Desencanto me dejó con un extraño sabor de boca. Matt Groening en su mejor estilo ácido y crítico y sin embargo repetitivo de lo que ha hecho ya.
Armando Enríquez Vázquez
Tras la compra de 20th
Century Fox por parte de Disney
se ha especulado mucho acerca de la permanencia, incluso de la sobrevivencia de
Los Simpsons. Conforme al contrato
existente aún queda una temporada por entregar; la número 30. Lo que pase con
la temporada 31 aun es un enigma.
Hay ejecutivos de Fox que aseguran que la serie se mantendrá
y que la parte de televisión que no fue vendida llegará a un acuerdo con la
empresa del ratón para adquirir los derechos de la serie de la familia amarilla
y que las dos empresas ganen.
Y mientras estos dos corporativos discuten el futuro de la
serie animada más exitosa en la historia de la televisión, su creador Matt
Groening realizó una serie para Netflix; Desencanto.
La primera entrega de la nueva serie consta de diez
capítulos, a diferencia de los 22 de los que consta una temporada de Los Simpsons. Los que creo resultaron
insuficientes para cimentar las situaciones con las que se pretende enganchar
al espectador con la historia y los personajes. En el caso de Desencanto se nota que Groening está
acostumbrado al ritmo y características de Los
Simpsons y que después utilizó para Futurama
de capítulos unitarios, por lo que las líneas argumentales de las que requiere
una serie de Netflix se revelan tarde en la temporada haciendo pensar en porque
se perdió tanto tiempo de la serie en ponerlas sobre la mesa. Groening señala
que los primeros capítulos están llenos de pistas para quienes observan con
cuidado la serie, pero esto debe ser un bonus, no algo en lo que el creador y
los escritores puedan confiar para que el espectador común descifre la trama en
una primera lectura.
Esto no hace mala a la serie, pero si causa la sensación en
el espectador de ser manipulado, con una serie de capítulos unitarios donde las
tramas generales no tienen la importancia que muestran al final de la primera
temporada.
Desencanto se
sitúa en un mundo imaginario de princesas, duendes, elfos y razas fantásticas,
como si fuera un cuento de hadas. El personaje principal es la princesa Bean,
una princesa rebelde mucho más cercana a Bart Simpson como adolescente
irrespetuosa que a las princesas de Disney encapsuladas en un rol femenino. En
el primer capítulo Bean se rebela durante de su boda, un matrimonio arreglado a
conveniencia de su padre. El novio, en un momento de ese humor negro de
Groening que tanto gusta, queda muerto al agacharse por el anillo de bodas y
atravesar su cabeza con una espada de un trono similar al de Juego de Tronos. Groening tampoco
abandona sus guiños a hechos de la cultura contemporánea. Como en muchas historias
de aventuras Bean tiene dos compinches; un elfo verde que físicamente nos
recuerda a Bart llamado Elfo, quien ha sido expulsado de las tierra de los
elfos por su incapacidad para ser alegre y disfrutar de la vida cursi que
llevan los elfos todos los días. Elfo abandona su tierra y a su amante una elfa
promiscua. Y Luci un pequeño demonio negro que tentará a Bean para siempre
tomar decisiones equivocadas, algo que no siempre es necesario, Bean es capaz
de tomarlas sin la intervención de Luci. El pequeño demonio, al que el rey
siempre confunde con un gato, ha sido enviado por un par de personajes que
nunca conoceremos a fondo, ni sus verdaderas intenciones y que recuerdan a los marcianos
de Los Simpsons siempre voyeristas de
lo que sucede en Springfield.
Salvo este par de personajes nada nos prepara para el
desarrollo de la gran línea argumental que se devela en el último capítulo y
que es el cliffhanger para la segunda
temporada.
Desencanto me dejó
con un extraño sabor de boca. Matt Groening en su mejor estilo ácido y crítico y
sin embargo repetitivo de lo que ha hecho ya, algunas de las ideas en Desencanto parecen gastadas y
situaciones que deberían o en otro tiempo resultaban graciosas ahora no lo son.
En Desencanto están muchos de los
personajes de las otras series de Groening, ya mencioné las características de
Bart que están en Bean y Elfo, y a los marcianos, Lucy el demonio recuerda por
momentos a Bender el cínico y políticamente incorrecto robot de Futurama.
Es normal que después de dos series exitosas y que tienen más
cinco temporadas cada una, Groening se repita o sienta que su fórmula es
correcta e infalible. Baste recordar que Futurama
tuvo dos etapas; la primera producida por Fox de 1999 a 2003 y de 2008 a
2013 Comedy Central produjo nuevas temporadas.
Pero en defensa de Desencanto
debo decir que los personajes; los tres principales, la madrastra réptil, el
rey, los principales ministros del reino, resultan frescos en esa narrativa
medieval y de cuento fantástico. Género que durante los últimos años se ha
visto influenciado por las extraordinarias creaciones de J.R.R. Tolkien, así
como por la malévola y retorcida, no por eso menos extraordinaria de George
R.R. Martin. Ambos autores nos han llenado de personajes muy sólidos y demasiado
humanos, mientras que los personajes de Desencanto
son irreverentes y desenfadados, divertidos. Utilizando elementos de los mundos
creados por dos de las mentes más creativas de la literatura fantástica
Groening se encarga de inyectar la mirada de la generación que creció con sus
programas y a la que etiquetamos como Millennials. Problemas que son
contemporáneos, tratando de romper con las reglas que se han establecido como
lugares comunes del género.
En una entrevista con el periodista Dave Itzkoff del New York Times a principios de agosto
pasado Matt Groening habló de otras influencias que están en Desencanto y mencionó películas como Jabberwocky de Terry Gillian, Monty Python and the Holy Grail, y El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki.
Desencanto es una
nueva aventura tanto para Groening, como para todos sus fans, una aventura que
nos obliga a entender que como en el caso del libro nuevo de uno de nuestros
autores favoritos, muchas cosas que nos gustan estarán ahí porque son parte del
ADN del creador, pero también habrá otras nuevas que nos habrán de llamar la
atención para bien.
Netflix confirmó en octubre una segunda temporada de la
serie, aunque aún falta el estreno de otros diez capítulos que forman la segunda parte de la primera temporada. Creo que a pesar de no tener un gancho tan poderoso como otras series,
ver más capitulos de Desencanto no estaría para nada mal.
una primera versión se publicó en roastbrief.com.mx el 17 de septiembre de 2018
imagen Netflix
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