Porque no hay verdades
más grandes que las de Perogrullo, como tampoco a verdades más a medias.
Armando Enríquez Vázquez
Hace ya más de tres décadas, después de la mentira de López
Portillo de prepararnos para administrar la abundancia, que sabíamos que el petróleo
se iba a acabar. Es más, no nos hagamos tontos, en las clases de las primarias
y secundarias se nos enseñó a diferenciar entre los recursos naturales renovables
y los no renovables. El ejemplo típico de los no renovables era el petróleo.
Entonces lo que quiso decir Enrique Peña Nieto cuando habló
de la muerte de la gallina de los huevos de oro, solo fue darnos más atole con
el dedo. Lo importante no es cuando y donde se murió, si no ¿Dónde quedaron los
huevos?
Porque la gallina se murió, como todo ser vivo, pero el oro
dura un poquito más. Y todos sabemos que el oro, no sólo está en las arcas de
Peña Nieto, si no que forjó las fortunas de Luis Echeverría, José López
Portillo, Carlos Salinas de Gortari, y sobre todo de todos aquellos priístas y
panistas que dirigieron a la paraestatal y más descaradamente la de los líderes
sindicales de PEMEX que impunemente gastaron parte de la fortuna en casinos de
Las Vegas y como Carlos Romero Deschamps quien ha resultado peor que Joaquín
Hernández Galicia “La Quina”.
Pero la gallina de los huevos de oro para todos los políticos
de este país, no es petróleo si no el país y sus ciudadanos. En ese sentido no
hay mayor responsable de eso que nosotros los ciudadanos que seguimos tolerando
que ladrones, asesinos, criminales de cuello blanco y no tan blanco, rojos,
verdes, azules, amarillo o morenos sigan dirigiendo y saqueando el país, cuando
permitimos que se sigan tirando bombas de humo que pretenden sembrar el miedo
para desviar la mirada de la impunidad, arbitrariedades y saqueo de nuestro
país.
Nadie puede decir que los gobiernos del PAN no fueron también
corruptos, pero si algo no queremos entender los mexicanos es que quienes
siempre han saqueado al país, los que históricamente lo han visto como su botín
personal, son aquellos que sin empacho se llaman herederos de la revolución.
De Miguel Alemán, que fue instrumento de los Nazis en México
y después coqueteó con la mafia norteamericana para poner casinos en México, o
los nacionalistas Luis Echeverría o José López Portillo que detrás de un
discurso patriotero y moralino aderezado por el Huapango de Moncayo se
dedicaron a saquear al país sin que ninguno de sus sucesores se haya atrevido a
confiscarles los bienes en nombre de México. llegando Carlos Salinas de Gortari
que vendió la dignidad del país al extranjero y ahora Enrique Peña Nieto que ha
demostrado ser el mejor trapeador de interés extranjeros tanto políticos como
en el caso de Donald Trump, como a los intereses empresariales como en el caso
de OHL. Para estos cínicos miembros de la partidocracia la gallina está viva
porque más de 100 millones de mexicanos seguimos pagando impuestos, porque la
mayor parte de la población sigue bajando la cabeza y prefiriendo la falsa paz
y estabilidad social que vive México. Porque la violencia no sólo se da en los
asesinatos y asaltos. La violencia del Estado y del gobierno quedan demostradas
en la anulación de los aumentos de salario o en el ataque contra el bienestar
común de los mexicanos. En el asesinato de periodistas.
No nos hagamos tontos, siempre desde las raíces de su
fundación el PRI sólo ha sabido abusar de los mexicanos, bajo un discurso que
no podría dar mejor Don Porfirio Díaz. El PRI, piensa en los mexicanos como
niños o peor aún como retrasados mentales a los que siempre les roba el dulce y
en ocasiones hasta les hemos dado las gracias. Existen descendientes de Elias
Calles, Alemán, Echeverría, incluso el mismo Cuauhtémoc Cárdenas que fue un
pillo cuando fue gobernador de Michoacán, que viven de los negocios resultantes
de la corrupción validada por sus antepasados, así como existen ex miembros del
PRI que hoy se dicen de oposición y con lo único que sueñan es el poder para
seguir robando a los mexicanos.
En una estupenda caricatura de Helguera en La Jornada el 14 de enero titulada
Zoología Petrolera en la que se ve a un trabajador de PEMEX asegurando los
tornillos de un ducto, el trabajador está ocupado en sus labores y contesta a los
ociosos lectores del diario: Aquí nunca
hubo una gallina de los huevos de oro… solo bueyes de uñas largas.
El dinero de PEMEX sirvió durante décadas a líderes y presidentes
para financiar las corruptas elecciones locales y federales de un partido
represor y poco empático con sus gobernados. Hoy Enrique Peña Nieto quiere
justificar su propia codicia en los precios exteriores del petróleo. Hoy,
después de haberse burlado de los mexicanos cada día de su gobierno pretende
hablar de unidad, con ese mismo discurso fascista que utilizaba Luis Echeverría
Álvarez, otro asesino de mexicanos, que se disfrazaba de izquierda mientras robaba
al pueblo, de la misma manera que lo hizo Andrés Manuel mientras gobernó a la
Ciudad de México.
Hoy, Enrique Peña Nieto monta una obra de teatro con su
pacto, y solo los paleros y los muertos vivientes como Carlos Aceves del Olmo
dirigente de la CTM le aplauden y le dicen: Sí,
señor. Además de proponer puras estupideces.
De la gallina de los huevos de oro, se aprovecharon los
gobernadores de los estados de todos los partidos que incapaces de gobernar se
hicieron desde siempre de partidas especiales que desde el Congreso de la Unión
plantearon todos los partidos. Sólo vale recordar que fue el PRI quien durante
ocho años desde las cámaras legislativas se opuso a una reforma que después con
la llegada de Peña Nieto aprobó de una manera mucho más destructiva que la
planteada por el PAN.
Sin embargo, lo más importante es que lo sabíamos desde hace
por lo menos tres décadas. Pero ni los príistas, ni los panistas planearon una
verdadera política para crear empresas mexicanas fuertes y competitivas. Ninguno
de los dos se ha atrevido a invertir en la educación pública más allá de las
palabras vacías de Peña Nieto, así como su cobardía y en ese sentido debemos
aunar la de Fox y Calderón por no enfrentar a un magisterio dañino a los niños
y jóvenes mexicanos.
La falta de previsión, de inversión, de creación de empleos
y políticas de creación de industrias, la falta de una política referente a la
promoción de la ciencia, de la investigación, de la formulación de patentes mexicanas,
sólo demuestra que fueron los partidos políticos y los sindicatos los principales
interesados en robarse todos los huevos de oro, cuando sabían que la gallina
estaba desahuciada.
Enrique Peña Nieto sólo sabe decir verdades de Perogrullo,
esto es obviedades, pero además las dice a media a su conveniencia.
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