Uno de los
entrenadores más emblemáticos de la NFL, pasó veintinueve años al mando de un
solo equipo y su figura de sombrero junto a la banca será inolvidable para
aficionados y amantes del futbol americano.
Armando Enríquez
Vázquez
Para muchos un rival de altura, para otros el estratega de
toda una época, otros lo reconocen como uno de los caballeros del emparrillado,
ante todo uno de los grandes innovadores del futbol americano, existen muchas
formas de definir y de honrar a uno de los más grandes entrenadores y hombres
del futbol americano profesional de la NFL.
Thomas Wade Landry nació el 11 de septiembre de 1924 en Mission,
Texas. Su padre era mecánico y su madre ama de casa. Durante su años de
preparatoria Landry jugó como quarterback, corredor y pateador, llevando a su
escuela a una temporada con más de trescientos años anotados. Landry ingresó a
la Universidad de Texas y tras un año de estudios, abandonó la escuela para
unirse a la fuerza aérea de su país y combatir en la II Guerra Mundial. Al
finalizar la guerra Landry retomó sus estudios y su participación en el futbol
colegial en la Universidad de Texas, jugando las posiciones de corredor en la ofensiva y esquinero en la
defensiva. En 1949 comenzó su carrera como jugador profesional jugando con el
equipo de los Yanquis de Nueva York de la All America Conference AAFC, uno de
los primeros intentos por competir con la NFL.
Landry, ese año como esquinero, se ganó el respeto de la
afición por su forma ruda de jugar y pasó al siguiente año a jugar con los
Gigantes de Nueva York de la NFL. Landry jugó hasta 1955, los últimos dos años
fungió también como un jugador que asistía al entrenador. En 1956, los Gigantes
lo hicieron su entrenador defensivo, mientras que el entrenador ofensivo era
nada más y nada menos que Vince Lombardi. Lombardi y Landry se hicieron benos
amigos e incluso la noche anterior al famoso Tazón del Hielo, la familia Landry
cenó en casa de los Lombardi en Green Bay.
Cuenta una anécdota que un día llegó un visitante al estadio
de los Gigantes. Primero pasó por la oficina de Tom Landry que junto con el equipo
defensivo de los Gigantes, veía películas y analizaba al enemigo planeando las
estrategias para el próximo partido. Después se cruzó con la oficina de
Lombardi, donde el entrenador de la ofensiva de los Gigantes hacía lo mismo con
los jugadores ofensivos de Nueva York. Finalmente el visitante llegó a la
oficina del entrenador en jefe de los Gigantes; Jim Lee Howell, quien sentado cómodamente
con los pies arriba del escritorio se dedicaba a leer el periódico:
- Con personas como
Landry y Lombardi en el equipo, hay poco para mí por hacer.- Aclaró el
entrenador a recién llegado.
Landry fue el responsable de implementar la defensiva conocida
como 4-3. En la que se utilizan cuatro jugadores en la línea defensiva y tres
linebackers. Habitualmente se utilizaban solo dos linebackers y un centro defensivo.
Landry cambió al centro por el linebacker. La formación se volvió muy común en
la NFL y actualmente se sigue utilizando.
En 1960 el dictador de la NFL George Halas concedió una
franquicia de la liga a la ciudad de Dallas, como franca respuesta a la osadía
de Lamar Hunt y Bud Adams de crear una nueva liga a la que llamaron AFL. El
equipo de Lamar Hunt se encontraba en la ciudad de Dallas y se llamaba los
Texanos de Dallas, con el tiempo el equipo de Hunt se mudó de ciudad y se
convirtió en los Jefes de Kansas. La NFL otorgó la franquicia de Dallas a Clint
Murchinson Jr. y Bedford Wynne. El equipo, tras varias opciones e indecisiones
fue bautizado como Vaqueros y su primer gerente general fue Tex Schramm.
Schramm decidió contratar a Landry como entrenador del equipo. De acuerdo con
el propio Landry la oferta le vino como anillo al dedo ya que estaba pensando
en abandonar el futbol americano. Landry tenía interés en vivir en Dallas y
dado que Lombardi ya no estaba con los Gigantes, pues había sido contratado también
como entrenador en jefe para el equipo de Green Bay, no le veía ya mucho futuro
a su carrera en la NFL.
Su primer año con el equipo de Dallas, y el primer año de la
franquicia fue un año perdedor en el que los Vaqueros no ganaron ni un solo juego.
Perdieron once y empataron uno. Las siguientes cuatro temporadas también fueron
perdedoras, pero tanto Schramm como Murchinson tenían confianza en Landry y en
1964 extendieron su contrato por diez años.
Como el gran estratega defensivo que fue, Landry comenzó a
obsesionarse con nulificar la ofensiva de Lombardi que era conocida como “Carrera
hacía la luz del día”, que el más exitoso entrenador que haya habido en la NFL
diseñó para los empacadores. Dicha jugada consiste en que el corredor busque
los espacios abiertos, en lugar de correr a través de los espacios abiertos por
el bloqueo de la línea ofensiva. Landry entonces modificó la defensiva 4-3. Dos
de los hombres de la línea defensiva se colocan una yarda detrás de la línea de
scrimmage, estos dos hombres son aquellos asignados a cubrir el espacio donde
anticipan que va a pasar el corredor. Esta nueva defensiva se conoce como Flex. Landry, sin embargo nunca pudo ganar
un juego de campeonato a los Empecadores de Lombardi, y una carrera directa del
quarterback de Green Bay, Bart Starr, de una yarda acabó con los Vaqueros en el
famoso Tazón del Hielo de 1967.
Se dice que Landry frustrado ante las dos derrotas que tuvo
en los juegos por el campeonato en contra de Green Bay, se preguntaba si acaso
no sería la falta de carácter de su equipo o la de él mismo lo que impedía que
su equipo fuera campeón.
Pero poco a poco Landry iba construyendo un equipo sólido
que en 1970 habría de llegar al Superbowl V, mismo que perdieron frente a los
Colts de Baltimore 16-13. Al año siguiente, en 1971, los Vaqueros fueron de
nueva cuenta campeones de la NFC para repetir en el Superbowl y en esta ocasión
ganar el sexto campeonato de la NFL frente a los Delfines de Miami por 24-13. Ese
año Roger Staubach ganó la titularidad como quarterback del equipo.
Landry también innovó en la ofensiva. Primero y de acuerdo
con sus propias palabras debido a la poca calidad de los jugadores ofensivos de
los Vaqueros, Landry retomó una estrategia de principios del siglo XX y abandonada
en la década de los años sesenta, que consistía durante la formación de los
equipos en cambiar la estructura de la misma. Landry decía que ese tipo de
trucos y artimañas las odiaba como entrenador defensivo, pero que a la primera ofensiva
de los Vaqueros le funcionaba muy bien. Hoy este cambio en la formación se
sigue utilizando a la fecha por muchos de los equipos.
Otra de las grandes innovaciones de Landry a la ofensiva fue
la formación escopeta.
Bajo la batuta de Landry los Vaqueros llegaron en cinco
ocasiones al Superbowl y ganaron dos de ellos, el VI frente a los Delfines de
Miami y el número XII en el que derrotaron a los Broncos de Denver por marcador
de 27 a 10.
Landry era un hombre religioso y creía en las reglas y los
límites. En sus 29 años como entrenador en jefe de los Vaqueros, tuvo bajo su
mando a grandes jugadores con los que construyó la franquicia y la leyenda de
los Vaqueros. Entre sus discípulos que después llegaron a ser entrenadores y
llevar a sus equipos a Superbowls están Mike Ditka y Dan Reeves.
Las anécdotas y recuerdos son innumerables. Tony Dorsett el
gran corredor de los Vaqueros, contó en cierta ocasión que durante su año de
novato, un día que sus padres viajaron a Dallas para verlo jugar, todo le salió
mal y llegó tarde al estadio, una vez en los vestidores le dijeron que Landry
lo quería ver en su oficina. Dorsett temiendo el regaño del entrenador se presentó
en la oficina. Landry le informó que como castigo a su retraso no iniciaría esa
tarde en el encuentro y tal vez ni siquiera jugara. Dorsett frustrado ante la
posibilidad de no jugar, salió de la oficina de Landry con ganas de llorar.
Finalmente, como él mismo cuenta, si jugó ese día y anotó tras una carrera de
muchas yardas, siendo uno de sus mejores días en su primera temporada. Al día
siguiente Landry recibió al joven Dorsett, diciéndole que sí así iba a jugar,
podía llegar tarde con más frecuencia.
Landry es uno de los entrenadores con más juegos ganados en
la NFL, arriba de él sólo Don Schula y George Halas. Landry también es uno de
los entrenadores con más juegos de postemporada, pero el record más importante
que tiene Tom Landry es el de tener 20 temporadas ganadoras consecutivas una
marca a la que ningún otro entrenador se acerca aún.
A principios de 1989, tras una temporada perdedora los
Vaqueros de Dallas fueron vendidos a Jerry Jones, ese mismo día, el prepotente
nuevo dueño del equipo acompañado por Tex Schramm, se dirigió a un campo de
golf de la ciudad texana de Austin, donde Landry se encontraba jugando, sólo
para informarle que estaba despedido, lo mismo sucedió con Schramm y los dos
últimos miembros fundadores de los Vaqueros que aun se encontraban en el equipo
dejaron de ser parte de él. Tan sólo un par de semanas antes Landry había
declarado que estaba listo para dirigir otros cuatro años a los Vaqueros.
Landry tenía en ese momento 64 años de edad.
Bob Lilly, el tacle pilar de la poderosa defensiva del
juicio final de los años setentas y quien jugó catorce temporadas bajo el mando
de Landry, al enterarse de la noticia declaró: Es el final de una era. Nuestra era. Muchos vaqueros están llorando
esta noche. El mismo comisionado de la NFL Pete Rozell declaró: Es como la muerte de Lombardi. Tom es no
sólo un gran entrenador, sino un gran ejemplo a seguir para los niños y aficionados
del futbol americano.
Dos
años después Landry fue hecho miembro del Salón de la Fama. El 12 de febrero de
2000 Tom Landry murió de leucemia en Dallas. Al parecer la arrogancia y la
prepotencia de Jones alejaron a Landry de la franquicia de su vida y de acuerdo
con las declaraciones de su viuda en 2011, Tom Landry regresó a ser fan de su
primer equipo de la NFL y murió apoyando a los Gigantes de Nueva York. De
acuerdo con su viuda las relaciones con la familia Mara, dueña de la franquicia
neoyorquina, siempre fueron cordiales y amistosas.imagenes: nypost.com
espn.go.com
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