Catorce años con los Acereros de Pittsburgh, del infierno a la gloria y de regreso. El mejor quarterback de los años 70. Terry Bradshaw, el primer quarterback en llevar cuatro anillos del Superbowl en la mano.
Armando Enríquez Vázquez
En 1969 dos equipos terminaron con el peor record de la NFL: un 
ganado y trece perdidos. Los Osos de Chicago y los Acereros de 
Pittsburgh, para poder decidir quién sería el primero en seleccionar 
entre los egresados de las universidades se acordó que se tirara un 
bolado. Los Acereros ganaron. La primer selección colegial de 1970 fue 
el más brillante de los quarterbacks de su generación. Un Joven de la 
Universidad Tecnológica de Luisiana en Reston: Terry Paxton Bradshaw.
“Cuando recibí la llamada y me dijeron que había sido seleccionado 
por los Acereros de Pittsburgh, no lo podía creer, siempre quise ser 
seleccionado por un equipo perdedor. Jamás quise ir a Los Ángeles, o a 
Minnesota. Quería ir a Pittsburgh o Chicago donde si lograba hacerla, el
 equipo se volvería ganador conmigo”. Declaró en ese entonces el joven 
quarterback a la revista Sports Illustrated.
Y a pesar de haberse cumplido su deseo, nunca fue fácil. En 1970 los 
Acereros estaban muy lejos de ser el equipo ganador en el que todos 
pensamos al oír su nombre, en su historia solamente una vez habían 
participado en los play off y eso había sido en 1947 contra las Águilas 
de Filadelfia y los Acereros perdieron en aquella ocasión 21-0. 1970 
trajo cambios al equipo. Primero, como resultado de la unión de las dos 
ligas hubo que emparejar el número de franquicias por Conferencia. Los 
Acereros fueron uno de los tres equipos que pasaron de la Conferencia 
Nacional, donde estaban todas las franquicias de la antigua NFL a la 
Conferencia Americana donde estaban los equipos de la joven AFL. La 
segunda fue la contratación el año anterior de Chuck Noll como 
entrenador en jefe del equipo y por última el inicio de los juegos de 
los Acereros en el Three River Stadium.
La misma revista, Sports Illustrated, en su lista de 15 prospectos 
para 1971 puso a la cabeza de la lista al joven Terry Bradshaw.  En esa 
lista también estaban Bob Griese, el veterano de los Delfines de Miami, 
Archie Manning, recién seleccionado por los Santos de Nueva Orleans, Dan
 Pastorini selección de los Petroleros de Houston, y Jim Plunkett, 
seleccionado por los Patriotas de Nueva Inglaterra.
Durante sus primeras temporadas a Bradshaw le costó sangre y críticas
 el adaptarse a la NFL, a los Acereros y a Noll. La prensa de Pittsburgh
 lo ridiculizaba y hacía comentarios acerca de sus orígenes rurales. 
Bradshaw nació en 1948 en Shreveport, Luisiana. Se dice incluso que los 
Acereros tenían una jugada final donde todos se ponían los cascos y 
salían corriendo hacía los vestidores evitando los proyectiles que los 
aficionados les aventaban al mismo tiempo que los abucheaban. En un 
principio Bradshaw compartió la titularidad con Terry Hanratty. Para la 
segunda temporada Bradshaw era ya el titular, pero en 1974 la perdió al 
inició de la temporada por una lesión y por sus malos resultados, para 
dar paso a un quarterback llamado Joe Gillian, Bradshaw estaba decidido a
 ser titular y más adelante en la temporada recobró la titularidad, 
llevando a los Acereros a los play offs y a su primer Superbowl IX en 
contra de los Vikingos de Minnesota, Bradshaw ganó su primer anillo de 
Superbowl. Los Acereros ganaron esa vez 16 – 6.
En un primer libro de memorias llamado Hombre de Acero, 
Bradshaw, confiesa que 1974 fue un año clave para él, porque sentía que 
todo alrededor de él se desmoronaba. Su matrimonio, la lesión de su 
hombro que le costó la titularidad, por lo general Bradshaw estaba 
deprimido: “Me había separado de Dios. Vivía sólo para Terry 
Bradshaw, no para Dios: trataba de ser uno de los “muchachos” salir de 
parranda, buscando y teniendo relaciones con mujeres, comportándome de 
una manera que me era totalmente ajena …mi vida estaba fuera de control…
 intentaba ser alguien que no era y estaba haciendo un pésimo trabajo.”  En
 ese momento Bradshaw, qué como se ve, es un hombre religioso decidió 
que él era incapaz de manejar su destino y se puso en manos de Dios 
nuevamente. Eso le dio la confianza suficiente, para llevar a los 
Acereros a cuatro Superbowls y ser en su momento el quarterback con más 
victorias en el partido de campeonato de la NFL.
En el Superbowl X se enfrentaron por primera vez a los Vaqueros de 
Dallas. Para muchos el juego representaba un duelo entre los dos mejores
 quarterbakcs de su momento Terry Bradshaw y Roger Staubach. Los 
Acereros ganaron 17-21, curiosamente  Bradshaw no fue nombrado el 
jugador más valioso. El reconocimiento se lo llevó Lynn Swann, una de 
las alas abiertas del equipo de Pittsburgh. El año anterior tampoco 
había sido Bradshaw el jugador más valioso, en el Superbowl IX el honor 
fue para Franco Harris, el corredor de los Acereros.
1976 fue un mal año para Terry Bradshaw, lesiones le impidieron jugar
 la temporada completa y las ilusiones para un tercer Superbowl 
consecutivo terminaron en el juego de campeonato de la Conferencia 
Americana, frente a los Raiders de Oakland. 1977 fue otra mala 
temporada. Pero llegó 1978 y el tercer Superbowl para los Acereros, de 
nuevo frente a los Vaqueros de Dallas, esta vez Bradshaw hizo gala de su
 liderazgo en el equipo y logró cuatro pases de anotación, el primer 
jugador en hacerlo en un Superbowl, de hecho sólo Steve Young con seis y
 Joe Montana con cinco superan a Bradshaw. Troy Aikman de Dallas y Doug 
Williams de Washington, también lanzaron 4 pases de anotación en un 
Superbowl pero después de que Bradshaw lo hiciera. Los Acereros ganaron 
35-31, siendo este uno de los Superbowls con más puntos anotados por 
ambos equipos. Además, por fin Bradshaw fue reconocido como el jugador 
más valioso del partido, pero además fue reconocido como el jugador más 
valioso de toda la NFL. Bradshaw lanzó 9 pases de anotación en 4 
Superbowls.
Al año siguiente en el Superbowl XIV, Terry Bradshaw llevó a los 
Acereros por segunda vez a un título consecutivo,  esta vez en contra de
 los Carneros de Los Ángeles. La victoria  fue  31-19. Por segunda vez 
Bradshaw ganó el jugador más valioso del Superbowl. Los tiempos de 
Gloria de Bradshaw y los Acereros habían llegado al cenit y en adelante 
todo sería cuesta abajo. Terry Bradshaw pasó las siguientes temporadas 
lesionado, en el quirófano, cometiendo errores y siendo el blanco de 
todos los defensivos de la NFL. Los Acereros en los dos años siguientes 
ni siquiera calificaron a los play offs.
En la temporada posterior al Superbowl XIV, en un sólo juego los 
Acereros, contra los Bengalíes de Cincinnati, perdieron nueve veces la 
posesión del balón, Bradshaw subyugado declaro: “Lo único que sabía era que al llegar a casa el perro iba a morderme.”  
El 10 de Diciembre de 1983 frente a los Jets de Nueva York, Bradshaw 
jugó por última vez en lo que fue también el último encuentro de futbol 
americano que se llevó a cabo en el Shea Stadium.  Unas semanas antes 
sin saberlo había jugado por última vez en el Three River Stadium, donde
 la afición de los Acereros lo había abucheado al terminar el juego. El 
héroe y campeón de 4 Superbowls, había salido humillado ante el escarnio
 de los propios.
Una vez terminada su carrera como jugador de futbol americano 
Bradshaw firmó un contrato para convertirse en comentarista y analista 
de futbol para la cadena de televisión CBS, y más tarde para Fox. Donde 
actualmente tiene varios programas relacionados con el futbol. Además, 
Bradshaw ha escrito o coescrito cinco libros y grabado seis discos de 
música country y góspel, incluso una de sus canciones titulada Estoy tan sólo que podría llorar, alcanzo el top 20 del Billboard Country en 1976.  También ha tomado parte actuando en programas de televisión y películas.
En 2001 formó el equipo FitzBradshaw Racing de NASCAR, y en 2005 
intentó comprar junto con un grupo de accionistas a los Santos de Nueva 
Orleans. En 2006 donó sus cuatro anillos de Superbowl y otros trofeos 
logrados a lo largo de su vida a su alma mater el Tecnológico de San 
Luis.
Sin embargo, Bradshaw tenía una deuda con los aficionados de 
Pittsburgh. Terry Bradshaw, además de ser abucheado en su última 
aparición en la casa de los Acereros, fue muy criticado por no haber 
atendido a los funerales de Art Rooney, el legendario de dueño de los 
Acereros de Pittsburgh. A pesar de que Bradshaw , en su discurso el día 
que fue inducido al salón de la Fama del futbol declaró: “Art Rooney, vaya que quise a ese hombre.”, la afición de Pittsburgh aun tenía que reconciliarse con él que es hasta hoy considerado el más grande de los Acereros.
Aunque los Acereros no retiran números de sus jugadores, desde 1983 a
 nadie se le ha asignado el jersey con el número 12 que usó Terry 
Bradshaw.
El 21 de Octubre de 2002, regresó a Pittsburgh a un juego entre los Acereros y los Potros de Indianápolis: “Un día me levante y decidí que tenía que enmendar las cosas, que debía regresar a casa.”  El
 público en el Estadio Heinz coreo el nombre del jugador. A medio tiempo
 la directiva y el estadio le rindieron un homenaje al quarterback de 
los cuatro Superbowls. Terry Bradshaw alcanzó a decir a los eufóricos 
fanáticos que coreaban sin parar y a todo pulmón su nombre.
-Créanme cuando les digo, que los he extrañado mucho. Es bueno estar de regreso en casa.”
Para mi hermano Luis, deseándole todo el éxito en el Támesis y anexas.
publicado por thepoint.com.mx el 28 de Agosto de 2012 
Foto: espn.go.com
El más grande en la historia de acereros y el más repudiado. Las ironías de la visa, finalmente el reconocimiento más que merecido de este titán de las canchas.
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