Un relato de poder, de la influencia colonialista y económica que los gobiernos más poderosos de occidente ejercen sobre los países africanos.
Armando Enríquez
Vázquez
Uno de los libros que más me ha impactado en la vida lo leí
hace un poco más de veinte años, su título es: “Deseamos informarle que mañana
habremos de ser asesinados con nuestras familias” escrito por el periodista
Philip Gourevitch acerca del genocidio en Rwanda, el titulo fue tomado de una
carta que un tutsie entregó a un sacerdote que refugiaba a un grupo de ellos en
su iglesia y que permitió la entrada de los hutus al día siguiente.
Ya desde entonces una de las cosas más impactante de esta
tragedia de la humanidad era la cantidad de personas exterminadas por un asunto
de raza en menos de un mes. Los Hutus eliminaron en cuestión de días a un
millón de tutsies a machetazos principalmente. Rwanda fue el genocidio llevado
a cabo en menor periodo de tiempo en la historia del siglo XX. Pero lo más
sorprendente es que los occidentales y el mundo enteró prefirió en su momento,
como continúa haciéndolo hoy, ignorar esta masacre. Durante más de setenta años
los judíos nos han pedido no olvidar El Holocausto, una de las grandes
vergüenzas de la humanidad, pero a poco más de 20 años casi nadie recuerda el
terrible genocidio ocurrido en África Central en 1994.
“Black Earth Rising”
una miniserie de ocho capítulos producida por Netflix nos plantea en el más
inglés de los sentidos una historia ficticia acerca de un complot por revelar
una verdad terrible que sucedió a continuación del genocidio y cuando los
Tutsies huyeron a Zaire en busca de una vida libre de persecuciones. Escrita,
dirigida y producida por Hugo Blick, un afamado productor inglés, “Black Earth Rising” tiene todo el gran
estilo de la novela inglesa de intriga de Graham Greene y sobre todo de John Le
Carré.
Kate Ashby (Michaela Coel) una joven abogada, que fue
rescatada por el miembro de una ONG de entre los cadáveres masacrados de su
gente y adoptada por una prominente abogada inglesa, quien en su juventud también
fue parte de los grupos que fueron a defender a los tutsies tras la masacre
hutu, se ve envuelta en una trama legal y de violencia cuando su madre al
tratar de juzgar a un viejo miliciano tutsie en la Corte Internacional de la
Haya es asesinada junto con el militar africano y otro joven abogado que fue
amante de Kate.
Kate Ashby trabajará con el socio de su madre el abogado
Michael Ennis (John Goodman) quien mueve las cartas de acuerdo con un antiguo
plan elaborado por él, Eve Ashby (Harriet Walter), la madre de Kate. Eunice
Clayton (Tamara Tunie) jefa de la oficina de asuntos africanos del Departamento
de Estado de Estados Unidos. Una antigua miliciana tutsie, Alice Munezero (Noma
Dumezweni,) intentando llevar a juicio a uno de los hutus acusado del genocidio
en Rwanda y quien hasta ese momento a pesar de tener órdenes internacionales de
captura ha evadido a la justicia, pero al mismo tiempo revelar una historia
desconocida entre esta guerra fraticida.
La actuación de Michaela Coel es extraordinaria y la de John
Goodman es sin duda una de las mejores de su carrera y eso es mucho decir, pues
es un extraordinario actor con papeles ejemplares como el del gordo psicópata,
vecino de cuarto del escritor en “Barton
Fink” de los hermanos Coen.
Un relato de poder, de la influencia colonialista y
económica que los gobiernos más poderosos de occidente ejercen sobre los países
africanos, que explotan todas las riquezas del continente, la inutilidad de los
cascos azules, las conspiraciones de cuello blanco para acceder a los recursos
africanos sin importar el costo en vidas humanas o la sumisión aunada a la
corrupción y el poder de muchos líderes africanos. La historia está escrita de
una manera estupenda y hay escenas que son perfectas en su sutileza y brutal
elegancia. La secuencia del viejo magistrado en su contenedor de archivos, la
declaración mutua de amor entre Michael y Kate son ejemplo de la calidad de la
pluma de Blick.
Aunque una obra de ficción, “Black Earth Rising”, nos recuerda lo que nunca deberíamos olvidar;
el odio de un pueblo por otro, capaz de llevar tragedias bestiales y
delirantes. Tal vez como pecado yo diría que la miniserie olvida por completo
el rol que juegan hoy los chinos en África quienes han ganado en un par de
décadas más terreno entre los líderes y habitantes del continente con una
política de sonrisa y billetes que los los siglos de brutalidad e intolerancia
impuestas por los europeos.
Tanto si conoces la historia terrible de Rwanda y las
disputas entre hutus y tutsies como si nunca has escuchado de ella “Blak Earth
Rising” es una serie que te recomiendo ver, porque de la misma manera que
tantas películas, libros y series nos obligan a no olvidar la aniquilación de
los judíos en la Europa Nazi, nadie debe olvidar e ignorar el genocidio que
Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia permitieron y hasta cierto punto
promovieron en última década del siglo pasado en el centro de África y que como
en el caso de los primeros en su momento, aún hay líderes hutus que impunemente
caminan por África.
publicado en roastbrief.com.mx el 11 de febrero de 2019
imagen Netflix
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