contar a
los mexicanos la verdad y disfrazar la injuria y la difamación como noticia y
para cubrir notas sin substancia de políticos sin escrúpulos. No recuerdo haber
leído en los medios acerca de lo que hicieron los científicos mexicanos que
trabajan en los centros de investigación universitarios o federales durante
2017, no recuerdo que ningún medio haya hecho un recuento de lo que escribieron
los jóvenes talentos, ni los viejos, de la literatura nacional durante 2017.
México esta bien en los encabezados del crimen, de la corrupción, de la
impunidad, no en el de la cultura, la ciencia y el desarrollo, para la mente de
los dueños de los diarios que han designado a sus jefes de información de entre
pepenadores y carroñeros de la nota alarmista. ¿Cuántas veces no nos
encontramos en las primeras planas de portales y diarios, en los teasers de
informativos de radio o televisión con noticias tan intrascendentes a nosotros
y nuestra realidad como accidentes carreteros en Paquistán o Mongolia?
Hace muchos años, a principios de los años setenta, cuando
los medios estaban igualmente amordazados por el tirano PRI y su dictadorcillo
del momento: Luis Echeverría Álvarez, los informativos se llenaban de notas
internacionales, hoy inexistentes en noticieros y medios informativos. A lo
largo de 40 años, y muchas veces gracias a los mismos autonombrados
periodistas, los mexicanos hemos dejado de saber que ocurre en materia política
en otros rincones del mundo y nos hemos enfocado en ver y examinar a fondo la
borra del ombligo, ni siquiera nuestro ombligo.
La cultura merece un espacio mínimo en los informativos
mexicanos, ni que decir de la ciencia y la tecnología.
Es cierto que la impunidad, la corrupción y el descaro de la
partidocracia merece nuestra atención y nuestra participación. Necesitamos
librar a México de todos los parásitos que se alimentan del mal uso de los
recursos públicos, incluyendo a los mal llamados periodistas y gente de medios.
Pero igual de importante es valorar y mostrar a los mexicanos que construyen a
la nación.
En 2018 pienso dedicar algunos de estos espacios para
mostrar que a pesar del PRI, de Morena, del PAN, PRD, Sindicatos corruptos y
sus impunes líderes, senadores, diputados y jueces, del manejo tramposo de
nuestro dinero, existen mexicanos que están comprometidos con otras cosas más
importantes y forjadoras de Nación que las palabras vanas de López Obrador o de
José Meade.
De acuerdo con el Instituto Cervantes en el mundo hay 477
millones de hispanohablantes nativos de los cuales más de 120 millones conforme
a los datos del INEGI somos mexicanos, eso sin contar a los millones de
connacionales y de descendientes de mexicanos que viven en Estados Unidos. Sin
embargo, no somos capaces de demostrar un liderazgo positivo como deberíamos
porque estamos muy ocupados sintiéndonos victimas de políticos corruptos que
acaparan las ocho columnas de los diarios y minutos de informativos como si
esto fuera lo único importante en México.
No se trata de ser absurdamente optimista, ni de ser
ingenuamente nacionalista, se trata de poner en su clara dimensión las cosas.
publicado en blureport.com.mx el 5 de enero de 2018
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