En noventa días habrá terminado el Show para mal o para peor. Al final somos los mexicanos quienes debemos exigir a los candidatos una agenda real, no las payasadas que ellos prefieran.
Armando Enríquez Vázquez
En tres meses habrá terminado el show de las campañas y
tendremos como presidente al que la mayoría de las minorías elija como sucesor
de Enrique Peña Nieto. La verdad es que de los cuatro no se hace uno, pero entre
ellos hay de los que no se hace ni medio o un cuarto de lo que se podría llamar
un candidato decente.
Los discursos de los cuatro son populistas, mediocres y
anticuados. Ninguno de los cuatro habla de los verdaderos retos presentes y
futuros que como el resto de los países habremos de enfrentar irremediablemente
en México.
Una reforma educativa que no se limite a ser un ajuste
administrativo, si no que realmente impacte tanto en maestros que no sean
tecnológicamente analfabetos, y en alumnos capaces de utilizar a las escuelas y
a los maestros como catalizadores de su conocimiento que se puede adquirir
gracias a las nuevas tecnologías. Meade es un ignorante, un administrador que
se ha dedicado en los últimos años a implementar esquemas opacos de manejo de
recursos para beneficio del partido en el gobierno y las campañas tramposas y
sucias del PRI.
Andrés Manuel un demagogo que no conoce y no quiere conocer
la realidad que enfrenta el mundo, un ignorante en materia tecnológica, un
hombre que pretende hablar de futuro viendo siempre hacía el pasado y si tener
una medida real del entorno revolucionario en el que vivimos. Ricardo Anaya un
entusiasta que más parece porrista que candidato, pero cuyas intenciones y
pasado no le queda claro a él y mucho menos a nosotros los votantes y ni que
decir de la ambición de Felipe Calderón disfrazada de una candidata disfrazada
de independiente que es sólo un títere del pasado.
Al hablar de energía, debemos olvidar el petróleo, acabar
con Pemex y promover las energías limpias de propiedad de los mexicanos y no de
empresas nacionales o extranjeras que sólo buscan el lucro en beneficio propio.
Apoyar a los particulares que generen energía para ellos y den el exceso a las
redes públicas de verdad y no con las actuales canalladas de la CFE amparada en
la sordera de Peña Nieto.
En telecomunicaciones la intervención inmediata del IFETEL
en lo que este sucediendo al interior de Televisa y la necesidad de aclarar a
los mexicanos cual es el papel y el porcentaje de propiedad de Univisión al
interior de lo que alguna vez fue el monopolio televisivo nacional y hoy ni
siquiera alcanza a ser una grotesca caricatura de sí misma.
En materia de corrupción la propuesta opaca y corrupta de
Andrés Manuel López Obrador de perdón universal, es inaceptable y poco
alentadora para los mexicanos que esperan un verdadero cambio, pero nunca
debemos olvidar el origen priísta de López Obrador y su mediocridad disfrazada
de propuestas idiotas. La propuesta de Meade de ser un presidente sin fuero no
dice nada acerca de la justicia que necesita México encarcelando a los actuales
funcionarios que han saqueado a México. Más sensata parece la propuesta de
Anaya de meter a quien sea responsable sin importar el cargo. La respuesta
iracunda del corrupto Enrique Peña Nieto y sus huestes no se dejó esperar y en
ese sentido cuando Anaya demuestre su inocencia debemos apoyarlo a llegar al
fin de sus palabras y ver a los corruptos despojados de lo que se han robado y
no como Javier Duarte, encarcelado él y la mujer salvando el botín que sacó del
estado de Veracruz con la mirada complaciente de Peña Nieto y del actual
gobernador de Veracruz que ni pío dice en el caso de Karime.
No se trata tampoco de que el mesías tropical se baje el
sueldo, ni que haga de los Pinos la feria de la cultura, se trata de que
explique, al igual que los otros tres contendientes como va a devolver el poder
adquisitivo del salario, perdido desde que Luis Echeverría Álvarez el role model en discursos para el
tabasqueño, comenzó las devaluaciones del peso y del salario. Ya desde la
óptica de nuestros socios en el TLC una de los puntos más importantes a
negociar son el aumento de los salarios del trabajador mexicano, ahora resulta
que Trump y Trudeau son más defensores del salario del trabajador mexicano que
los líderes sindicales o los funcionarios, legisladores y candidatos a la
presidencia mexicanos.
No podemos darle carro completo a ningún candidato, ya
sabemos en lo que eso acaba, pero tampoco podemos permitir que el PRI sea
mayoría en el poder legislativo porque así fue como se frenó al país durante
los gobiernos de Fox y Calderón. México, sus gobernantes y funcionarios
desconocen de entrada lo que es el equilibrio y el balance y ciegos por la
ambición y la corrupción hacen campañas como la de Meade llena de las mismas
promesas vacías de su predecesor y hoy Presidente de la República, o se arropan
con la escoria de la corrupción institucional y criminal.
En noventa días habrá terminado el Show para mal o para
peor. Al final los mexicanos debemos exigir al siguiente gobierno, la doble
vuelta electoral, el fin del fuero para diputados, senadores y funcionarios, el
encarcelamiento inmediato de los corruptos del sexenio de Peña Nieto y el
quitarle todos sus bienes y dinero para resarcir el daño hecho al erario y a
los mexicanos. Mejores salarios, mejores planes de estudio, más lugares en
universidades públicas, anulación y refundación de organismos como Ifetel,
INAI, INE, etc.., cambios a las leyes del los poderes legislativo y judicial,
desaparición del fuero, transparencia verdadera, entre otros no menos
importantes temas. Sí nos quedamos quejándonos de la propaganda y del actuar de
los políticos sin proponer y exigir para que cambien, entonces como siempre
tendremos el gobierno, sea cual sea, que nos merecemos.
publicado en blureport.com.mx el 2 de abril de 2018
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