Una de las mejores series de televisión mexicanas de 2018 es la producción de Gael García para Fox.
Armando Enríquez Vázquez
La opinión de los mexicanos acerca de lo que se debe mostrar
de México en las pantallas chica, grande, mediana y de celular es muy variada,
mientras los sectores más conservadores y aquellos que les gusta tapar el sol
con un dedo critican la aparición de las cintas de Amat Escalante y series de
violencia y narcotráfico, otros aplauden las visión melodramática de Epigmenio
Ibarra con sus telenovelas que pretenden ser denuncia social y terminan
perdiéndose por tanta pretensión en viles melodramas, que resultan igual de maniqueos
que los que pretende evitar. Epigmenio Ibarra renovador del género de
telenovela, creador de la primera serie importante mexicana para HBO, ahora sólo
sabe repetirse en su berrinche social ad
nauseum o en la apología del crimen organizado. El epítome de su versión tergiversada
de la realidad es sin duda Ingobernable
el bodrio que Ibarra produjo para Netflix y cuya segunda temporada está por
estrenarse.
A México le cuesta mucho verse a sí mismo. No podemos deshacernos
de la nefasta escuela de Televisa productora de los peores bodrios e
instructora de una educación sentimental retrograda y mojigata, donde los
pobres son tan buenos que se merecen el cielo en el momento en que nacen y los
ricos solo merecen la redención al momento de bailar perreo con los pobres, de
otra manera se mueren irremediablemente perdidos en sus vicios, una trama que
desde “Nosotros los pobres” y “Ustedes los ricos” se convierte en
paradigma nacional de la igualdad social. Después se acrecentó con la idea de
la cenicienta en la realidad de la lucha de clases al estilo Valentín Pimstein,
Emilio Larrosa o Antulio Jiménez Pons. Pero también la nueva apología del
crimen organizado ha dejado de ser critica de la situación que vivimos al hacer
de este mal algo que los medios han vulgarizado hasta hacerlo ver como algo
normal y aspiracional. Y ni hablar de nuestra comedia, por lo general, vulgar y
alburera que nos muestra como el pueblo inculto y grotesco que somos.
Netflix ha preferido irse por la comedia como Club de Cuervos, los bio pic y a últimas
fechas por un deleznable melodrama barato llamado La Casa de las Flores. Amazon le apostó a Diablo Guardián¸ que merece un texto aparte, HBO acaba de estrenar
la cuarta temporada de Sr. Ávila y es
quien más ha arriesgado en cuanto a las producciones mexicanas.
Pero la sorpresa para mi es Aquí en la tierra. Serie de Gael García Bernal y Kyzza Terrazas,
aquí a diferencia del Tepito bueno, habitado por el “trabajador, sabio e injustamente menospreciado” pueblo mexicano de
Ingobernable, no existen buenos o
malos. No hay un detective saboteado por el poder, ni una super-primera dama-mujer
perseguida por los sicarios de su padre que es el poder detrás del poder. Los
protagonistas son un mirrey tratando de encontrar la verdad sobre su padre al
que han asesinado, que se sabotea a sí mismo con sus adicciones. Un joven
guarura que anda con la hija de su patrón, su padre un viejo guardaespaldas que
se arrepiente del celo a su trabajo que lo ha dejado solo y casi ciego, su
esposa miembro del movimiento del pueblo que se opone a la construcción de un
aeropuerto en sus tierras y que al final prefiere abandonar a la hija de ambos
en aras de la causa. La diputada que lo sabe todo y huye a Canadá aterrorizada
por lo que pueda llegar a pasarle. Un gobernador ambicioso y el que habla con
Trump y Putin pero no sale en las fotos.
La hija prepotente de un empresario que termina de la peor
manera, por no saber decidir cuando es suficiente y necesita la ayuda de su
poderoso padre. El “periodista” radiofónico prepotente y corruptible por
principio.
Como muchas otras de series y novelas acerca del poder y la
corrupción en nuestro país, Aquí en la
Tierra, comprende tramas de familias y de familias políticas, contubernio y
teje manejes más allá de lo visible.
A diferencia de otras, la reflexión acerca de la podredumbre
es despiadada y no deja títere con cabeza, los traidores no son únicamente los
poderosos políticos, también entre la gente del mal llamado pueblo hay quienes
venden su causa por un montón de billetes. La condición humana no reconoce
condición social, género o edad.
Con un extraordinario argumento y guiones en general muy
buenos, gran reparto y con una dirección impecable, Aquí en la Tierra, es una serie de ocho capítulos que vale muy bien
la pena verse. Las referencias al presidente Peña Nieto y a problemas actuales
como el aeropuerto, están muy presentes en la trama.
Mario Rocha (Daniel Giménez Cacho) el ambicioso gobernador
del Estado de México, dispuesto a ser presidente a como de lugar; asesino,
mentiroso y probable pederasta esta en campaña para conseguir la candidatura de
su partido tras hacer público un video del presidente de la República teniendo
relaciones sexuales con una menor de edad, algo que obliga al primer presidente
de la oposición a renunciar. Su hijastro Carlos Calles (Alfonso Dosal), hijo
del asesinado Orlando Calles fiscal anti corrupción de la nación que estaba a
punto de dar a conocer la participación de Mario Rocha en el caso de la menor
de edad y al que el gobernador personalmente asesina. Carlos comienza a
descubrir la figura de su padre, quien abandonó la casa familiar cuando Carlos
era un niño para poner a salvo a su familia y poder continuar con su carrera
política buscando la verdad y justicia de un sucio secreto entre políticos y
pudientes. El cuerpo de seguridad del gobernador encabezado por Rufino Cruz
(Guillermo Ríos) su guardaespaldas de toda la vida y su hijo Adán (Tenoch
Huerta) quienes viven entre el servicio al político y su familia, y la vida
común y corriente como miembros de una comunidad que será afectada por la
construcción del nuevo aeropuerto. El hombre detrás del poder que mueve los
hilos y no sale en ninguna foto es El Pájaro (Gael García Bernal). La serie
cuenta además con las actrices Sofía Sisniega, Paulina Dávila, Ariadna Gil y
Yoshira Escárrega.
Desde el primer capítulo queda claro no hay sorpresas, nada
dará un giro inesperado. La sórdida narrativa de Aquí en la Tierra sólo va descubriendo las capas como si fuera una
cebolla de la pesimista realidad donde nada o poco se puede hacer.
Fox apostó por una poderosa serie que debe chocar a muchos
en México, incluso la publicidad de la serie fue: La serie que muchos quieren que sea censurada. Aún no se sabe si
habrá una segunda temporada, pero lo importante es que la serie de Fox es una
de las mejores de este año.
Para muchos va a ser más fácil es seguir
pensando que somos buenos, a toda madre y excelentes anfitriones.publicado en roastbrief el 3 de septiembre de 2018
imagen fox.com
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