La llegada de una
nueva administración federal que prevé la descentralización burocrática de la
capital del país plantea retos también para la futura Jefa de Gobierno.
Armando Enríquez
Vázquez
En los próximos años el gobierno de Andrés Manuel López Obrador
planea entre muchas otras cosas la descentralización de las diferentes secretarias
de estado e instituciones. La salida de gran parte de las dependencias de
gobierno de la capital del país no es una mala idea, pero se puede convertir en
un verdadero infierno para las ciudades a las que van a llegar las familias de
la burocracia, como también representa un problema mayor para la CDMX y para el
gobierno que va a encabezar la minion de López Obrador; Claudia Scheinbaum.
A mí queda claro qué si el presidente electo tiene esa
determinación de cambiar la sede de una buena parte del gobierno federal, la
señora Scheinbaum sólo dibujará con la boca esa muy perturbadora mueca que
quiere ser una sonrisa y obedecerá sin cuestionar, sin tratar de buscar soluciones
para la ciudad de la voz de su líder máximo.
A pesar de ello, los problemas que surgirán en la capital no
abandonarán a la futura jefa de gobierno a lo largo de su sexenio si no
comienza a pensar en soluciones, escuchar propuestas, pero sobre todo estar en
comunicación con sus gobernados y hablar de manera clara con el próximo presidente
de la República.
Lo primero será saber ¿cuál es el número de familias que
abandonaran la CDMX en los próximos años? y ¿cuál será la logística para llevar
a cabo esto?
Es importante tener un mapa de las zonas y alcaldías que
verán disminuida su población, ya sea fija o ambulante. Es claro que ciertas
zonas se verán afectadas por la cantidad de oficinas publicas que existen en
ellas. En la alcaldía de Cuauhtémoc donde se encuentran las oficinas del IMSS, El
ISSTE, SEDATU, sin duda se verán afectados cientos de negocios de comida. Paseo
de la Reforma se convertirá una avenida más amigable, pero a la vez más
peligrosa al vaciarse de oficinas de gobierno. Los vecinos de Las Flores y
Barranca del Muerto agradecerán la desaparición de las cantidades de burócratas
que con sus autos y guaruras entorpecen tráfico de la lateral del Periférico y
los puestos de fritangas donde se esconden algunos criminales. Pero se
cuestionarán que pasara con los centros comerciales recién inaugurados de la zona.
La salida de decenas de miles de familias implica que habrá
escuelas que verán sus aulas con menos alumnos, restaurantes menos visitados, el
número de salas cines serán excesivos para el nuevo número de habitantes de la
Ciudad de México. Lo mismo sucederá con el número de departamentos y oficinas
en la capital, por lo que la jefa de gobierno electa debe poner una veda en la
construcción de vivienda y oficinas en la Ciudad por lo menos durante su sexenio,
en lo que se aclara el panorama de la descentralización.
Pero también la descentralización tan necesaria para el
desarrollo económico del país tendrá un impacto negativo en la ciudad y en la
recaudación de contribuciones locales. Menos casas habitadas, menos oficinas
utilizadas, un mayor número de prediales que no habrán de pagarse. Menor recaudación
por concepto de impuestos en giros mercantiles. Menos habitantes, menos
impuestos, lo que tal vez influya en un recorte de la burocracia local que hará
mayores los problemas de la Ciudad.
La realidad de los planes del gobierno federal para
descentralizar el poder burocrático del país, obliga a las autoridades de la
ciudad de México a evaluar y replantear cual será la función de la capital. Los
ciudadanos debemos de ser parte de estas decisiones y dejar de pensar que toda
la responsabilidad recae en una autoridad servil ante el presidente electo como
lo es Claudia Scheinbaum. Los habitantes de la capital del país tenemos la
obligación de opinar e impedir que se pauperice nuestra ciudad.
Por lo pronto la Ciudad necesita mayor numero de áreas
verdes, terrenos como el de la SCT puede convertirse en un extraordinario parque
en la zona central de la capital. O en un campus para una Preparatoria de la UNAM
o vocacional del IPN o ambas. Lo mismo sucede con predios a lo largo y ancho de
la ciudad. Por otro lado, la virtual jefa de gobierno tendría que retomar la
propuesta de su adversaria electoral de convertir los terrenos del actual
aeropuerto de la capital en tres nuevos campus de la UNAM, el Politécnico, y la
UAM que permita el crecimiento de una población estudiantil. La reforestación
de la Ciudad es importante y son temas que pueden hacer a la ciudad atractiva para
aminorar los efectos de la posible crisis económica local. El hacer crecer la
oferta de en las principales universidades públicas del país en mucho mejor que
crear nuevas instituciones que a lo largo del tiempo prueben su ineficacia como
la Universidad de la Ciudad de México.
La jefa de gobierno electa deberá de demostrar en el futuro
su compromiso con los habitantes de la ciudad y no sólo con su jefe y hacer que
la Ciudad continúe siendo referente a pesar de tener un menor número de
habitantes. No son doce festivales temáticos lo que hará crecer a la Ciudad de
México sino un verdadero plan de contención y desarrollo ante la migración que
se avecina.
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