La política proteccionista y cerrada de Trump, debería forzar a México a mirar a otros lados en busca de nuevos socios, más fuertes y más importantes.
Armando Enríquez Vázquez
No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue.
Donald J. Trump, finalmente arriba a la presidencia de Estados Unidos, como una
broma muy pesada que el destino nos jugó y una demostración de que la
democracia no siempre es lo mejor y esta sobrevaluada.
Los próximos meses y años el equilibrio del mundo dependerá
de la caprichosa mente de un hombre bipolar. Donald Trump pasó del payaso
anaranjado a la amenaza iracunda encarnada en un intransigente, un intolerante,
delirante hombre que aún cree que Estados Unidos es la mayor potencia del
mundo. Un hombre que en su arrogante delirio está dispuesto a acabar con
aquello que el mismo proclama creer, su país, la democracia y la libertad y que
sospechosamente es un súbdito de Vladimir Putin.
Pero lo más importante, así como chinos y europeos se
preparan a dar cara al próximo tirano, ¿cómo nos estamos blindando en México? Porque
no estoy muy seguro de que Luis Videgaray y su buena relación con el yerno de
Trump sean suficientes. No creo que las declaraciones de Trump de lo bien que
le caen los gobernantes de México sean tranquilizantes viniendo de un hombre
cuya estabilidad emocional, por no hablar de la mental es muy dudosa. De un
hombre que actúa como terrorista bombardeando al mundo desde su cuenta de
Twitter.
BMW, demostró que no se doblega ante las amenazas del
bravucón. Las declaraciones de los jefes de estado de la Unión Europea
demuestran que en Europa la soberanía si es importante y no necesitan
cacarearla como lo hace Enrique Peña Nieto, quien desde hace unos meses sólo
sabe declarar tonterías al respecto, pero que obviamente no tiene claro quién
es Trump, o en el peor de los casos ya tiene una agenda negra que los beneficia
a él y al canciller Videgaray, tal y como lo ha hecho desde que es gobernador y
ha pactado con empresarios y empresas en contra de los intereses de sus
gobernados. El mismo presidente de China abrió el Foro Económico de Davos
defendiendo la libre empresa, algo en los que Trump como Putin claramente no
creen.
c. También debería obligar a México a pensar las relaciones
comerciales con Estados Unidos, gracias a su nueva política en contra de
México. El gobierno de Peña Nieto debería estar pensando en impulsar lo que
desde hace décadas han olvidado los gobiernos federales de México; el campo.
Sin el Tratado de Libre Comercio, es tiempo de que las tiendas de autoservicio
de vuelvan a llenar de productos del campo mexicano. Hoy en los supers del
país, gracias al tratado, nos encontramos con frutas y verduras americanas de
pésima calidad y malas características, y por si fuera poco cara. Sí, Trump
insiste en nuevos aranceles a los productos producidos en México, nosotros como
mexicanos debemos exigirle a Peña Nieto, a Videgaray y al Secretario de
Economía Ildefonso Guajardo que pongan sobre la mesa la no importación de
productos agrícolas provenientes de Estados Unidos o un gran aumentó en los
aranceles de estos productos.
Pero además al gobierno le ha faltado, también desde hace
décadas, la verdadera promoción del desarrollo de un empresariado mexicano
fuerte y nuevo. Hoy se necesita que se reduzcan los trámites para abrir
negocios, para crear centros de investigación, como es urgente que más allá de
la palabrería hueca de Peña Nieto se reduzca de manera importante ese aparato
burocrático que impacta en el erario nacional, pero que además es un lastre
para la modernidad del Estado pues solo representa personas dispuestas a
extorsionar y corromper al ciudadano.
Trump es una desgracia, pero principalmente para los
norteamericanos, en México además de una amenaza, hace meses que el gobierno
también lo debió haber visto como una oportunidad para detonar nuevos acuerdos
comerciales con otras naciones, con mercados más atractivos como los del
Pacífico. Una oportunidad de por fin mover a México, como en teoría promovió en
sus primeros años el gobierno de Peña Nieto. Pero no el gobierno prefiere
navegar con bandera de ingenuos, cuando en realidad lo único que buscan es que
las negociaciones con la gente de Trump los beneficie a ellos.
Lo peor es que la llamada oposición incluido nuestro Mesías
Tropical, poco o nada han dicho al respecto, porque son incapaces de
reflexionar sobre la importancia del crecimiento y desarrollo de México, Mas
allá de la partidocracia voraz a la que pertenecen y la que mantenemos los
mexicanos y que únicamente ha dañado a la nación, son incapaces de ver nada más.
La era Trump, plantea claros y muy específicos retos a
nuestro país, y muchos analistas los minimizan porque esa es la orden de Peña
Nieto. Esa es la visión autocomplaciente de un gobierno totalmente alejado de
sus gobernados. Al discurso pendenciero y bravucón de Trump, Peña Nieto
responde con palabras mediocres y discursos trasnochados acerca de la unidad y
clima de paz que según él y sus asesores se vive en México, lo que sea que esto
quiera decir en una nación que gracias a sus decisiones tiene más muertos
víctimas de la violencia que ninguno de sus antecesores.
Llegó la hora de la verdad y mientras empresas privadas
enfrentan las amenazas del presidente Trump, con valor, en México, el gobierno,
todavía quiere hacernos pensar que el lobo no viene, ni vendrá, a pesar de que
las ovejas hace rato que pasaron corriendo.
publicado en blureport.com.mx el 17 de enero de 2017
imagen: hollywoodlife.com
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