Cada partido debería ser responsable, como sucede en muchas
otras democracias, de su economía de tener donantes acreditables y
responsables, así como candidatos respetables.
Armando Enríquez Vázquez
De cara a un proceso electoral más en nuestro país los
medios de comunicación comienzan a atiborrarnos de propaganda de los diferentes
partidos políticos. Un presupuesto exagerado esta por ejercerse y los medios de
comunicación empiezan llenar sus arcas gracias a los tiempos aire que los
diferentes partidos políticos, el gobierno federal y organismos del gobierno
como los institutos estatales electorales, El IFE maquillado llamado hoy INE y los
tribunales electorales compran sin ton ni son.
En los próximos seis meses la demagogia, las acusaciones
infundadas, la llamada guerra de lodo y el cinismo serán, pan nuestro de cada
día, incrementados desde todas las trincheras políticas y se nos querrá hacer
creer que eso son campañas políticas electorales. Escucharemos pocas propuestas
y mucho menos idea de parte de los contendientes.
Uno de los más tristes ejemplos de la falta de creatividad
de los publicistas políticos actualmente, es la campaña del Partido Verde. Hace
ya varios meses mantiene una campaña de propaganda en radio, televisión, prensa
y espectaculares que es la misma, incluso en imágenes y slogans que la de hace
seis años, presumiendo los logros legislativos de una bancada que sólo sabe
votar lo que el PRI le ordena. Logros de hace seis años, que demuestran la
nulidad de este llamado partido político, incapaz de hacer o proponer nada
durante la última legislatura, orgullosamente sus miembros se han dedicado a calentar
curules y escaños.
Esas campañas políticas y partidos políticos que financiamos
los mexicanos con nuestros impuestos, sin importar si simpatizamos con ellos o
no, bajo el pretexto de evitar que dineros malhabidos financien candidatos o
partidos políticos, al menos, eso es lo que nos han hecho creer desde el
anterior IFE y el Congreso de la Unión. Los hechos son contundentes y cada día
podemos ver más ediles y gobiernos a lo largo y ancho del país de todos los
tintes políticos que han sido patrocinados por el crimen organizado o por
intereses empresariales muy específicos.
Siempre he pensado que el dinero que se asigna a partidos
políticos y candidatos, a propaganda partidista en los diferentes medios de
comunicación y diferente al uso y abuso de los tiempos y espacios oficiales,
tendría un mejor uso en programas específicos de los gobiernos locales,
estatales y federal. En infraestructura, promoción, educación.
Sumar el dinero dedicado a los diferentes partidos políticos,
al destinado a programas sociales que en muchos casos parece más una limosna
institucionalizada y tiene por objetivo promover el voto por un partido o
candidato, resulta en miles de millones de pesos que podrían ser utilizados en
el fomento de la ciencia, en la ampliación de redes de transporte público en
las grandes ciudades, en surtir de medicinas las farmacias del sistema de
salud, entre muchos otros usos realmente democráticos y no propagandísticos.
Durante seis meses y conforme se acerque el día de la
votación, medios y partidos políticos tratarán de hacernos creer que la agenda
de nuestra patria está centrada en unas elecciones que desde hoy están
amenazadas por ser boicoteadas por parte de diferentes sectores de la población
civil en especial en Guerrero. Lo que probablemente tenga como consecuencia
algo que no tiene lugar en ninguna democracia, la represión y la violencia por
parte de un gobierno que en dos años ha demostrado que ese es el estilo de
gobierno que mejor se le da, ya sea acallando periodistas, encarcelando a los
que creen sus potenciales enemigos políticos, desapareciendo estudiantes y
guardando silencio absoluto acerca de todos los desaparecidos y desconocidos
aparecidos en tantas fosas clandestinas, que han resultado no ser los
normalistas de Ayotzinapa.
No necesitamos oír, leer o ver mantas en nuestras calles que
anuncien a una serie de personas que están muy lejos de representarnos a la
sociedad o de ser el cambio. Personas que nos desconocidos hoy que nos
toparemos en siete meses en los botes de basura, pues otra de las consecuencias
de las elecciones son las toneladas de basura que generan.
El PAN no logró transformar el país en lo mínimo. En doce
años de mandato el PAN se comportó de la misma manera que el PRI y fue incapaz
de cuestionar el modelo dizque democrático que rige a México. Dieciocho años
del PRD en la Ciudad de México, sólo han servido para desmantelar las redes
clientelares del PRI, para crear las redes clientelares del PRD representadas
entre otros por los vagoneros del Metro y otros comerciantes que se les permite
colocarse en zonas en las que representan un peligro para la ciudadanía como
los andenes de la estación Guerrero y que de acuerdo con el actual jefe de
gobierno ya no existen.
Ni que decir del PRI que se encargó durante doce años de
boicotear y atacar las propuestas presidenciales de Fox y Calderón, para al
regresar al poder hacerlas suyas y entonces si aprobarlas y cacarearlas como
propias. Ya ni que decir de partidos satélites y acomodaticios como el Verde
que ha resultado desde su fundación el negocio de una familia y sus amigos. Y
que hoy cree que emulando la precampaña de seis años de Peña Nieto en la
persona del corrupto gobernador de Chiapas, apadrinado por el PRI logrará estar
cerca de la presidencia en 2018.
Un PRI que señala con dedo flamígero a los partidos de
oposición, ocultando con la otra mano a miembros criminales de su organización
como Mario Marín, Los hermanos Moreira o los criminales gobernadores de
Veracruz Fidel Herrera o Javier Duarte, especialistas en desaparecer
periodistas y a los que se les ha señalado por tener nexos con los Zetas. César
Duarte gobernador de Chihuahua al que se acusa de enriquecimiento ilícito y
bajo cuyo gobierno la violencia en el estado ha regresado a sus peores niveles.
Tiene muy poca cara para hablar de democracia y pedir el voto ciudadano.
La democracia no tiene nada que ver con la imposición de
personas con poderes plenipotenciarios como el comisionado Alfredo Castillo en
Michoacán, violando así la constitución federal y local que dan el derecho a
los ciudadanos de elegir a sus gobernantes.
Cada partido debería ser responsable, como sucede en muchas
otras democracias, de su economía de tener donantes acreditables y
responsables, así como candidatos respetables, con trayectoria política o
social y que trabajen para la ciudadanía, no para otros intereses. Todos y cada
ciudadano debe ser capaz apoyar libremente al partido de su preferencia y
también de cuestionar y señalar las irregularidades de los funcionarios
públicos.
Sin
duda estamos en un momento en que la llamada democracia mexicana debe ser
analizada y no por políticos, politólogos o mesas de consulta, ni por los
tribunales electorales que creen que utilizar el dinero de la prerrogativas
partidarias en redes de prostitución no debe tener consecuencia legal alguna, sino
por la ciudadanía que es la más afectada por los resultados de una forma de
gobierno que parece no estar funcionando, ni satisfaciendo el derecho de los
mexicanos a vivir en paz y de manera armónica. Hoy estamos obligados, en México, a promover la
evolución y cambio de eso a lo que llamamos democracia.publicado en blureport.com.mx 9 de enero de 2015
imagen: info7.mx
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