Hoy que tanto hablamos mal del programa deportivo en México, deberíamos poner bajo la lupa de manera muy severa a las federaciones, pero en especial a la FEMEXFUT.
Armando Enríquez Vázquez
Hoy que el rotundo fracaso del deporte nacional es tema en
todos los cafés, oficinas, redacciones y al interior de las mismas
instituciones como el Comité Olímpico Mexicano o la Comisión Nacional del
Deporte debemos cuestionarnos tanto nuestra actitud, como nuestra pasividad a
lo largo de los años frente al deporte nacional y como esto se refleja en otros
ámbitos de la vida nacional y de la forma en que nos comportamos los mexicanos.
Es cierto que la intervención de un hombre tan nefasto, prepotente,
corrupto y protegido por Peña Nieto, como lo es Alfredo Castillo en el deporte
nacional ha sido una verdadera desgracia, también es cierto que sus predecesores
no hicieron tampoco diferencia alguna en la formación de un sistema nacional
deportivo que demuestre un crecimiento en ese ámbito. Desgraciadamente parece
que desde siempre, el deporte se reduce a un programa pantalla, qué, como otros
proyectos culturales y científicos en los se puede llegar a desarrollar
valores, así como una cultura del esfuerzo y del triunfo, los diferentes
gobiernos federales tanto del PRI como del PAN, como en su esfera de acción los
gobiernos estatales y locales, solo han visto otro espacio para poner
burócratas corruptos, que poca o nula idea tienen acerca del ámbito que en
teoría dirigen.
A lo largo de décadas es enorme el número de entrenadores y
deportistas verdaderos que la CONADE y los organismos estatales han preferido
ignorar, dejar que mueran de hambre en su vejez después de que en su momento triunfal
se les elogió y fueron glorias nacionales. Cabe dejar claro que muchas veces ni
siquiera es un problema de mala fe o de revanchismo burocrático, en algunos otro
sí, simplemente se trata de la ignorancia de un administrador político qué,
como sucede con Alfredo Castillo, desconocen el mundo deportivo, nada saben de
deporte amateur y mucho menos de cómo el deporte es una disciplina que exige
tiempo, entrenamientos y competencias nacionales e internacionales. Para un
deportista amateur los apoyos del estado son ese salario que los puede mantener
concentrados en su trabajo que es deporte y nada tiene que con el jogging que
haga el comisionado o cualquier otro burócrata cuando se ejercita. En las
últimas décadas, la mayoría de los atletas sobresalientes de nuestro país, lo
han sido a pesar de la CONADE, del COM y en muchos casos de las federaciones.
Pero más allá de los nulos resultados del gobierno en
materia de deportiva, lo cierto es que no existe un programa tampoco en las
universidades públicas y privadas por promover el deporte, por apoyar a
deportistas con becas sustanciosas. Algunas universidades privadas han becado a
deportistas después de sus triunfos y sólo porque les funcionan como
publicidad. La única que tiene un programa en este sentido, modesto, pero
programa al final de cuentas es el Tecnológico de Monterrey, pero esta imitado
a las instalaciones de cada campus. Peor aún si uno recuerda o asiste
actualmente a una clase de educación física en los sistemas de educación
básica; no existen campos adecuados para que los alumnos desarrollen
actividades deportivas de manera que se despierte su curiosidad y amor por
diferentes disciplinas. La clase llama educación cívica es una burla para la
misma salud de los estudiantes.
Las escuelas en México en los lugares donde abunda el agua o
en las zonas de playa, carecen de programas de natación. No se aprovechan los
gustos de los habitantes de las diferentes regiones del país por el béisbol o
por el basquetbol. No hay un programa que invite a los niños a interesarse por
el atletismo, la lucha libre, el voleibol, el tenis de mesa, la gimnasia, nada.
En nuestro país no existe esa cultura que existe en muchos países que sí ganan
medallas, y entonces ¿de que nos defraudamos cuando cada dos años en mundiales
y juegos olímpicos las enormes delegaciones llenas de funcionarios y
federativos llegan a hacer el ridículo invariablemente? ¿Acaso creemos que de
chiripazo, como quien pasa de panzazo un examen sin haber estudiado, o por el
compadrazgo que da muchos empleos entre políticos vamos a ganar medallas de
oro? No. Sin una cultura del esfuerzo y sin disciplina es imposible que eso
suceda.
Pero lo que es peor aún, hoy que tanto hablamos mal del
programa deportivo en México, deberíamos poner bajo la lupa de manera severa a
las federaciones, pero en especial a la Federación Mexicana de Futbol y no
porque el mayor fracaso en los deportes sea el fútbol, no porque sea un
organismo de los más corruptos dentro del deporte. No. Tendríamos que ponerlo
bajo la lupa porque desprecia el talento y formación de valores nacionales.
No quiero sonar xenófobo, pero la realidad que tratan de
imponer Televisa, TV Azteca y sus empleados en la FEMEXFUT quienes han
decretado este año que los mexicanos valen menos que cualquier extranjero al
momento de pararse en una cancha de futbol es indignante, y sin embargo es algo
que en general se está haciendo en el país. Empresas que contratan a
extranjeros antes que a nacionales y un gobierno federal que ha privilegiado a
muchas empresas extranjeras sin experiencia, sobre las nacionales que han
construido la infraestructura del país por décadas, el caso de OHL e ICA por
poner un ejemplo.
Y como decía no quiero sonar xenófobo, muchos de mis grandes
amigos han sido hijos, nietos o parte de exilios diferentes. Gente que se labró
un destino en México y muchos de los cuales se reconocen como mexicanos. Esos
exilios han alimentado, han enriquecido nuestra cultura y han cimentado mucha
de la diversidad que existe a lo largo y ancho de México, pero la gran mayoría
de los migrantes en décadas pasadas llegó a trabaja r en los espacios que los
mexicanos rechazaban o despreciaban, no llegaron como sucede hoy a exigir
puestos que tal vez ni en sus países hubieran conseguido.
Todos los países dan trabajo primero a los nacionales, está
en sus leyes nacionales. Entre un nacional o un extranjero con las mismas
capacidades, la ley obliga al empleador a contratar al nacional.
En México nuestra constitución también lo contempla así y no
por eso hemos dejado de ser un país con los brazos abiertos a recibir a otros
seres humanos en situaciones que los han obligado a dejar su país. Argentinos,
colombianos, brasileños y venezolanos que han llegado a nuestro país en los
últimos años no han tenido los problemas que tuvieron judíos, libaneses,
españoles, argentinos en las décadas de años 70, para forjarse un futuro a
fuerza de trabajo en este país. No, a esta nueva oleada de migrantes diferentes
empresas malinchistas les abren las puertas sin mayor problema sobre cualquier
mexicano y la recién aprobada regla del futbol mexicano donde se puede jugar
con 2 de 11 jugadores de origen nacional es claramente una violación total de
nuestra constitución. En un país donde más del 80% de los jóvenes patean
balones resulta imposible que no existan los suficientes para alimentar 18
clubes de primera división, se trata de una marrullería para seguir fomentando
el conformismo, la indolencia y que las cosas en todos los sentidos sigan
igual. Para alimentar la corrupcion existente al interior de la FEMEXFUT.
A los diputados y senadores, empezando por los del PRI, cuyo
presidente nacional mintió al poder legislativo hace unos años, cuando quiso
ser consejero del entonces IFE acerca de su militancia partidaria y hoy se da
golpes de pecho, ya se les queman las habas por atacar y poner en el estrado a
Alfredo Castillo, quien debería ser investigado por la Secretaria de la Función
Pública y por la PGR, pero no les veo las mismas ganas por poner sobre la mesa
temas tan fundamentales como la manera anticonstitucional con la que funciona
el futbol mexicano, donde los futbolistas son tratados peor que esclavos y no
tienen derechos laborales para formar un sindicato. No ahí los bravos senadores
y los habladores diputados no tienen voz, ni voto porque son incapaces de
trabajar en contra de poderes facticos como Televisa o TVAzteca.
En los próximos días veremos la destitución de Castillo, a
lo mejor ya no le den el hueso que dicen esperaba encontrar al final de los
juegos de Río. Pero en materia de deporte, de crecimiento y de apoyo a crear un
plan nacional de promoción del deporte, no sucederá pronto, no en este sexenio,
para el que está claro que es importante tener obreros, no mexicanos
competitivos.
Hablar del orgullo y el honor nacional son sólo palabrería
de políticos corrupto. Crecer, ser competitivo, tener una cultura del esfuerzo,
que nuestros niños y jóvenes aprendan que para crecer muchas veces es
indispensable fallar, pero nunca dejar de intentarlo es algo que al parecer no
le conviene a nadie fomentar.
publicado en blureport.com.mx el 19 de agosto de 2016
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