No recuerdo otro
sexenio donde el año de Hidalgo fuera verdaderamente un robo en despoblado en
el que participa todo el gabinete y funcionarios cínicos de un presidente más
cínico aún.
Armando Enríquez Vázquez
Cuando inició el sexenio que esta por terminar, el entonces
gobierno entrante decidió lanzar una campaña de propaganda con jóvenes trajeados
haciendo parkour en diferentes edificios de la Ciudad de México. El spot
terminaba con la frase que rápidamente desapareció del lenguaje propagandístico
del sexenio: “Mover a México.” Este
lema fue remplazado popularmente y entre columnistas por el irónico “Joder a México”, más afín a lo que Peña
Nieto ha hecho con el país desde el 1º de diciembre de 2012. Lo cierto es que
nadie supo ver las verdaderas intenciones de un mezquino y ambicioso hombre, su
gabinete y gobernadores del nuevo PRI puso en aquellos primeros spots: Pasarse
por el “arco del triunfo” al país, las leyes y ciudadanos para efectivamente “Joder a México”. Una alegoría de lo que
iba a ser su sexenio.
Seis años de un pésimo presidente, con una peor propaganda tratando
de justificar al mal gobierno invitándonos a contar una historia de cosas
buenas, que pocas, muy pocas veces existieron.
Peña Nieto, la oficina de la presidencia, las secretarías de
estado hicieron ricos a un grupo de empresas productoras, agencias de publicidad
y de medios que a todas vistas fallaron en su cometido, pues el PRI casi dejó
de existir en julio pasado, o al menos eso nos han querido hacer creer desde la
partidocracia y la mafia del poder que dirige hoy López Obrador quien habrá
tomar la estafeta de Peña Nieto en poco más de un mes. Los medios también
vieron muchas ganancias en esta propaganda oficial y la historia que nadie
quiere contar o “se les olvida contar” es una historia de corrupción y
contubernio que los involucra a todos.
Ya nada bueno podemos contar de los seis años de Peña Nieto,
¿por qué entonces saturar los espacios comerciales de radio, televisión, páginas
de diarios y lugares para carteles en las calles con propaganda mala?
Es innegable que después del 1º de julio de 2018 al saberse
perdedores del poder, los priístas decidieron hacer de este año, un “Año de Hidalgo”
inolvidable, que parece comandado por Santanna e Iturbide juntos. Y una de las
maneras más opacas, pero más claras contradictoriamente es la serie de campañas
de promoción de entidades del Estado que durante seis años y a veces jamás le
importaron al gobierno federal. Todo con la simple idea de gastar para robar y
ya que un hombre igual de corrupto como lo es Andrés Manuel López Obrador ya
prometió perdonar de cualquier daño que le hayan hecho los hombres de Peña
Nieto y el mismo presidente al erario, al país y a los mexicanos.
Entonces hasta hoy escuchamos sobre la existencia del Servicio
Geológico Nacional o de la maravillosa leche de Liconsa, la misma que durante
el sexenio de Carlos Salinas de Gortari era radiactiva. Ni que decir de la
absurda propaganda que nos sitúa en el papel de habitantes del océano en un
ambiente urbano. Tal vez el copy y el creativo de la agencia estaban viendo el tráiler
de Aquaman cuando concibieron su
absurda campaña. De pronto se les olvida tanto a funcionarios como a publicistas
que nadie ha destruido más ecosistemas que los gobernadores del nuevo PRI. Es realmente
preocupante este tipo de gasto combinado con la promesa del Presidente Electo
de no actuar en contra de la corrupción del sexenio que está por terminar.
Sí como ángel exterminador Andrés Manuel ya decidió acabar
con una gran parte de la burocracia, básicamente con la que trabaja, no se va a
meter con los sindicatos, eliminar duplicación de funciones, y bajar el gasto
del gobierno, quiere decir el tabasqueño reconoce que el gobierno ha cometido gastos
excesivos, entonces ¿por qué castigar a los ciudadanos perdonando a los
funcionarios?
El abuso en los gastos de la propaganda de algo que ya se
acabó, es como quererse acabar las botellas que sobraron de una boda antes de
que amanezca.
La codicia y desvergüenza de Peña Nieto y sus funcionarios
no conoce límites.
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