Jugador ofensivo y
defensivo de los Osos de Chicago, Bronko Nagurski es recordado en la NFL como
uno de los más poderosos en la historia de la liga.
Armando Enríquez
Vázquez.
Los inicios del futbol americano profesional y de la NFL
están llenos de jugadores extraordinarios e historias que rayan deliberadamente
entre la ficción y el mito. Así junto con increíbles hazañas físicas,
exageraciones y mentiras llanas fueron cimentando la historia de muchos
jugadores y equipos que instauraron la liga.
En 1927, el entrenador de la Universidad de Minnesota,
Clarence Spears buscaba en el norte del estado a un muchacho del que había oído
hablar y al que quería conocer para integrarlo en la lista de jugadores de la
Universidad. En su viaje, el entrenador se perdió y terminó llegando a un
poblado casi en la frontera con Canadá llamado International Falls. Desorientado
el entrenador decidió pedir
instrucciones para llegar al pueblo que buscaba a un muchacho al que vio arando
el campo. El joven de buena manera le dio las instrucciones a Spears y le
señaló la dirección que debía seguir, cuando lo hizo el joven levantó el brazo
y con el arado apuntó el camino a seguir. Sorprendido Spears le preguntó su
nombre:
- Bronko Nahgurski.- Contestó el joven.
-¿Qué clase de nombre es ese?- Preguntó Spears.
-La misma clase que Clarence. – Se limitó a responder
Bronko.
Así fue cómo Nagurski entró en la historia del futbol
americano al ser descubierto por Spears y así inició también la ficción de su
leyenda.
Spears reconocería años después que todo el camino de
regresó al campus de la universidad fue ideando una historia fantástica para
Bronko.
Bronislau Nagurski nació en un pequeño pueblos fronterizo canadiense
llamado Rainy River el 3 de noviembre de 1908 y fue su primer maestro el
encargado de ponerle el sobrenombre de Bronko al no poder pronunciar su nombre.
Cuando Bronko tenía cinco años, sus padres ucranianos
emigrados a Canadá, decidieron cruzar la frontera con Estados Unidos y
establecerse en International Falls.
La leyenda de Bronko continúa al momento mismo de llegar a
la universidad, cuando en el campo de entrenamiento Spears decide ponerlo a
practicar una jugada conocida entonces como Nutcracker,
o como diríamos en México La rompe
huevos, la cual consistía en romper el bloque de dos pesados linieros y
taclear a un corredor de poder igual de pesado. Bronko lo hizo sin ningún
problema y de acuerdo con el mito un liniero salió volando al lado derecho y
otro al izquierdo. Sin decir que Nagurski paró en seco al corredor. Spears
decidió entonces, poner un tercer hombre en la línea de bloqueo. El resultado
fue el mismo Bronko Nagurski detuvo al corredor anulando a los jugadores encargados
de bloquear. Entonces se dice que Spears decidió que Bronko podía cubrir un
puesto defensivo como tacle y otro ofensivo como fullback.
En cambio es totalmente cierto que en 1928, Bronko Nagurski
jugó en lo que muchos consideran su más importante juego como colegial en
contra de la Universidad de Wisconsin, rumbo al campeonato con un corsé por
tener una fisura en dos vertebras, a pesar de ello, Nagurski recuperó un balón
suelto y corrió seis ocasiones consecutivas para anotar un importante
touchdown, más tarde en interceptó un pase que le dio la victoria a la
Universidad de Minnesota. Nagurski es el único jugador ser nombrado en un mismo
año el mejor jugador defensivo y ofensivo del circuito colegial.
En 1930, Bronko Nagurski fue la primera contratación de los
Osos de Chicago, que venían del peor año de su historia al haber ganado cuatro
juegos, perdido nueve y empatado dos.
Los Osos ganaron los campeonatos de la NFL, en 1932 y 1933.
La ferocidad y agresividad de Nagurski se convirtieron en leyenda y con ella
nuevas anécdotas apócrifas surgieron. Se dice que una vez jugando contra los
Pieles Rojas de Washington en Chicago, Nagurski anotó en una carrera en la que
arrastró y pisoteó a dos hombres de la línea de Washington, un esquinero y un
profundo sólo para rebotar con los postes del gol de campo y estrellarse con la
pared de ladrillo del estadio. De regreso en el team back, el canadiense comentó a sus compañeros:
-¡Ese último jugador si pega fuerte!
Como el lugar común de la bola de boliche derribando los
pinos, así es la imagen de Nagurski corriendo, George Halas el legendario
jugador, entrenador y más tarde dueño de los Osos decía que nadie corría el
ovoide como Nagurski. Red Grange el corredor estrella de Chicago describía
taclear a Nagurski como algo muy extraño, se sentía una descarga eléctrica y “sí lo golpeabas por arriba de los tobillos
era probable que resultases muerto”.
En 1934, Beattie Feathers se convirtió en el primer jugador
de la NFL en correr mil yardas, escudado siempre en imponente bloqueo de Nagurski.
En alguna ocasión en que los Osos enfrentaban a los Gigantes de Nueva York, los
periodistas encontraron a Steve Owen entrenador de los gigantes pensativo en el
vestidor. Alguno de los periodistas le preguntó sí estaba pensando como detener
a Nagurski. “¿Detener a Nagurski?
Imposible el que quiera detener a Nagurski tiene que balearlo al salir del
vestidor.” Contestó Owen.
Cuando Nagurski firmó con los Osos en 1930 su salario fue estipulado
en cinco mil dólares anuales. Antes de iniciar la temporada de 1938 Bronko
habló con Halas y le pidió un aumento de mil dólares. Halas se negó y entonces
tras ocho temporadas en la NFL Bronko Nagurski se retiró.
El no tan buen sueldo que Nagurski recibía de los Osos de
Chicago, lo había obligado ya en 1933 a dedicarse en los meses en que los emparrillados
estaban cerrados a convertirse en luchador, a partir de 1938 Bronko Nagurski se
dedicó de tiempo completo a la lucha libre de la cual se retiró en 1960 a los
52 años de edad.
En 1943, en plena II Guerra Mundial y ante la escasez de
jugadores, Halas le pidió a Nagurski regresar y jugar esa temporada con los
Osos, Nagurski aceptó con un par de condiciones; la primera era que se le
permitiera recoger la cosecha de sus campos antes de unirse a la franquicia, la
segunda jugar defensivamente nada más. Bronko tenía sus dudas acerca de su
desempeño como corredor. Las condiciones fueron aceptadas por Halas y en 1943
Bronko Nagurski volvió a pisar el emparrillado y Los Osos fueron campeones en
esa temporada. Nagurski no respetó la idea de no correr. En el penúltimo
encuentro de la temporada en contra de sus archienemigos, los Cardenales de
Chicago, Bronko corrió ochenta y cuatro yardas en un solo cuarto. En el juego
final en contra de los Pieles Rojas y en el que los Osos se coronaron campeones
de la temporada Bronko Nagurski anotó un touchdown por última vez en la NFL.
Con el tiempo Nagurski se alejó del futbol americano y de la
lucha y abrió una gasolinera en International Falls. Una de las últimas historias
referentes a Bronko dice que su gasolinera era uno de los negocios en el pueblo
al que los clientes regresaban con más frecuencia, incluso desde de Canadá y no
por la calidad de la gasolina o el servicio, sino porque Nagurski personalmente
se encargaba de abrir y cerrar los tanques de gasolina y los cerraba con tal
fuerza que únicamente él era capaz de desatornillar la tapa.
En 1963 Bronko Nagurski entró al salón de la fama del futbol
americano, el número de su jersey, el 3, fue retirado por los Osos de Chicago.
Lo mismo sucedió en la Universidad de Minnesota con el número 72.
En 1984 Nagurski fue el encargado de lanzar el bolado en el
Superbowl XVIII, en el que los Raiders de Los Ángeles derrotaron a los Pieles
Rojas de Washington.
Nagurski murió el 7 de enero de 1990 a los 81 años de edad.
De manera póstuma el trofeo al mejor jugador defensivo del
futbol colegial se nombró Bronko Nagurski en 1993.
imagen: findagrave.com
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