Nacido en Ucrania y
migrante a Estados Unidos, logró el sueño americano con sus botas hechas a mano
y forjó un imperio familiar.
Armando Enríquez
Vázquez
Situada en la costa noroeste del Mar Negro y perteneciente a
Ucrania, Odessa fue fundada en 1794 por órdenes de la Zarina Catalina la
grande. Hoy es la tercera ciudad en tamaño de la ex república soviética y el
principal puerto de Ucrania. La escalinata de Odessa, fue inmortalizada en El Acorazado Potemkin de Sergei
Eisenstein, convirtiéndose en protagonista de una de las secuencias más famosas
y vistas en la historia del cine. Odessa conocida como la Perla del Mar Negro es el punto de inicio de este texto.
A principios del siglo XX, nació en la ciudad ucraniana Nathan
Swartz, el año era 1902. Su bisabuelo, su abuelo y su padre habían sido
zapateros y como solía suceder con muchos de los oficios alrededor del mundo,
Nathan entró al negocio familiar y aprendió el arte de ser zapatero. Los
vientos de la I Guerra Mundial obligaron a la familia Swartz emigrar a Estados
Unidos.
Swartz, como cualquier migrante recién llegado comenzó a
trabajar en un país desconocido, con un idioma ajeno, en el oficio que tan bien
sabía a como ayudante de zapatero, con el tiempo el adolescente se unió a una
empresa llamada Abington Shoe Company ubicada en Massachusetts. En esta empresa
Swartz se especializó en coser las suelas a los zapatos artesanales que se
elaboraban en la empresa. A lo largo de su vida laboral Nathan ahorró un poco
de su salario de manera que cuando cumplió 50 años en 1952. Nathan compró la
mitad de la empresa a la que veía un buen futuro, para darle tranquilidad hasta
el final de sus días.
Tres años después, Swartz compró el resto de las acciones de
la empresa, convirtiéndose en el único dueño. En ese momento sumó a Abington
Shoe Company a su hijo Sidney de 19 años y en 1956 se integra a la empresa el hijo
mayor de Nathan de nombre Herman.
La familia Swartz, con su la nueva generación de zapateros,
inició la aventura de crear una de las marcas más importantes del ramo. Por
diez años los Swartz continuaron produciendo zapatos a mano, maquilando para
diferentes tiendas que les ponían la etiqueta de la tienda. Con el paso de los
años el proceso artesanal amenazó con sacar a los Swartz del mercado, por lo
que comenzaron a investigar un nuevo sistema de pegado de suelas que se basaba
en inyección de polímeros. La implementación de este sistema resultó en dos
beneficios para los Swartz; el primero un abaratamiento en el proceso de
fabricación de los zapatos, lo que produjo una ganancia mayor para los Swartz.
Por otro lado, el proceso hacía que los zapatos presentaran en una cierta
resistencia al agua.
En 1968, Nathan se retiró del negocio y lo dejó en manos de
sus hijos, quienes decidieron construir una marca que se basara en un zapato
resistente a las peores condiciones climáticas posibles; unas botas que duraran
una vida. Los Hermanos Swartz también decidieron cambiar la planta de Abington
Shoes de Massachusetts a New Hampshire.
Con el fin de lograr su objetivo los Swartz contactaron con
Goodyear para que esta empresa los ayudará a desarrollar un polímero capaz de
ayudar a la creación de un zapato resistente e impermeable, así como una suela
de goma capaz de resistir las peores condiciones. El resultado de los trabajos
de Goodyear pegado a los zapatos de cuero claro, comenzaron de inmediato todo
tipo de pruebas de resistencia, la leyenda urbana dice que incluso se probó su
impermeabilidad hundiendo las botas en el tanque de un excusado y dejándolas
toda la noche en él. Las botas se llenaban de agua teñida tratando de descubrir
cualquier tipo de fuga. Una vez convencidos de la calidad del producto, los
hermanos Swartz lanzaron al mercado en 1973 la bota para pescadores, trabajadores
de la construcción, marineros, con el nombre de Timberland.
Por azares del destino la bota fue bien recibida por
estudiantes universitarios quienes las comenzaron a poner de moda.
Gracias a los consejos de la Agencia Marvin & Leonard,
las botas se anunciaron en las ediciones de la revista New Yorker, cuyos lectores, en teoría, no tenían nada que ver con
el mercado que los Swartz habían pensado para sus botas, sin embargo, el éxito
llevó a almacenes exclusivos de Nueva York, como Saks of the Fifth Avenue o
Bergdorf Goodman, a vender las Timberland. En 1978, Herman y Sidney decidieron
cambiar el nombre de la empresa por el de Timberland. A mediados de los ochenta
Timberland se convirtió en la primera marca de botas en anunciarse por
televisión en Estados Unidos.
A finales de la década de los setenta un italiano de nombre
Giuseppe Veronesi le compró a Sidney Swarz tres mil pares de botas que vendió
en menos de un mes en Italia y regresó por más lo que convirtió a Timberland en
un producto de moda, mucho antes de que los Swartz pensaran en
internacionalizar sus botas.
En 1986 Herman Swartz decidió retirarse, Sidney le compró su
parte de la empresa e incorporó a su hijo Jeffrey quien en 1998 quedó al frente
de la empresa.
En 2011 Jeffrey Swartz vendió Timberland por dos mil
millones de dólares y se retiró a Jerusalén donde es un ferviente estudioso de
la Torah.
El nombre de la marca hace referencia a la madera, a
leñadores a naturaleza y se identifica con la rudeza que pretende la marca. El
logo es un árbol y el slogan es Best
then, better now.
Timberland es propiedad de VF Corporation y tiene presencia
en América, Europa y Asia.
publicado en thepoint.com.mx el 24 de octubre de 2016
imagen timberland.com
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