La democracia mexicana es sui generis permite a una minoria gobernar al país.
Armando Enríquez Vázquez
Los recientes resultados en Israel pusieron una vez más en
claro que en la democracia no siempre la mayoría es la que gana. Cuando el
electorado está fragmentado, ya sea por la gran oferta política o por lo parejo
de la votación, el resultado es el triunfo de una primera minoría. Las
democracias parlamentarias resuelven el problema a partir de alianzas entre los
diferentes partidos hasta alcanzar la mayoría exigida por la ley y de esta
manera una parte mayoritaria del electorado habrá de encontrarse representado
en el gobierno. Mientras que en el caso de las democracias representativas muchas
veces este problema se resuelve con una segunda vuelta electoral en la que
participan únicamente los dos candidatos con mayor número de votos.
Pero en el caso de nuestra particular democracia, el que
gana, puede ganar por un solo voto sin importar el porcentaje del electorado
que lo ha votado.
De hecho Enrique Peña Nieto es producto de una elección donde
él representa a la primera minoría de México. Peña Nieto no ganó la presidencia
por mayoría, ni su partido, el PRI, representa a la mayoría de los mexicanos.
De acuerdo con las últimas encuestas de intención de voto
para las elecciones de junio, El PRI no alcanzará la mayoría que necesita para
tratar de mantener su dictadura caminando. Serán en el mejor de los casos una
primera minoría, muy minoría.
Al no vivir en un sistema parlamentario que obliga a las
alianzas transparentes entre los diferentes partidos políticos para gobernar,
eso que en México llamamos democracia ha creado un sistema patético en el que
PRI desde hace muchas décadas ha dependido de partidos satélites encargados
muchas veces de dividir a la oposición con tal de ganar esa primera minoría del
país. A últimas fechas, estos partidos satélites colaboran en la formación de
la mayoría legislativa que necesita el PRI para aprobar todos sus abusos, desatinos
y ocurrencias del presidente en contra de la población.
Estos partidos políticos han existido desde que se
institucionalizó la revolución, siempre han sido un negocio de unos cuantos y
una vergüenza para la nación. PPS, PARM, PDM, funcionaron en el pasado de esa
manera, fungiendo como esquiroles de la democracia y enriqueciendo a sus
cúpulas. Hoy estos institutos serviles y de negocios para un grupo están
representados por el Partido Verde Ecologista y el Partido Nueva Alianza.
El Partido Verde, acomodaticio desde su fundación, pues se
ha puesto al servicio de los candidatos y partidos que sus dirigentes
consideran harán crecer el negocio corrupto de este mal llamado instituto
político. El Verde y su estructura han servido como escudo protector de
diferentes crímenes y supuestos ilícitos cometidos por los miembros la familia
de fundadores del partido. El Verde se ha dedicado a promover ante todo la
corrupción, si no baste recordar las extorsiones que el llamado Niño Verde,
heredero del partido y líder nacional
del partido en ese momento, realizó en Cancún y que se hicieron del
conocimiento público.
El Verde existe hoy para que el PRI pueda gobernar sin
necesidad de ganar la mayoría legislativa, para lograrlo se ha convertido en un
fuerza cínica que desde julio de 2012 se ha dedicado a romper las leyes
electorales de la nación. Como consecuencia de su alianza con el PRI, se le han
permitido toda clase de delitos electorales; La promoción de la corrupción en
Chiapas a través de notas pagadas a diario en las diferentes radiodifusoras del
país, una campaña electorera en todos los medios desde hace más de seis meses,
cine minutos y otros artilugios que el INE ha decidido pasar por alto a pesar
de las voces de protestas de otros partidos políticos y de muchas voces
ciudadanas críticas. Los consejeros ciudadanos como Marco Antonio Baños,
encargado de proteger los intereses del PRI, al intentar bloquear las
resoluciones en contra del Partido Verde, obedeciendo las consignas priístas.
El INE debería estar investigando de donde han salido los recursos para pagar
esa campaña que inició al otro día de las elecciones de 4 de julio de 2012.
Incluso el registro del Partido Verde debería estar en duda.
Pero el INE se encuentra a años luz de lo que alguna vez fue
el IFE que presidió José Woldenberg y su credibilidad tan cuestionada en los
tiempos de Leonardo Valdés es todavía más endeble en estos momentos. Lorenzo
Córdova ha demostrado falta de asertividad y carácter lo que ha permitido la
actitud de reto y falta de respeto a las instituciones del Verde.
Reformas electorales van y vienen pero ninguna ataca los
problemas de fondo de nuestro sistema de gobierno. Solamente maquilla y abona
para que la partidocracia se consolide y la oligarquía en el poder continué de
manera cínica su falta de respeto a los mexicanos, poniendo todas las trabas
para las candidaturas independientes y la verdadera participación ciudadana,
evadiendo el tema de los legisladores plurinominales que solamente afectan al
presupuesto, ese que ya anuncia recortes y despidos para el año entrante pero
sin tocar a diputados y senadores que medran el erario público y no tienen
ninguna productividad, pero ante todo defendiendo ese fuero que nos convierte
en ciudadanos de segunda, algo a todas vistas anti constitucional y violatorio
de los derechos humanos de todos, y protege a los criminales que operan sus
redes de corrupción desde una curul o un escaño.
Si una primera minoría ha de gobernar el país que lo haga
con alianzas de verdaderas fuerzas políticas, que la mayoría de mexicanos se
sientan representados, no a partir de partiditos dispuestos a vender su alma al
PRI para conservar el negocio.
publicado en blureport.com.mx el 24 de marzo de 2015
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