Todas las empresas productoras del mundo están dispuestas a correr riesgos, dentro de ciertos límites, para ganar la mayor audiencia posible, algo que curiosamente no sucede en México.
Armando Enríquez Vázquez
Mientras que Netflix lleva a lo largo de este año más de 10
series originales estrenadas, Claro Video se contenta con 2, y Blim ni siquiera
parece existir en el mapa de las plataformas de Internet. Las plataformas que
están realmente tratando de hacer la competencia al gigante de los contenidos
en Internet son; Amazon, Hulu, Crackle o Vice, incluso Vimeo comienza a
producir material original, no siempre con los mejores resultados, pero
indudablemente arriesgando a peleando por las audiencias.
Mientras que las dos empresas más importantes de México y se
podría decir que del mundo de habla hispana parecen pecar de cautelosas a producir,
porque nadie les asegura audiencias importantes y esto se debe a esa anticuada
visión empresarial mexicana de no invertir si no se está 100% seguro de
recuperar con creces la inversión. Una actitud que nace del ejercicio
monopólico, por un lado y por otro del excesivo proteccionismo gubernamental
que llevó a México a vivir gran parte del siglo XX con las fronteras medio
cerradas, para asegurar que las empresas nacionales no tuvieran competencia. Durante
décadas gran parte de la inversión publicitaria en medios ha provenido de los
gobiernos federal y locales, lo que ha asegurado la falta de preocupación por
parte de los empresarios y directivos de medios en ganar audiencias de manera
competitiva y por otro ha asegurado a los gobiernos una visión sesgada de la
realidad.
Lo que no cabe en la cabeza de los directores de producción
de las empresas de entretenimiento dirigidas por mexicanos son dos cosas; que
los mexicanos seamos capaces de crear, por eso llenan sus canales de
extranjeros que les venden el hilo negro, se los cobran como de oro y
finalmente los resultados son nulos; y dos que los mexicanos seamos capaces de
valorar contenidos diferentes a los bodrios que durante años se han producido
para la televisión abierta nacional.
El ejemplo más claro de esa falta de valor y de audacia, lo
vemos en las dos principales cadenas de televisión abierta que parecen
programación espejo una de otra y en el fracaso rotundo de Grupo Imagen con
Cadena 3, canal que tuvo que cerrar por la falta de creatividad de su dirección
y su equipo de producción.
Pero en el caso de Claro Video el panorama es aún más triste
porque las dos series originales que estrenaron este año parecen ser lo único
que tienen bajo la manga. Sin difusión, ni promoción importante, La Hermandad que es una buena serie ha
pasado sin pena ni gloria. Un artículo en El País da cuenta de las penurias
presupuestales y la falta de claridad de la gente de Claro video para llevar a
cabo una segunda temporada de un proyecto interesante es lo que resalta en ese artículo
del mes de junio y hasta la fecha no sabemos si habrá segunda temporada. En
lugar de marcar la calidad de la serie.
Y ni que decir de Blim que entró al mercado con patético
refrito de una excelente serie española de televisión.
Todas las empresas productoras del mundo están dispuestas a
correr riesgos, dentro de ciertos límites, para ganar la mayor audiencia
posible, algo que curiosamente no sucede en México. Las malas costumbres y el
no querer moverse de zona de confort provocan que el país con más
hispanohablantes del planeta parezca a los ojos del mundo como falto de ideas o
de propuestas creativas, lo que sin duda es una percepción falsa.
HBO es una empresa que a lo largo de los últimos años ha
invertido en diferentes propuestas y proyectos mexicanos; Capadocia de Epigmenio Ibarra,
Señor Ávila de Lemon Films y Dios
Inc. de Itaca Films son ejemplos de estas apuestas que la empresa
norteamericana ha producido con productoras nacionales diferentes a las mismas
recetas de siempre, todas ellas de gran calidad y las dos primeras logrando más
de una temporada. Demostrando que vale la pena apostar en contenidos mexicanos.
De hecho, Cadena3 en su momento jugó de manera exitosa con
Argos, la casa productora de Epigmenio Ibarra que sin embargo no le alcanzó a
Imagen Comunicaciones para ser competitiva después de haber despedido a Ferriz de
Con y repetir el modelo de Televisa, sin tener la fuerza, ni el capital
político, artístico, o económico para hacer frente a la competencia y tuvieron
que cerrar la emisora.
Netflix ya apostó desde el año pasado con la serie Club de Cuervos, que sin haber logrado
el gran éxito, si consiguió una segunda temporada en la plataforma de
distribución de contenidos que está próxima a estrenarse.
Conforme pasen los meses y los años estoy seguro de que
veremos más producciones nacionales en plataformas internacionales interesadas
en conquistar los mercados hispanoamericanos.
Las empresas mexicanas no pueden pretender que las ganancias
se den de manera sencilla porque la competencia cada vez será mayor y sin
presupuesto, visión, ni agallas será muy difícil competir y entonces quizá
terminen como Televisa que anunció esta semana el aumento de las tarifas de
Izzi pretextando la devaluación del peso como causa y maquillando el hecho de
hacer pagar a sus fieles suscriptores los errores en las decisiones de los encargados
de la producción de la empresa.
publicado en roastbrief.com.mx el 26 de septiembre 2016
imagen DeathtoStock.com
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