sábado, 2 de febrero de 2019

Malas decisiones de los hombre de rayas.




Tras lo visto y discutido por las malas decisiones arbitrales en los juegos divisionales, los errores de quien no debería cometerlos: los árbitros, se pueden prestar a todo tipo de interpretación.

Armando Enríquez Vázquez

Errar es de humanos y todo el tiempo estamos cometiendo errores, claro que hay de errores a errores. Un tipo de error que nunca estamos dispuestos a pasar por alto es el que comete quien tiene como empleo el asegurarse que, en una competencia deportiva, no se violen las reglas del juego, en ciertos deportes y considerando la imperfección humana hace ya algunos años que se recurre al uso de la tecnología para poder detectar estas fallas de percepción o físicas. Ese es el caso del futbol americano profesional de la NFL y las cámaras que graban las jugadas para poder ser revisadas al momento y poder tomar la decisión justa.
Sin embargo, en más de una ocasión a lo largo de los años hemos visto al grupo de árbitros en el campo no sólo tomar pésimas decisiones, si no aferrarse a ellas desde la posición de poder que tienen a pesar de que la tecnología les demuestra su fallo, arruinando de esta manera no sólo el partido, afectando a un equipo a veces de manera por demás contundente y lesionando la credibilidad de la NFL, en otro momento una liga que presumía su limpieza.
Estas malas decisiones afectan directamente el resultado de un partido como en el caso del juego que se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York el 6 de diciembre de 1998 entre los Halcones Marinos de Seattle y los Jets de Nueva York. Los Jets bajo el mando de Bill Parcells tenían esa temporada un récord ganador de 9 ganados y cuatro perdidos, mientras que los Halcones Marinos tenían un temporada de seis ganados y siete perdidos. En el último cuarto los Jets perdían por 5 puntos cuando en una jugada en la zona roja Vinnie Testaverde decidió correr faltando menos de medio minuto, cinco yardas para anotar el touchdown que daría la victoria a los Jets, Testaverde cayó tacleado al y se hizo la clásica melé de jugadores sobre el Quarterback neoyorquino, Uno de los árbitros declaró que Testaverde había anotado. A pesar de que los Jets fallaron el intento de 2 puntos extra, los Jets ganaron ese día. Momentos después de la jugada la repetición que mostró la televisora mostró que Testaverde cayó fuera de la zona anotación y el ovoide jamás cruzó la línea de que delimita la zona de anotación. Semanas después los Jets pasaron a los playoffs, los Halcones Marinos no.
Fueron decisiones como esta las que llevaron a la liga a tomar la decisión de utilizar cámaras de televisión que ayudaran a los árbitros a tomar las decisiones correctas y a los entrenadores a pedir la revisión de las jugadas. Muchas veces la falta de evidencia contundente hace irrevocable la decisión tomada por los oficiales en el campo. Pero en otras cuando se muestra evidencia irrefutable de la mala decisión del cuerpo arbitral estos por arrogancia, necedad, en el mejor de los casos. No voy a escribir lo que pienso que es fondo cuando esto se hace en el peor de los casos, pero lo cierto es que deja muy mal parados a la NFL y a los oficiales que a pesar de su desastrosa decisión no son sancionados por la Liga.
La existencia de estas decisiones erróneas del equipo de jueces en el terreno de juego ha evidenciado favoritismos que dañan severamente al deporte, al espectáculo de la NFL y su credibilidad, beneficiado a equipos directamente en su búsqueda por el Superbowl.
Tal y como sucedió en el juego entre los Carneros de Los Ángeles y los Santos de Nueva Orleans en el juego de campeonato de la Conferencia Nacional en 2019, con menos de tres minutos para finalizar el juego y las clara posibilidad de ganar el juego, los árbitros omitieron deliberadamente penalizar una interferencia de pase, en el peor de los casos una rudeza innecesaria que finalmente dio el triunfo a los Carneros quienes con tiempo suficiente en el reloj de juego terminaron anotando para dar la voltereta en el juego.
Lo más triste de todo es que el propio Roger Goodell, uno de los peores comisionados que ha tenido la liga, admite que el error existió, pero también aclara que nunca pasó por su mente el revocar la decisión del árbitro que acabó de la manera más vil con las esperanzas de los Santos de Nueva Orleans de contender en el Superbowl LIII.
Algo que parece ilógico es que el defensivo de los Carneros Nickell Robey-Coleman fue multado por la Liga por el golpe ilegal que propinó al jugador de los Santos y que los oficiales no marcaron. El error se le puede marcar al árbitro Bill Vinovich quién sin ningún problema, ni multa ha vuelto a su carga de trabajo, sin importarle haber arruinado la temporada completa para uno de los equipos más competitivos de la Liga.
En el portal grunge.com se habla que uno de los principales problemas por los que pasan los oficiales de la NFL es el de un mal salario, nula seguridad social y prestaciones, lo que en una posición de autoridad como la de un árbitro los deja listos para ser corruptibles. Sí se pudo arreglar una serie mundial de beisbol ¿quién dice que un Superbowl se no puede?


imagen: flickr.com

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