La historia de la primera arquitecta californiana, es
también la de la mujer detrás del proyecto desproporcionado del magnate William
Randolph Hearst.
Armando Enríquez
Vázquez
En la clásica película de Orson Welles El ciudadano Kane,
observamos la enorme mansión que el magnate del periodismo Charles Foster Kane crea
para alimentar su vanidad. Como en la película, el personaje en el que se basó
Welles para su cinta; William Randolph Hearst, fundador de un imperio en medios
impresos que aún existe, mandó construir una exagerada mansión para presumir a
todas las personas que, a lo largo de su vida fueron invitadas a la propiedad,
su dinero, su poder y el tamaño de su ego. Detrás del diseño y la edificación
de esta mansión conocida en sus años como San Simeón y hoy como el Castillo
Hearst, estuvo la mente de una extraordinaria arquitecta llamada Julia Morgan, quien
a lo largo de 28 años trabajó para el magnate y desarrolló la Mansión.
La vida de Julia Morgan es una historia de grandes éxitos,
pero sobre todo una historia de perseverancia para acabar con el famoso techo
de cristal.
Julia Morgan nació el 20 de enero de 1872 en San Francisco,
California, en Estados Unidos. Sin importarle las costumbres de la época y
apoyada por sus padres, Julia ingresó a la Universidad de California en
Berkeley y en 1894 se graduó como ingeniera. Entre sus profesores se encontraba
un joven arquitecto; Bernard Maybeck, quien en su momento se convirtió en
mentor de Morgan. Maybeck decidió abrir un curso en su casa sobre diseño arquitectónico,
al cual invitó a Julia, veía en ella un gran potencial y una vez que Julia se
graduó como ingeniera Maybeck la impulsó a viajar a Francia para entrar en la
Ecole de Beux-Arts y estudiar arquitectura.
En octubre de 1897 Morgan hizo el examen para la escuela en Paris,
pero al no quedar entre los 30 primeros lugares, no tuvo acceso a la facultad.
Con el apoyo económico de sus padres y apretándose el cinturón Morgan permaneció
en Paris y se preparó de nueva cuenta para el examen, el cual presentó en abril
de 1898, esta vez a pesar de alcanzar la meta de entrar dentro de los 30
mejores exámenes, los profesores, machistas, al fin y al cabo, le bajaron la
calificación para no aceptarla y bajo la consigna de no aceptar mujeres para no
alentar la entrada de “señoritas” en carreras y distraerlas de las
labores propias de ellas. Ese lugar común que se escuchaba, y tristemente aún
se escuchan, a lo largo y ancho del mundo. Julia Morgan no se dio por vencida y
se preparó para el examen de admisión de nuevo, este se realizó en octubre de
1898, esta vez el resultado de su examen fue tan bueno, obtuvo el treceavo
lugar entre los postulantes, que los examinadores no tuvieron pretexto para
negarle la entrada a la escuela, con lo que se convirtió en la primera mujer en
entrar a la Ecole de Baeux-Arts de Paris y la primera arquitecta en titularse
en la misma, su proyecto final le ganó el primer premio de la Escuela lo que
hizo que se graduara con honores.
Antes de regresar a Estados Unidos, Julia Morgan realizó su
primer trabajo a restaurar el salón de una mansión del siglo XVII que
pertenecía a un millonario norteamericano que había emigrado a Estados Unidos. Durante
su estancia en Paris y gracias a su amistad con Maybeck, Julia conoció a Phoebe
Hearst, viuda del magnate minero George Hearst y madre de William Randolph Hearst.
La viuda ofreció un apoyo económico para la que la joven se mantuviera en
Paris, Morgan agradeció el gesto, pero rechazó la ayuda de manera muy política.
Phoebe se quedó con una mejor impresión de la joven arquitecta de la que ya
tenía. La relación, como sabemos, entre Morgan y los Hearst no acabó ahí.
A su regreso a Oakland, estableció una oficina para trabajar
en la casa de sus padres y entonces fue
llamada por John Galen para ayudarle en la construcción y diseño de nuevos
edificios para la Universidad de California en Berkeley, Morgan fue la
responsable del diseño del edificio de la facultad de minería, hoy facultad de ingeniería
y ciencias de los materiales, así como del Teatro Griego ambos llevan el apellido
Hearst, ambos edificios fueron registrados como monumentos nacionales en
California en 1981. Para 1904 y gracias a ciertos comentarios que hizo Galen y
que llegaron a oídos de Morgan donde el arquitecto reconocía el gran talento de
la arquitecta y además aceptaba que su talento era muy barato por el simple
hecho de que se trataba de una mujer, Morgan decidió independizarse y crear su
propia empresa.
Para lograrlo Morgan se certificó como arquitecta
profesional de acuerdo con las leyes del estado de California, lo que la
convirtió en la primera arquitecta certificada con su propia empresa en Estados
Unidos, rompiendo de nuevo el techo de cristal en su profesión.
El primer gran trabajo para Julia Morgan vino después del
terremoto de 1906 cuando el Hotel Fairmont la contrató para reconstruir el
edificio que fue destruido por el incendio que siguió al movimiento telúrico.
El Hotel Fairmont, como muchos otros edificios de la arquitecta, aun esta en
pie en San Francisco.
Este trabajo catapultó la carrera de la arquitecta. Trabajó en
diferentes proyectos que le comisionó Phoebe Hearst y a partir de 1919 trabajó
con su hijo. La construcción del llamado Castillo Hearst que implicó el
desarrollo de una gran mansión que tiene como edificación principal una enorme
casa que evoca a las iglesias españolas de la edad media, de hecho, todas las
construcciones de la propiedad de William Randolph Hearst que en total suman
más de 160 habitaciones son una réplica de un pueblo español. Esta obra colosal
no fue la única obra de la prolífica Julia Morgan, a lo largo de su vida
construyó más de 750 edificios y casas, la mayoría de ellos en su estado natal.
Su producción como arquitecta supera a otros arquitectos norteamericanos del
siglo XX, incluyendo al icónico Frank Lloyd Wright. La colaboración entre el
millonario y la arquitecta duró veintiocho años, a lo largo de los cuales innumerables
adiciones, cambios y mejoras se hicieron en la propiedad. Morgan era la
encargada de todo; incluso las adquisiciones de antigüedades procedentes de
España, los animales del zoológico de la casa. Hoy la mayor parte de la
propiedad pertenece al Estado de California al que fue donada por los herederos
de Randolph William Hearst y es un museo y uno de los edificios históricos de
California.
Morgan está considerada como una de las principales
exponentes del movimiento llamado First Bay Tradition, un movimiento arquitectónico
de la zona de la Bahía de San Francisco que era una respuesta a los movimientos
arquitectónicos de la costa Este de Estados Unidos y de las tendencias inglesas
de construcción. Entre las características del First Bay Tradition, el
uso de materiales nativos de la zona como el roble, cedro, la piedra, entre
otros. La asimetría en sus construcciones y sobre todo el tener claro que cada
construcción era independiente y única. Se debía tratar a cada una de ellas como
una obra de arte.
Hearst no fue el único cliente de la arquitecta, otro de sus
grandes clientes fue la Asociación de Jóvenes Mujeres Cristianas o YWCA, para
esta asociación Morgan diseñó edificios en San Francisco, Oakland, Salt Lake City
y Honolulu, entre otras ciudades.
Morgan también es conocida como una arquitecta que se
dedicaba a satisfacer los caprichos y peticiones de sus clientes. Sin que esto
la convirtiera en una persona que sólo tomaba ordenes. Morgan balanceaba las
ideas de los clientes con sus ideas arquitectónicas, para lograr un balance entre
los pedidos del cliente y su trabajo como arquitecta.
Para Julia Morgan, su trabajo era su único legado. Sólo las
construcciones eran reales, todo lo demás no valía la pena, tal vez por eso en
1951 cuando decidió cerrar su empresa destruyó todos los papeles que tenía. A
partir de ese momento se recluyó en su casa.
Jullia Morgan murió el 2 de febrero de 1957.
imagenes: wikipedia.org
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