Killing Eve que sorprendió de grata manera a los televidentes el año pasado con una interesante temporada llena de emociones, regresó este año recargada con su humor negro y su cinismo
Armando Enríquez
Vázquez
La segunda temporada de la premiada Killing Eve,
inicia treinta segundos después de terminada la primera, cuando Villanelle
(Jodie Comer) ha desaparecido del cuarto donde Eve Polastri (Sandra Oh) la
apuñaló. Ambas tienen que huir antes de que el equipo de limpieza enviado por Los
Doce, un organismo típico de toda teoría de conspiración de un caos mundial
y para el cual trabajaba la asesina rusa, las elimine. Así con la incertidumbre
de Eve y la certeza de Villanelle comienza el baile de la seducción y la
cacería entre ambas mujeres.
Killing Eve, Producida por BBC América, que
sorprendió de grata manera a los televidentes el año pasado con una interesante
temporada llena de emociones, regresó este año recargada con su humor negro y
su cinismo. Killing Eve, es la nueva estrella de la cadena después de Orphan
Black. La segunda temporada, al igual que la primera, sólo tiene un pero:
el capítulo final que los escritores no alcanzaron a resolver con la misma
inteligencia que el resto de la temporada, dejando un Cliffhanger muy débil y previsible.
Sobre todo, porque antes de concluir la segunda temporada se había confirmado
ya que BBC América había firmado la tercera temporada.
Al igual que Orphan Black en sus primeras temporadas,
Killing Eve se sostiene gracias a una pluma muy inteligente, llena de
ironía, humor negro, así como una serie de actrices que son el pilar de la
serie: Jodie Comer Y Sandra Oh, ambas ganadoras de diversos premios en Estados
Unidos e Inglaterra por sus interpretaciones de Villanelle y Eve Polastri. La
serie fue galardonada en Inglaterra como la mejor serie del año pasado. Los
actores de reparto que acompañan a Comer y Oh son el perfecto acompañamiento
para el par de actrices; Fiona Shaw que interpreta a Carolyn Martens, la
veterana espía del MI6 bajo cuyas órdenes actúan Polastri y su equipo, Kim
Bodnia que encarna a Konstantin el espía ruso miembro de los 12 y ex jefe de
Villanelle, Owen McDonell quien da vida a Niko Polastri el esposo de Eve, quien
se ve envuelto en un cambio de vida al que no sabe si debe o puede adaptarse y cómo
hacerlo de una manera educada, correcta y comprensiva que no ofenda a Eve, a
pesar de que la vorágine entre asesinatos y giros de tuerca que siguen haciendo
de Eve una persona diferente de la calmada esposa con la que Niko inició la
serie el año pasado y que de manera incomprensible, gracias a esta nueva
personalidad, se lo está llevando entre las patas.
Cinismo y pragmatismo se encuentran en la superficie y fondo
quienes la rodean, de las situaciones en un universo que aun resulta
incomprensible para Eve que por otro lado sigue siendo la mejor analista de la
personalidad de sicópatas a la que puede tener acceso Carolyn, lo que no
significa que a los ojos de la cínica veterana de la Guerra Fría Eve puede ser
sacrificable.
La aparición de una nueva asesina a sueldo. La agilidad
mental de Eve y su nuevo equipo buscan descubrirla e incluso Eve invita a
Villanelle a descubrir la verdad detrás de esta otra asesina.
La serie como buena serie de espionaje no deja de tener sus
giros y sus traiciones, sus desencuentros y sus querencias, y aunque el crimen
central resulta obvio desde la primera entrevista de los personajes en
cuestión, la verdadera e importante trama es lo que sucede y pasa por las
mentes y corazones de Eve y Villanelle.
Villanelle ama a Eve, Eve ama a Villanelle y en ese
sentimiento que surge de querer sentir lo que sucede en la mente y en el cuerpo
de sus antagonistas, las dos mujeres juegan a las escondidas y se buscan sin
querer admitirlo frente a otros. Si Villanelle mata a diestra y siniestra para
demostrarle a Eve que aun esta viva. Eve busca señales en los crímenes que le
aseguren que la rusa esta viva. Para la rusa la inglesa es la única razón para
no acabar con todo a su alrededor como respuesta al aburrimiento, para la
británica es asomarse al abismo y perder su marco ordenado y burocrático en su
trabajo y en un matrimonio que cada día es más rutina. Sólo cuando se
encuentran cara a cara se atreven a confesarlo o en el peor de los casos a
negarlo con las consecuencias correspondientes.
Eve y Villanelle han ido más allá de la identificación entre
víctima y perseguidor, o del mimetismo de los opuestos, viven una obsesión
amorosa que lleva a los celos de ambas en diferentes escenas, con reacciones en
diferentes tonos de contención que dirige a la secuencia de rompimiento feroz
al final de la temporada.
Los Doce no dejan tampoco en paz a Villanelle y forman parte
de la ecuación final de la temporada. Con un episodio final que construye su
tensión de manera impecable y provocativa para el espectador, para tristemente
en los últimos minutos desinflarse como un globo que se desamarra.
Aun así, esperamos la tercera temporada de la serie para ver
a Eve levantarse de su muerte, para enfrentar de nueva cuenta a su enamorada y
amor Villanelle, para ver lo que una Villanelle despechada puede llegar a hacer
cuando ya nada importa ni tiene sentido. Killing Eve es sin duda una de
las mejores ofertas en cuanto a series ahora que creemos que la pantalla ha
quedado vacía.
publicado en roastbrief.com.mx el 10 de junio de 2019
imagen: BBC America
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