El gobierno inicia el año descubriendo una de sus mayores traiciones a los mexicanos. Subir la gasolina, sin ningun tacto es el çutimo acto de un gobierno codicioso e insensible.
Armando Enríquez Vázquez
Siempre que creo que Peña Nieto ha llegado al punto más bajo
de su imagen y de su discurso, me sorprendo porque siempre lograrán él y sus
asesores verse peor, despertar más el enojo de los mexicanos, afrentar a la
sociedad en todos sus niveles y reunirnos en contra de la imagen del patético
aprendiz de político mexiquense. El mensaje de año nuevo de Peña Nieto, logró
como en vez anteriores la unidad de los mexicanos; por supuesto en contra de él
y de la forma en que insulta a la inteligencia de los mexicanos.
El servilismo de medios como Radio Fórmula, Televisa, Grupo
Imagen, El Universal, no me sorprende, al fin ellos sólo cuidan sus intereses
en materia de inversión publicitaria del gobierno. Su supuesto análisis del mensaje
presidencial es de pena ajena y su objetividad es nula. Pocos al interior de
estas empresas se atreven a cuestionar lo poco sólido del discurso y respuesta
del presidente a los mexicanos, entre ellos Enrique Muñoz. Admito que existen
mexicanos que respaldan a Peña Nieto, pero aun ellos construyen su defensa en
una argumentación con cierta lógica y no el simple parloteo y repetición de las
palabras de Peña Nieto como si estas fueran la ley y no pudieran ser
analizadas. Lo que dice Enrique Peña Nieto ni se sostiene, ni es real. Claro
que en el aumento de las gasolinas hay un aumento a los impuestos, claro que
habrá una inflación de dos dígitos al final del proceso y por supuesto que
aumenta a todos los mexicanos y sobre todo a las clases desposeídas por que el
aumento se verá reflejado en todos los precios de servicios y productos.
¿Por qué en lugar de hacer preguntas idiotas, Peña Nieto no
admite la necesidad de un aumento de emergencia al salario mínimo? El que entró
en vigor el 1º de enero ya no existe gracias al gasolinazo. ¿Por qué en lugar
de hacerse la víctima, Peña Nieto no nos dice que van las investigaciones de
los verdaderos saqueadores del País o sea los priístas?
Nos debe quedar claro que si a cuatro años de gobierno.
Enrique Peña Nieto sigue culpando al PAN y sus gobiernos es que además de
incapaz, es un cobarde que no acepta su responsabilidad en la situación crítica
que vive México. Los mexicanos no necesitamos que Los Pinos estén habitados por
un llorón carente del valor para hacerse responsable de sus propias decisiones.
Peña Nieto llegó a la presidencia con el síndrome del traje
invisible del emperador, lo peor es que después de cuatro años y a pesar de los
gritos de algunos de sus secretarios, de la prensa y de todo el pueblo de que
va desnudo, Peña Nieto aun va sintiéndose vestido con un impecable traje que lo
hace verse de maravillas, mientras sus asesores y los lacayos que tiene en los
medios aplauden.
Peña Nieto sonriendo desde un carro de Golf, diciendo que
comprende el enojo y justificando lo injustificable, no muestra más que esa
traición que la mayoría de los políticos mexicanos ejercen contra los
ciudadanos con cinismo y que ya tiene tintes de burla descarada y que proviene
de toda la clase política sin importar el color del partido.
Peña Nieto debe entender que la democracia se sustenta en la
disidencia, en la oportunidad de hablar y objetar las propuestas del gobierno,
no las imposiciones construidas en mentiras, amenazas veladas, y comparativos
engañosos y populistas. Peña Nieto es un político de mediados del siglo XX, es
más dinosaurio que los dinosaurios clásicos como Emilio Gamboa Patrón o Manlio
Fabio Beltrones y sus asesores y escritores de discursos viven en la tradición
de Francisco Labastida Ochoa de: Me llamó
mariquita.
No sería raro que detrás de los saqueos se encuentre el PRI;
Ochoa Reza, Eruviel y los dinosaurios menos brillantes del grupo Atlacomulco
que a como dé lugar restan interesados en sembrar el miedo, para desvirtuar el
derecho ciudadano a la protesta ciudadana. Durante décadas así de burdos han
sido en el PRI financiando porros y golpeadores al interior de las
instituciones de educación superior del país, otorgándoles credenciales del PRI
y sembrando el miedo en la sociedad, todo está documentado. Pero sí Alejandra
Barrales, presidenta del PRD, lo dice, ahora tiene la gran responsabilidad de
demostrarlo, como el mentiroso de Enrique Ochoa Reza tiene la de demostrar lo
contrario.
Creer que el gasolinazo no implica una inflación de dos
dígitos en los primeros meses del año, es tan ingenuo como pretender que un
personaje como Luis Videgaray pueda tomar las riendas de la política exterior
del país. Videgaray es la peor elección para el puesto desde que Vicente Fox
designó para el cargo a Luis Ernesto Derbez. Toda la presidencia de Enrique
Peña Nieto ha sido una traición hacía México, los mexicanos e incluso contra su
partido político, lo que es peor al interior del gobierno de Peña Nieto existen
traidores que gozan del favor del mandatario que sólo se han preocupado por
hacerlo ver cada vez peor; su vocero, asesores y aquellos que le escriben los
discursos. Por su puesto que a Peña Nieto le falta autocrítica y autorreflexión.
Un hombre que ha demostrado su nula sensibilidad política, un político surgido
de lo peor, si es que tal pleonasmo existe, del PRI; caprichoso, terco,
estulto.
Lo triste es que esa traición se revela en el silencio
cómplice de ciertos miembros de la oposición como Ricardo Anaya, o desde la
incompetencia mental de López Obrador que pretende que los mexicanos esperen
hasta 2018, cuando en las elecciones este mesías tropical imponga la República
del Amor donde no castigará a nadie y solapará a todos creando así su propio compló contra México. Lo malo es que esa
traición pretende esconderse en pactos que están por anunciarse y recuerdan a
aquellos de solidaridad con los que el PRI hundió a México en crisis durante
las décadas de los ochenta y noventa hasta que Ernesto Zedillo los desapareció.
publicado el 12 de enero de 2017 en blureport.com.mx
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