La versatilidad
inusual en un presidente mexicano de los tiempos modernos no hace reflexinar que
todo lo malo que se dice de AMLO es cierto.
Armando Enríquez
Vázquez
Nuestro presidente es ejemplar, no solo aparece todas las
mañanas frente a los medios de comunicación, lucha en contra de los rudos de la
corrupción, señala con su dedo flamígero a los neoliberales, conservadores y
fifís. Dicta catedra moral como si fuera un sacerdote en el púlpito, viaja por
todo el país como el rockstar que es
calmando a viejos, bendiciendo a niños y demostrando su conocimiento de todas las
causas corruptas que hundieron a México y lo prepararon para su surgimiento
mesiánico. Hace una semana se autonombró el comisionado del beisbol en México
al impulsar la creación de una franquicia en Guasave para la Liga del Pacífico y
promover para la Liga de Verano el renacimiento de la franquicia veracruzana
conocida como “El Águila”. Así como promover a los Sultanes de Monterrey como
el primer equipo profesional en México que participará en ambas ligas.
El Estado debe establecer programas de promoción deportiva
aunados a una política pública de salud. Durante el sexenio pasado la campaña
del IMSS: “Muévete y actívate” se
posicionó bien entre los mexicanos. Campañas como los paseos en bicicleta en la
Ciudad de México que ha sido muy exitoso, debe ser utilizado por otras de las
entidades del país. Lo que no puede, ni debe hacer un gobierno democrático es por
decreto decidir cuál es el deporte que debe gustar a los mexicanos. La
sentencia de terminar con el premio de Fórmula 1 demuestra no sólo la
intolerancia del presidente a todos aquello que desconoce o no le gusta, sino
el servilismo vil de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México que como muchos
otros de los minions del presidente carece de voluntad y opinión propia.
Ya se le había retirado un subsidio a la Selección Nacional
de Futbol y con razón pues ese equipo jamás le ha dado, ni le dará una
felicidad a los mexicanos y sí mucho dinero a las mezquinas televisoras que dentro
de la inteligencia de lo que es un negocio, tienen que correr con todos los
costos y gastos de los inútiles que visten la playera verde. Ese dinero se
puede utilizar para promover la práctica de diferentes deportes, incluso del
mismo futbol que tanto gusta pero no al tramposo y corrupto nivel profesional.
Es una obsesión de López Obrador el aparentar ante los
periodistas todas las mañanas saber acerca de todo lo que sucede en el país y
de los periodistas perder sus oportunidades de cuestionar al mandatario en
preguntas triviales y absurdas que en muchas ocasiones no son competencia del
Jefe del Ejecutivo, pero que le dan el pretexto perfecto para soltar su
perorata interminable acerca de la corrupción, lo justo que es él y todos los
que se perfuman con su aroma y hablar mal de sus antecesores a excepción de Peña
Nieto.
¿Por qué el gobierno ha decidido hacer del robo de
combustible el tema diario de la agenda nacional? Tiene que ver muy
probablemente con las pocas ganas de Andrés Manuel de hablar de temas que
atañen más al gobierno federal como es el desgobierno existente y la cantidad
de desempleo que su gobierno ha causado en sólo dos meses. Sacrificar a la
planta productiva del país para implementar programas sociales que son más
cercanos a la limosna que a políticas públicas de promoción del crecimiento
personal de los mexicanos es la prioridad del showman que es López Obrador.
Pero el convertirse en juez infalible de todo lo que sucede
en el País, no es lo que debemos esperar del presidente, ni de su gabinete.
Zapatero a tus zapatos. El presidente debe gobernar, no entrometerse en todos y
cada uno de los asuntos que sucede en México, como el beisbol.
imagen: mlb.com
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