El beisbol en sus inicios fue más incluyente que en el
siglo XX. Lizzie Arlington fue la primera mujer en ser contratada por una liga
masculina.
Armando Enríquez
Vázquez.
En el campo de los deportes profesionales el predominio en la
promoción y cobertura de los atletas y deportes masculinos, no sólo es obvio,
es una vergüenza. Tristemente durante casi todo el siglo XX el deporte
profesional fue uno de los terrenos en los que el machismo y discriminación de
género florecieron. Bajo el pretexto de poseer mayor fuerza y resistencia en
comparación con el arquetipo social que se hizo de la mujer; el prejuicio y la
discriminación fueron parte de la política oficial en la mayoría de las
disciplinas deportivas hacía las mujeres que mostraban cierta calidad y sobre todo
en los deportes de equipo que ganaban la taquilla y atención de los grandes
públicos.
Quienes creen que deportes como el futbol soccer o el beisbol
fueron practicados desde un principio por hombres están equivocados. El siguiente
es un claro ejemplo.
El 5 de julio de 1898 durante el inning final de un juego de
la Liga Menor del Atlántico que se había fundado en 1896, Lizzie Arlington, de
21 años, se subió a la lomita del pitcher y lanzó un inning sin anotaciones,
con el que se mantuvo el triunfo para el equipo de los Carboneros de Reading, que
jugaban en contra de los Cacahuates de Allentown. Estos eran equipos
profesionales de una liga de hombres y Lizzie rompió el techo de cristal no
sólo con su actuación, si no por el hecho de haber firmado un contrato para
convertirse en pitcher de los Carboneros.
Quién descubrió a Lizzie fue uno de los hombres más
importantes en la historia del beisbol en Estados Unidos. En esos días era el
presidente de la mencionada Liga del Atlántico; Ed Grant Barrow, quien con el
tiempo fungió como gerente de los Medias Rojas de Boston donde cambió a Babe Ruth
de posición con la finalidad de que el jugador tuviera más oportunidades al bat.
Fue contratado por los Yanquis de Nueva York en 1921 y los siguientes tres años
el equipo neoyorquino fue campeón del beisbol. Barrow descubrió a Lizzie jugar
en las ligas femeniles y consideró, como lo anunció el día del juego, que Lizzie
tenía la potencia y la consistencia que le permitía enfrentar a cualquier
bateador sin importar el genero del mismo y podía participar en cualquier liga
profesional.
Desafortunadamente los asistentes al juego y los mismos
jugadores no fueron tan entusiastas como Barrow y ese inning fue el único que
Arlington lanzó en una liga masculina. Para ellos Lizzie sólo fue un espectáculo
para cerrar un juego de beisbol; por un lado, estaba la interrogante de cómo
sería el uniforme que portaría la joven quien vistió medias negras y un
uniforme gris como el del resto de los Carboneros, pero con falda hasta
la rodilla en lugar de pantalones. La prensa local no trato tan mal a
Arlington, The Reading Eagle publicó: Para ser una mujer, es extraordinaria
y otro diario llamado The Hartford Courant incluyo en sus páginas el
siguiente texto: Se dice que juega beisbol como cualquier hombre, que sabe
de beisbol como cualquier hombre y de no ser por sus bombachas sería confundida
con cualquiera de sus compañeros de equipo. Carece de las características de las
demás jugadoras de beisbol.
Arlington continuó jugando en las ligas femeniles de beisbol
en el centro de Estados Unidos, sobre todo de manera profesional con un equipo
femenil de Boston llamado Bloomers, eventualmente estas ligas se veían limitadas
en el número de jugadoras y jóvenes aspirantes a las ligas menores o veteranos
en decadencia jugaban con las mujeres. El verdadero nombre de Lizzie Arlington
era Elizabeth Stroud, Stride de acuerdo con algunas fuentes, y nació el 1º de
enero de 1877 en la zona minera de Pensilvania, como cualquier niño, Elizabeth
aprendió a jugar beisbol gracias a su padre y lo jugaba con él y sus hermanos.
Cuando tenía 13 años fue descubierta por un hombre que la llevó a jugar en las
ligas femeniles. Unos años después fue Barrow el que quedó sorprendido por la
calidad de juego de la joven.
Otras mujeres han sido parte importante de la historia y el
desarrollo del deporte en Estados Unidos, de hecho, un grupo de historiadores sostienen
que fueron las lecheras inglesas, las que hicieron popular el deporte que los
americanos importaron a su país a finales del siglo XVIII y hoy llaman su
deporte nacional.
Lizzie murió en 1919 y durante años su historia y su hazaña
fueron olvidadas hasta que el historiador del beisbol de nombre Al Kermisch,
descubrió su historia y la contó.
imagen: archivedinnings.com
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