Educada de la manera
más tradicional, escribió a favor de los esclavos negros y de los indígenas de Estados
Unidos, lo que le ganó el desprecio de la sociedad anglosajona.
Armando Enríquez
Vázquez.
Si algo ha marcado a la sociedad norteamericana desde la
fundación de ese país son el racismo y la explotación de los seres humanos
diferentes a esos puritanos que fueron expulsados de Europa por sus ideas
radicales.
En los primeros años de esa nación ya existían voces
disidentes que clamaban por la igualdad entre los seres humanos y una de esas
voces fue la de una mujer.
Lydia María Child nació en el seno de una familia puritana en
Medford, Massachusetts el 11 de febrero de 1802, su padre era un exitoso panadero
de la localidad, lo que le permitió enviar a su hijo Mayor a Harvard, algo a lo
que Lydia no podía aspirar debido a su sexo. Por lo que fue educada en escuelas
dedicadas únicamente a mujeres que las preparaban para la vida marital que
exigía la iglesia. Sin embargo, la muerte de su madre cambió ese futuro de
alguna manera. Lydia tenía entonces doce años y un padre que no se quería o
podía ocupar de una adolescente por lo que Lydia fue enviada a vivir con su
hermana mayor a los 12 años. Seis años Lydia vivió con su hermana y se preparó
en una escuela de la zona para convertirse en maestra.
En 1821, Lydia se mudó con su hermano Convers, que era ya en
ese momento ministro de la iglesia protestante, de regreso a Massachusetts en
las cercanías de Boston. Convers era su mentor y el responsable de dar a
conocer a Lydia a autores como Homero, John Milton, Sir Walter Scott, pero
además Lydia tuvo la oportunidad de conocer en casa de Convers a intelectuales
y escritores de la naciente nación como Ralph Waldo Emerson o la periodista y
luchadora por los derechos de la mujer Margaret Fuller, con quien entabló una
amistad y descubrió el gusto de ambas por la escritora suiza Anne Louise
Germaine Necker, mejor conocida como Madame de Staël y que escribió novelas
feministas en el siglo XVIII y principios de XIX.
En 1824 Lydia Child publicó su primera novela, la escritora
contaba la historia de una mujer anglosajona y su amor por un indígena
norteamericano de la nación Pequot, así como el rechazo y condena de este amor
por el estricto padre racista y puritano de la joven. Hobomok, una historia en el tiempo, a pesar del escandaloso tema, o
quizá por lo mismo, fue recibida por los norteamericanos de muy buena manera.
Child se convirtió en una autora celebrada y en la creadora de una de las
primeras novelas históricas en la Literatura de Estados Unidos. Al año
siguiente Lydia publicó su segunda novela The
Rebels or Boston before the Revolution, relata la historia que precedió a
la rebelión de Té. Esta vez la historia no tuvo el éxito de Hobomok, lo que no desalentó a Child.
Ambas novelas están contadas por una mujer, algo inusual
para la época. En 1826, Child comenzó la publicación de una revista infantil a
la que llamó The Juvenile Miscellany la cual contenía cuentos y poesía, material
didáctico como biografías, pasatiempos como adivinanzas y estaba ilustrada a
color. La publicación de la revista era bimestral y duró hasta 1834, años en
que la intolerancia y la intransigencia anglosajona se volcaron contra Child.
En 1828, Lydia María Child se casó con un abogado,
periodista y aspirante a político de nombre David Lee Child, de donde obtuvo el
apellido. Su apellido de soltera era Francis. Lydia comenzó a escribir
artículos de opinión para el periódico del que era editor su esposo el
Massachusetts Journal y en 1829 publicó su segundo libro infantil que tenía un
título que en sí mismo era una novela: The First Settlers of New-England:
or, Conquest of the Pequods, Narragansets and Pokanokets: As Related by a
Mother to Her Children, and Designed for the Instruction of Youth. Una vez
más los puntos de vista de Child acerca de cómo la visión racista y puritana de
los colonizadores europeos jugaron un papel predominante en el exterminio de
las naciones indígenas de la costa este de Estados Unidos.
Su marido, que carecía del sentido del ahorro llevo a la
areja a tener grandes deudas que se pagaban con las ganancias de los libros de
Lydia, quien además a partir de 1829 comenzó a publicar una serie de libros
dedicados a las amas de casa acerca de economía en el hogar y diferentes
actividades que formaban parte esencial de lo que era el rol de la mujer acorde
a la sociedad norteamericana.
Acorde con su visión sobre los pueblos indígenas de
Norteamérica, era lógico que con el tiempo al ser enfrenta con las ideas
antesclavistas, Lydia, simpatizara con ellas, por eso en 1933 publicoo lo que
para los conocedores de la historia norteamericana es el primer tratado sobre
la historia de la esclavitud en Estados Unidos, con el título de An Appeal in Favor of That Class of
Americans Called Africans, (Un llamado a favor de ese tipo de norteamericanos
llamado africanos.) Child hizo pública su posición a favor de la abolición
de la esclavitud y culpaba a la sociedad anglosajona en general de este
vergonzoso trato a otros seres humanos.
Lo que los liberales de la costa este le habían perdonado
sus puntos de vista acerca de su opinión en relación a los pueblos nativos de
Estados Unidos, esta vez al referirse a los negros fue severamente criticada,
la venta de sus libros y de la revista infantil cayo a tal grado que Lydia se vio
obligada dejar de publicarla, lo que sin duda agravó su situación económica.
Lydia María Child ya había manifestado su simpatía por la
causa abolicionista y a lo largo de los siguientes años y hasta su muerte esta
idea quedó clara. Child escribió obras como Oasis
una colección de poemas y narraciones relacionados con la causa en contra
de la esclavitud y que tenía como objetivo en mostrar que los negros eran
también seres humanos. Child fue editora de diferentes textos entre ellos las
memorias de una joven que durante sus primeros años había sido esclava. Pero
siguió sufriendo del desprecio de la mayoría anglosajona y de una severa crisis
económica que se agravó por las distintas detenciones y encarcelamiento de su
marido por apoyar las causas a favor de la abolición de la esclavitud y más
tarde por el fracaso de este al establecer una granja de betabeles para
producir azúcar que no tuviera mano de obra esclava. Todas estas circunstancias
la llevaron a dejar de escribir por unos años.
Sin embargo, en 1841, una buena oferta económica para
dirigir el diario anti esclavista The
National Anti-Slavery Standard la llevó a la ciudad de Nueva York. El
cambio de aires y la popularidad de su columna en el diario, así como el cambio
que realizó en el formato del mismo, volviéndolo más popular, la llevaron a
recuperar su gloria anterior y a publicar un libro con una selección de sus
columnas.
En 1849, renunció al diario y junto con su marido regresaron
a Massachusetts, donde ella se dedicó de nueva cuenta a la literatura. En 1859
se vio envuelta en una discusión a través de cartas con el gobernador de
Virginia, por un asunto en el que uno de los lideres a favor de la abolición de
la esclavitud de nombre John Brown, quien por medio de la violencia asalto la
armería del poblado de Harper’s Ferry en Virginia con el fin de conseguir armas
para liberar esclavos negros. Brown fue capturado y ejecutado, pero Lydia
intento salvar a un hombre por el que sentía gran admiración, aunque no
concordaba con sus métodos violentos.
Lydia escribió también sobre la intolerancia de credos y uno
de sus últimos escritos estaba dedicado a llamar la atención sobre las
condiciones en las que vivían las naciones nativas de Norteamérica y a
despertar la conciencia de los anglosajones sobre el tema de la misma manera
que lo hizo con el de los esclavos negros. Sin embargo, a nadie pareció
importarle el asunto.
Lydia
fue una defensora de los derechos de las mujeres y de los matrimonios
interraciales, lo que le ganó grandes enemistades. Lydia murió el 20 de octubre
de 1880, dos años después que su esposo David Lee Child. publicado en mamaejecutiva.net el 24 de octubre de 2016
imagen wikipedia.org
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